COMUNICADO DEL OBISPO DE TACUAREMBO – RIVERA A TODOS LOS DIOCESANOS, HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD
Llegada de una nueva primavera.
Y llega una nueva primavera a nuestra tierra. La naturaleza vuelve a darnos señales de renovación de la vida, nos muestra el vigor ancestral de su impulso cíclico.
Una nueva oportunidad de admirarnos de las maravillas de la Creación: la armonía y la variedad, los colores y las formas, el valor y la riqueza de lo que se nos regala abundantemente para que tengamos vida en abundancia: «Miren los lirios del campo…» (Lc 12,27)
Como nos dice la Carta a los Romanos (1,20) «Dios mismo lo manifestó. Pues si bien a Él no lo podemos ver, lo contemplamos por lo menos a través de sus obras, puesto que Él hizo el mundo, y por ellas entendemos que Él es Eterno y Poderoso, que Él es Dios».
Y de este Dios origen de todo lo creado, nos dice el libro del Génesis: «Dijo Dios: Hoy les entrego para que se alimenten toda clase de plantas con semillas que hay sobre la tierra y toda clase de árboles frutales. A los animales salvajes, a las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se mueven sobre la tierra, les doy pasto verde para que coman. Y así fue. Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno» (Gen 1,29-31).
El cuidado del medio ambiente
Dios nos ha entregado esta hermosa tierra para que queriéndola mucho la cuidemos al beneficiarnos de sus frutos y la defendamos de todo aquello que pueda dañar la posibilidad de que la encuentren sana los que vengan después de nosotros.
En este centro norte del Uruguay tenemos el privilegio de contar con una de las reservas de agua dulce más grande del planeta: El acuífero guaraní. Es éste una riqueza inmensa en el tiempo de la familia humana en que vamos tomando conciencia del valor que tiene el agua para la vida. Al disfrutar de la abundancia de este don nos cuesta comprender lo que significa su escasez y la responsabilidad que nos cabe en no contaminarla.
El Art. 47 de la Constitución de la República nos dice: «La protección del medio ambiente es de interés general. Las personas deberán abstenerse de cualquier acto que cause depredación, destrucción o contaminación grave al medio ambiente».
Esta preocupación que estoy compartiendo la vemos reflejada en el hecho de que las Naciones Unidas han declarado un Decenio Internacional para la Acción «El agua, fuente de vida (2005-2015), con el objetivo de detener la explotación insostenible de los recursos hídricos por parte de todos los países y de elaborar planes de gestión de éstos y de aprovechamiento eficiente del agua. A la vez ha declarado el próximo año como Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua 2013.
Es que no hay duda que el agua es esencial para la vida, ya que ningún ser vivo puede sobrevivir sin agua; ella resulta indispensable para la salud y el bienestar humano así como para la preservación del medio ambiente. Cada año millones de personas, la mayoría niños, mueren por enfermedades relacionadas con un abastecimiento de agua, un saneamiento y una higiene inadecuados. Cada día mueren alrededor de 3.900 niños a causa del agua sucia.
Como nos dice el Documento Conclusivo de Aparecida la naturaleza se manifiesta muchas veces frágil e indefensa ante los poderes económicos y tecnológicos. Por eso como profetas de la vida queremos insistir que en las intervenciones sobre los recursos naturales no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente la fuente de vida en perjuicio de naciones enteras y de la misma humanidad. Las generaciones que nos sucedan tienen derecho a recibir un mundo habitable… La Iglesia agradece a todos los que se ocupan de la defensa de la vida y del ambiente.
Y ante esta situación propone: evangelizar a nuestros pueblos para descubrir el don de la Creación sabiéndola contemplar y cuidar como casa de todos los seres vivos y matriz de la vida del planeta y nos invita empeñar nuestros esfuerzos en la promulgación de políticas públicas y participaciones ciudadanas que garanticen la protección, conservación y restauración de la naturaleza.
Comisión Tacuarembó por la vida y el agua
En este año, vecinos de nuestras zonas rurales han venido a compartir su preocupación por las incertidumbres que están viviendo a raíz de haberse encontrado con que sus propiedades están pedidas para proyectos de prospección minera. Veo así con preocupación que ha llegado a nuestro país esa ola de expansión acelerada de las industrias extractivas cuyas actividades tienen muchas veces impactos negativos en la vida de las poblaciones afectadas.
El CELAM ha alertado a los obispos latinoamericanos para que pidan al Estado que implemente, aplique y lleve a cabo procesos de consulta facilitando la participación de las poblaciones afectadas por los proyectos mineros en la toma de decisiones sobre la posible realización de dichos proyectos.
Impulsado por estas motivaciones es que resolví tomar posición y he colaborado en la integración de una comisión denominada: «Tacuarembo por la vida y el agua». La misma está integrada por ciudadanos, comunicadores, productores rurales, empresarios, trabajadores, representantes sindicales, ediles departamentales preocupados por la posible instalación de la minería a cielo abierto en nuestro país especialmente en el departamento de Tacuarembó. La tarea a la cual está abocada es la de una campaña para declarar nuestro departamento libre de la minería metalífera a cielo abierto.
Evangelizar a nuestro pueblo para descubrir el don de la Creación
Sugerencias:
1. La catequesis sobre la Creación reviste una importancia capital: aprovechando este tiempo de primavera los catequistas y animadores de grupos propongan catequesis y celebraciones sobre la creación de Dios que lleven a alabar, valorar y agradecer el don de la Creación.
2. Homilías en las celebraciones eucarísticas: Guiones y homilías que promuevan la valoración y el compromiso a cuidar el don de la creación como casa de todos.
3. En base al Documento Conclusivo de Aparecida Nos. 470 – 475, partiendo de la realidad de lo que se está dando en el país y nuestro Departamento en cuanto al cuidado del medio ambiente y el agua, iluminar con estos criterios para actuar en consecuencia. 4. Participar en la Bendición de las aguas del Río Tacuarembó en Villa Ansina el próximo sábado 8 de diciembre.
Cuidemos la casa de todos: El destino universal de los bienes nos exige la solidaridad con la generación presente y con las futuras.
En Jesús Buen Pastor los saluda.
Julio César Bonino.
Obispo de Tacuarembó – Rivera
Tacuarembó, 21 setiembre 2012.
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