En las viviendas por debajo de la línea de pobreza, 7 de cada 10 de los jefes de hogar son mujeres, y predominan los tipos de hogar monoparental femenino con hijos a cargo.

En el trabajo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) se da cuenta que 3.2 MM PERSONAS se encuentran por encima de la línea de pobreza, lo que representan 1.2 MM hogares.

270 MIL PERSONAS se encuentran un 25% por encima de la línea de pobreza (72.000 hogares).

En tanto, 350 MIL PERSONAS se encuentran por debajo de la línea de pobreza, lo que representan 87.000 hogares.

¿Cuál es la tasa de pobreza en personas por departamentos?

Los tres departamentos con mayor tasa de pobreza en personas son: Cerro Largo (19,5); Rivera (15,9); y Montevideo con 12,8%.

En el otro extremo, los departamentos con menor tasa de pobreza en personas son: Flores (1,1); San José (1,8); y Colonia (4,5).

A partir del procesamiento de datos de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del 2022 se relevaron diferentes dimensiones de los hogares y personas con ingresos por debajo de la línea de pobreza del Instituto Nacional de Estadística (INE), así como de aquellos con ingresos 25% superiores a dicha línea, pero aún por debajo del ingreso promedio per cápita de Uruguay.

Estos últimos conforman un primer escalón de hogares con ingresos no pobres, pero significativamente por debajo del promedio de la sociedad.

Estos son los principales datos de las viviendas por debajo de la línea de pobreza:
– En cuanto a la jefatura del hogar, se destaca una mayor proporción de mujeres de 40 a más años (38%), seguido por hombres de 40 o más años (25%), mujeres menores de 40 años (24%) y hombres menores de 40 años (13%).

 

– En la tenencia de la vivienda, sobresalen los hogares ocupantes.

– Se destaca un predominio de hogares biparentales con hijos, extendidos con otros familiares y monoparentales femeninos con al menos dos hijos a cargo.

– Por su parte, existen vulnerabilidades como el hacinamiento, la falta de acceso a internet y la ausencia de calefacción.

– Se presentan muy bajos niveles de culminación de los ciclos educativos; una alta incidencia de personas con problemas de empleo más allá del desempleo; así como un predominio de empleos por cuenta propia, de baja calificación y altos niveles de informalidad.

– Los hogares y personas por debajo de la LP, y aquellos con ingresos un 25% por encima de la misma, presentan estructuralmente características muy similares en todas las dimensiones relevadas: tipo, tamaño y composición del hogar, educación, empleo, vivienda, ingresos y gastos.

– Desde 2014, la incidencia de la pobreza se ha mantenido en el umbral del 8%-10% con la excepción de los años de pandemia (2020-21). Cuando se relevan características menos asociadas al ingreso y, por ende, al ciclo económico, se evidencia un conjunto de carencias estructurales.

– Todo lo anterior redunda en un escenario que desafía intertemporalmente la agenda de políticas de integración social y urbana, primera infancia, calidad del empleo y finalización de ciclos educativos.