A partir del análisis del último Balance Energético Preliminar, ejecutiva de EcoFlow comenta las ventajas de esta fuente de energía
En los últimos quince años, Uruguay ha transitado un cambio radical en la constitución de su matriz energética, disminuyendo la dependencia de los combustibles fósiles e invirtiendo en fuentes renovables.
Mientras en 2005 estas representaban un 37% de la matriz energética, ese porcentaje alcanzó un 91% en 2022, según el último Balance Energético Preliminar de la Dirección Nacional de Energía. Este constituye una versión preliminar al informe final, que se presenta anualmente en el segundo semestre.
El informe permite sacar algunas conclusiones importantes. La principal es que se registró un menor consumo de combustibles fósiles como insumos de generación y uno mayor de energía hidráulica, que contribuyeron a este aumento en la participación de fuentes renovables en la matriz.
En lo que respecta a la generación de electricidad por fuente, el año pasado las de origen hídrico tuvieron un 39% de participación, seguidas por las de fuente eólica con un 32% y la biomasa un 17%. Las de base fósil alcanzaron el 9% y la solar o fotovoltaica aportó por el 3%.
Sobre la potencia instalada, el informe señala que en 2022 esta fue de 4.972 MW, de los que 31% corresponden a fuentes eólicas y el mismo porcentaje a hidráulicas. Un 24% tiene base fósil y un 8% biomasa.
En el caso de la energía solar, la potencia instalada en 2022 ronda los 300 MW, un 6% del total. Esto representa un aumento de un punto porcentual respecto al 2021.
Una buena noticia que resuena en el exterior
El Balance 2021 ya reportaba el liderazgo de Uruguay en materia de generación de electricidad mediante fuentes solares frente a Brasil, Argentina y Paraguay.
Este crecimiento se evidencia desde 2015 en adelante. La producción de electricidad en el país a través de fuentes solares aumentó de 0,4 a 3,6% en 20202, con una pequeña caída en el período 2020-2021 a 3,1%. Son números que confirman el liderazgo regional de Uruguay en materia de generación de energía fotovoltaica.
En América Latina el segundo lugar corresponde a Brasil, con una participación que aumentó sostenidamente desde 2017 en adelante, con un valor máximo de 2% en 2021.
Camila Algecira, Regional Marketing-Latin America de EcoFlow, afirma que los resultados del informe son una excelente noticia para el país. La inversión en fuentes renovables y solares respecto a la región es uno de los principales motivos por el cual la compañía desembarcó este año en Uruguay.
Desde 2017 la empresa especializada en centrales y paneles solares portátiles ha llevado su tecnología a más de 100 países. Este crecimiento global le permitió alcanzar una valoración de más de US$ 1.000 millones sin cotizar aún en bolsa, obteniendo el título de unicornio de tecnología y sostenibilidad.
El aporte de Ecoflow en la transición energética, explica la ejecutiva, es la de acercar a los uruguayos una nueva fuente de energía solar, más práctica y transportable que los paneles estáticos.
Además del cuidado del medio ambiente y el carácter renovable, las centrales solares portátiles tienen como ventajas la facilidad de transporte, su capacidad de generar ahorro (Uruguay es el país con costo de energía más caros de América Latina) y el bajo mantenimiento.
En Uruguay la marca dispone de dos líneas de modelos. Por un lado, la estación River, ideada para actividades outdoor y por ende más portátil, y por otro el modelo Delta, con mayor capacidad y diseñada como respaldo de energía en el hogar, cortes de electricidad y situaciones de emergencia.
“La apuesta a las fuentes renovable colocaron a Uruguay como uno referentes a nivel mundial. Esperamos poner nuestro grano de arena y seguir contribuyendo a la generación de energía solar con una tecnología fuente de energía portátil, limpia y confiable”, concluyó Algecira.
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