Los indicadores sobre incidencia del virus del SIDA entre la población parecen haberse establecido, según un informe dado a conocer este 1º de diciembre del 2008. El último estudio realizado, reveló una baja prevalencia nacional, concentrada en los grupos más vulnerables. Se alcanzó una «meseta», una especie de control de la epidemia en la población general. Dos uruguayos por día eran notificados de la enfermedad, actualmente, la cifra descendió a uno.
Actualmente, 10.996 personas saben que poseen la enfermedad, en su mayoría en el rango etario entre 15 y 44 años. Además, un estudio de Equipos Mori, reveló que de las personas consultadas, el 60% no utilizó condón en su último acto sexual, si bien conocían los métodos preventivos.
Las mujeres han aumentado la notificación, porque más mujeres que hombres se hacen el diagnóstico del VIH, teniendo en cuenta que se les ofrece el análisis cuando quedan embarazadas. La mujer, como en muchas patologías, se encuentra en condiciones de mayor vulnerabilidad que el hombre, aseguró María Luz Osimani.
En el caso de los niños, muchos de ellos ya son adolescentes y están conviviendo con este virus. El control de la mujer embarazada ha permitido una sensible disminución de la transmisión vertical. Actualmente, un 2% de las embarazadas le traspasan a su hijo la enfermedad, cifra que obedece en su mayoría, a casos en que no se llega al control temprano durante el embarazo.
Osimani apela a la creación de una Consejería, una orientación, para que quienes hayan tenido una práctica de riesgo lo puedan conversar y así revertir la situación para en un futuro, tener prácticas más seguras. Asimismo, recordó la alternativa del 0800 SIDA, una línea telefónica que atiende en forma confidencial y anónima las consultas de las personas. La misma, se considera un buen barómetro para medir la situación.
La epidemia está concentrada en las poblaciones con mayor vulnerabilidad. Durante 2008, en la población privada de libertad se registra un 5.5% de prevalencia, concretamente en la cárcel del departamento de Canelones; en trabajadores sexuales masculinos un 19.5% y se está terminando el estudio sobre homosexuales.
En cuanto a la normativa, se cuenta con el programa nacional de prestaciones ITS/SIDA; las directrices de atención integral de las trabajadoras sexuales; el protocolo de tratamiento antirretroviral; la coordinación permanente con los programas de tuberculosis y VIH; el test de genotipificación y el apoyo al programa de salud bucal para sus criterios de bioseguridad.
Se plantean como desafíos del futuro, lograr implementar el registro único de usuarios de VHI; tener una campaña sostenida en los medios masivos de comunicación; intervenciones contínuas en poblaciones en condiciones de mayor vulnerabilidad y promover acciones que faciliten el acceso al diagnóstico de VIH.
El Director general de Salud, Jorge Basso, destacó el estudio realizado este año que sufrió modificaciones respecto al de años anteriores, y que se tornó más confiable. La estadística revela que se alcanzó una baja prevalencia nacional, pero concentrada en los grupos más vulnerables.
Basso entiende que la herramienta más eficiente es la prevención en salud, promoviendo el uso del condón. En este sentido, anunció que el MSP incrementó los niveles de compra de preservativos que ya eran históricos. Los mismos, se distribuyen en los diferentes Ministerios y ONG como forma de facilitar el acceso al mismo.
Mario Segovia representante de CONASIDA, hizo hincapié en el concepto de «prevención». Prevenir es llegar a la población antes de la enfermedad, dijo. Lo que se invierte en prevención, se ahorra en tratamientos posteriores cuando la enfermedad está instalada.
El representante de ONU, Pablo Mandeville, se congratuló por instancias como ésta, donde compartir las cifras actualizadas de un tema tan preocupante. Felicitó la labor que se realiza en Uruguay, reafirmando además su apoyo y el de la organización que representa, para que en este país se logre controlar la enfermedad.
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