Compartimos el pensamiento del diputado Javier García (Lista 40-PN) en su columna “Aceptamos el debate”.
“El comando vazquista hizo saber que su campaña se basará en recordar el pasado de los gobiernos blancos y colorados para compararlo con los del FA. En el imaginario de estos dirigentes atribulados, la idea es ponerle cara al diablo y que esa cara sea la de estos gobiernos. En contraposición, sus ángeles vestirán una túnica tricolor. La simpleza asombra, porque estos estrategas de campaña nacieron, crecieron, se educaron, y hasta se transformaron algunos de ellos en prósperos empresarios y acomodados profesionales bajo gobiernos que parecen que fueron malos para todos, excepto para ellos, a los cuales les fue muy bien. ¿Paradoja, no?
El ánimo refundacional que los anima, además de estar impregnado de una enorme soberbia y arrogancia, encubre un enorme fraude intelectual. Los gobiernos pasados, con sus luces y sus sombras, son parte de una construcción colectiva, muy nuestra, heredera de tradiciones democráticas y liberales. Más aproximados unos que otros a la participación del Estado en la economía, pero todas centradas en raíces de protección social indiscutible. La escuela pública, que es la imagen del Uruguay más progresista que se haya conocido, es obra de esos gobiernos, mientras fue abandonada a su suerte en los últimos diez años.
En gobiernos blancos y colorados las familias enviaban orgullosas a sus hijos a la escuela pública, mientras en los del FA se dio, inversamente, el mayor crecimiento de la matrícula en los colegios privados. Actualmente los que pueden pagar resuelven ellos la educación de sus hijos produciéndose la mayor “privatización” de la enseñanza que se recuerde. Los hospitales nunca dejaron a nadie sin atención, con sus carencias y años a cuesta, pero la única vez que se tuvo que declarar por ley la emergencia sanitaria fue en estos gobiernos. Ni en 2002 cuando el país quebró, quedó nadie sin atención. En 2010, 5.000 uruguayos en ASSE esperaban más de dos años ser operados pero nadie se encargaba de ellos, y abundaban los recursos.
La mortalidad infantil, tasa que denuncia la injusticia más grande que una sociedad pueda soportar, disminuyó desde el año 1985 hasta 2004 de 30 a 12 por mil, y desde allí hasta hoy apenas 4 puntos menos. Cada punto son 50 niños que se salvan.
El plan CAIF que combina educación, alimentación y protección infantil es una obra que aprovecha la mejor intención de una sociedad con sus más débiles. Es creación de aquellos “insensibles” gobiernos. En fin, podríamos comparar viviendas construidas de verdad por anteriores administraciones, con el eufemismo de “soluciones habitacionales” que encubre la inoperancia y el engaño cuando abundó presupuesto. Construyeron en dosis homeopáticas.
Existieron errores y cosas mal hechas, por supuesto. Dentro de esos gobiernos también hubo gente que se corrompió y fueron, en esos casos, echados de sus partidos. En el FA los que se corrompieron fueron cobijados, protegidos y encubiertos. Algunos se creían tan impunes que iban a ver partidos de tenis a las risas mientras los jueces los querían procesar. No hay vacunas contra el robo, pero existe la cirugía partidaria, que unos la aplicamos y otros no.
Estamos orgullosos de un país que es fruto de la pluralidad y no del exclusivismo que la niega. La renovación implica autocrítica y respeto.
¿Refundadores? Padre de la Patria hay uno solo, el que recordamos el jueves, el resto somos anécdota”.
Fuente Imagen: es-la.facebook.com
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