Agustín Carbonell, estudiante del Instituto Clemente Estable, participó durante una semana en los esfuerzos de conservación de delfines en Llico, región del Biobío, Chile, como parte del Viaje Global Darwin200.
-Este proyecto se centra en un delfín muy especial: el delfín chileno (Cephalorhynchus eutropia), que habita únicamente en la costa chilena desde Valparaíso hasta Cabo de Hornos y no mide más de 1,7 metros.― cuenta Agustín.
―Hoy en día, es una de las especies de cetáceos menos estudiadas del mundo― explica ―. En el pasado, esta especie sufrió muchas amenazas, como la caza para cebo, la acuicultura y la contaminación acústica. Todas estas amenazas dificultan su conservación y hacen más inhóspito su hábitat. No sólo eso, sino que la desinformación que rodea al delfín chileno es enorme y los chilenos desconocen su existencia.
El Darwin Leader uruguayo trabajó con la oceanógrafa Camila Calderón-Quirgas, fundadora del Centro de Estudios de Mastozoología Marina de Concepción, organización que centra sus estudios en cuatro especies de mamíferos. Entre ellos se estudia la población de delfines chilenos en Llico, mediante herramientas de identificación acústica y fotográfica. Además, este grupo también está trabajando con los lugareños para crear conciencia sobre esta especie y su entorno.
Agustín es estudiante de grado en el Departamento de Biodiversidad y Genética del Instituto Clemente Estable. Para él participar en el proyecto Darwin200 fue una gran experiencia. ―En esta semana de Darwin pudimos ver estos increíbles animales, tomar fotografías y registrar datos acústicos, hablar con los lugareños y entender más sobre la conservación de este cetáceo. En este proyecto, ciencia y ciudadanía se unen para salvar al delfín chileno del olvido― concluye.
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