En el evento participaron varias autoridades nacionales, entre las que se encontraron el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini; el subsecretario del MIEM, Walter Verri; y el director nacional de Energía, Fitzgerald Cantero, junto al ministro de Ambiente, Adrián Peña, el coordinador residente de Naciones Unidas, Pablo Ruiz Hiebra, el representante de la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo (Onudi) para el Cono Sur, Manuel Albaladejo, la asesora ambiental y de energía del MIEM, María José González, y la coordinadora del programa REIF Uruguay, Paula Cobas.
El REIF consiste en un aporte económico de NU para apalancar “proyectos privados con un nivel de riesgo que requieren un aporte para ser viables”, explicó el ministro Paganini. Esto permitirá “destrabar” iniciativas que permitan al país avanzar en el marco de su segunda transición energética, que incluye la electromovilidad, el hidrógeno verde y la economía circular. Para ejecutar el REIF, habrá un comité que evaluará los proyectos, de cualquier escala, desde el punto de vista técnico.
El REIF es posible ya que Uruguay quedó entre los cuatro países del mundo seleccionados entre 155 naciones, en el marco del Fondo Conjunto de las NU para los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Nuestro país, dijo Paganini, es pionero en llevar a cabo este modelo, y es el único de renta media que ejecutará una iniciativa de este tipo. Entre otros puntos, el titular del MIEM valoró las consecuencias positivas que tendrá este plan en la descarbonización y la lucha contra el cambio climático.
“Uruguay se ha posicionado como un caso ejemplar a nivel mundial en lo que fue su matriz de generación eléctrica. Ahora tenemos que avanzar a la segunda transición, y la segunda transición es atender desafíos. Estos son, por un lado, el avance hacia la electrificación en el transporte”, dijo el ministro ante su auditorio. Paganini explicó que para el transporte de corta distancia el desafío concreto es financiero e implica contemplar las baterías. Por ese motivo, se requieren “incentivos adecuados” para el desarrollo de la infraestructura asociada a la electromovilidad, a la vez que trabajar también en vencer las “barreras culturales” contra esta opción.
En cambio, en el transporte de carga de larga distancia, así como en el marítimo y el aéreo, los desafíos son mayores, “pero está apareciendo la tecnología asociada al hidrógeno verde como una opción fuerte”, explicó el jerarca. “Este Gobierno cree que hay una oportunidad para el Uruguay que va más allá de sus fronteras en este tema”, afirmó. Además, anunció que se están recibiendo “proyectos de inversión interesantes” en esta materia.
“A la vez, estamos embarcados en auspiciar uno o varios proyectos piloto antes de fin de año”, informó el secretario de Estado. Para ello se contará con el apoyo de UTE, Ancap, el LATU y ANII.
El ministro explicó que si bien Uruguay cuenta con la ventaja de combinar diferentes fuentes de energía, “la necesidad de almacenaje va a ser cada vez más fuerte en el futuro y tenemos que avanzar hacia esas tecnologías”. De lo contrario, advirtió, se requerirá siempre contar con respaldo térmico. Por ese motivo, insistió, esa es una de las líneas en que el país debe avanzar, al igual que lo está haciendo el resto del mundo.
“Se precisa inversión en infraestructura, en proyectos nuevos que generen empleo, en nuevas tecnologías para incorporar tanto la electromovilidad como el almacenamiento y la gestión de la demanda. Están las redes inteligentes como un tema en que UTE ya está siendo punta, pero seguramente se puede avanzar mucho más”, agregó el jerarca.
Paganini esperó que esto traiga beneficios ambientales y económicos y, al mismo tiempo, empleo, inclusión y acceso. El desafío es el de “generar competitividad, atraer inversión y dinamizar la economía del país”.
El ministro recordó que se trabaja junto a Naciones Unidas en pos de estos logros. “El objetivo es apalancar medidas tendientes a esta segunda transición en todos estos aspectos, incorporando innovadoramente al sector privado” para que el monto obtenido se vea ampliamente potenciado, indicó.
“Este es el gran desafío de este proyecto. Que estos fondos semilla bajen riesgos, permitan incentivar adecuadamente proyectos nuevos […], que impacten en incluir, en generar empleo, en mirar la cuestión de género”, señaló. Por ello, la meta es que el sector privado “aproveche esta oportunidad” y esto dinamice la segunda transición energética.
“El posicionamiento de Uruguay como un país que toma en cuenta los factores ambientales, sociales y de gobernanza es una realidad, pero a eso le agregamos el factor de innovación”, dijo Paganini, quien aseguró que nuestro país puede posicionarse de esa forma, liderando en la región.
El secretario de Estado consideró que los nuevos instrumentos serán “muy valiosos” para conseguir esos objetivos, de forma interinstitucional. “Vamos en la dirección correcta”, finalizó.
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