Compartimos el artículo sobre “los beneficios de los endulzantes no calóricos” de la Lic. en Nutrición Sonia Nigro.
“Los edulcorantes no calóricos son productos que le resuelven al mundo moderno la necesidad de contar con el sabor dulce en la alimentación sin aumentar el consumo de calorías, dando respuesta a esta apetencia innata.
Al nacer, la leche materna nos “enseña” el placer por lo dulce y proporciona las calorías suficientes en esta etapa de crecimiento y desarrollo. Y la memoria oculta, manda. Quien intente prescindir de este sabor vital quizás pueda lograrlo transitoriamente pero es muy factible que a menudo sienta la necesidad de ingerir algo dulce.
Si nuestra sociedad mantuviera hábitos de vida saludables en cuanto a actividad física y alimentación, se lograría el balance energético indispensable para conservar un buen estado de salud consumiendo con moderación todo tipo de alimentos variados, incluyendo los tan nombrados dulces.
Pero la modernidad nos trajo entre otros cambios, dos muy preocupantes para la salud; somos mayoritariamente sedentarios en nuestra actividad cotidiana, tanto en el trabajo como en el ocio y consumimos alimentos densos en calorías. Como resultado, la epidemia de obesidad y diabetes y la morbimortalidad por las complicaciones asociadas, nos amenazan desde edades tempranas. Sin embargo, nadie quiere renunciar al placer de elegir libremente con qué alimentarse, pero para ello debe desarrollar un plan de alimentación balanceado.
Nos parece importante entonces generar un espacio de reflexión para revisar los beneficios reales de los edulcorantes como productos seguros, ampliamente estudiados y aprobados por Comités a nivel mundial.
En primer lugar, los edulcorantes no calóricos satisfacen la presencia de “lo dulce” con ahorro de energía, ya sea por su uso como endulzante de mesa o por su inclusión en preparaciones saludables como yogures, cereales, helados, bebidas y jugos, entre otras. El edulcorante aquí actúa claramente en la prevención o tratamiento de la obesidad y favorece el mantenimiento de un peso saludable, en una buena parte de la población afectada por sobrepeso o contribuye a evitarlo. El único requisito para cumplir con este objetivo es procurar en simultáneo, una alimentación variada y moderada, evitando excesos de grasas y bebidas con alcohol.
La segunda gran función de estos productos, es generar la posibilidad de desarrollar preparaciones o bebidas exentas de azúcar para pacientes con diabetes o pre-diabetes, situaciones clínicas en franco crecimiento desde etapas tempranas de la vida.
Por otra parte, no induce el descenso del pH fisiológico de la placa dentaria evitando la caries dental, aunque esta epidemia puede ser controlada con medidas higiénicas de cepillado post ingesta ya que múltiples alimentos pueden contribuir a la formación de caries.
El consumo de edulcorantes es histórico; la sacarina primero y el ciclamato luego, fueron utilizados por los diabéticos desde 1880 y 1958 respectivamente. Reiteramos que todos los edulcorantes existentes en el mercado están autorizados por las Autoridades Regulatorias Internacionales y Nacionales, los trabajos de investigación no arrojan alerta alguna y existe un denodado esfuerzo de la industria por incluirlos en multiplicidad de productos. Recientemente, la stevia (Stevia Rebaudiana Bertoni), una planta autóctona utilizada por siglos por los indígenas sudamericanos, toma auge como endulzante no calórico de gran pureza. Abre un nuevo espacio como aditivo natural apto para todas las edades y condiciones, siendo además dúctil para el desarrollo de alimentos funcionales”.
Fuente Imagen: www.elindependiente.com.ar
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