Mes de la
Tierra.

….con olor a agua quemada en la costa atlántica, por quema
de bañados por aquí y humedales por allá… La Pedrera – 22 de
abril de 2008.

«Conmemorando el Día del Agua y catorce años ininterrumpidos en defensa de su
calidad, nos hicimos eco de la noticia de que el balneario uruguayo Mar del
Plata fue cedido por el Estado a un particular a precio de ganga. Y sin asombro
descubrimos que nada ha cambiado en el suceso que nos ocupó. Todo un balneario
de cinco kilómetros de costa oceánica, ubicado estratégicamente entre el
sistema lagunar uruguayo, fue cedido por diecisiete mil pesos, moneda nacional.

Cuando se vive en un departamento-país como Rocha, donde no falta nada
-naturaleza mediante y geológicamente hablando-, se puede llegar a pensar que
lo que sobra es tierra y que lo que falta es gente. Caer en la creencia de que
para atraer inversiones hay que ceder o conceder sectores territoriales a
precios de liquidación por no darles el verdadero valor ecológico en el siglo
XXI, nos lleva a concluir que cinco siglos después estamos cometiendo el mismo
error histórico de cambiar oro por espejitos o cuentas de colores.

El inversor que viene de los países del norte busca en el sur lo que necesita y
a precio de regalo. Alcanza con mirar el cambio monetario para saber que al
criollo, a la hora de acceder a comprar en su propio país dolarizado, le va a
resultar casi imposible competir con el euro.

También la manera de trabajar la tierra es de mucho menor coste por estos
lados. Y lo decimos por un denso humo que nos invade en la costa atlántica y
nos deprime su olor a muerte.

Aquí, a nuestro costado, en la hermana Argentina, para plantar se quemaron
pastizales y se arrasa con humedales… Y después nos preguntamos por qué,
junto con la fauna autóctona, la humedad de la tierra va desapareciendo…

No se puede pedir a un productor agropecuario un comportamiento social más
responsable y que piense en la contaminación del aire y sus consecuencias en la
salud humana; ni que entienda el sublime ciclo hidrológico… ¿Cómo explicar a
ese productor el origen, el océano, la evaporación, la condensación, la
precipitación, los hielos, los ríos, los lagos y lagunas, los bosques con
evapotranspiración, los humedales y el océano nuevamente?
No se puede pedir a un hombre de campo que sepa la función de los humedales en
el delta de un río, como puede ser el amortizar crecientes y purificar el agua.

Ni siquiera si es argentino se puede esperar que sepa que en 2005 un informe
advertía que la principal fuente de abastecimiento de agua de Buenos Aires es
el río más contaminado de su país, «un caldo tóxico de dioxinas, metales
pesados, pesticidas y aguas residuales».

A un productor de tierra adentro no se le puede exigir lo que autoridades
locales, nacionales o regionales desconocen a la hora de saber cuál es el valor
real de la tierra. Y no hablamos del simbólico ni del económico, sino de la
tierra como un organismo vivo en el que todos los seres que la habitamos
estamos entretejidos por medio del agua que nos une.

La crisis ambiental que enfrentamos todos los rioplatenses se relaciona
de manera estrecha con nuestra pérdida de valores y de principios. Debemos
recordar nuestro sitio en la naturaleza, reconocer sus valores auténticos y
así, sólo así, estaremos pensando en un futuro digno para los más chicos y que
no se quieran ir…

Estimados Comunicadores Sociales: como siempre, es para reflexionar
juntos. Reciban nuestro reconocimiento y agradecimiento a la hora de tratar de
interpretarnos. El motor que nos impulsa a no cortar el contacto con ustedes es
este océano que baña La
Pedrera, que nos recuerda que la vida en la Tierra se originó en él y
que el sabor salado, así como la proporción de elementos de nuestra sangre, es
su impronta.
El océano fue, es y seguirá siendo el sostén de la vida en la Tierra y de lo que suceda
en ella dependerá el futuro de los mares en este eterno ciclo universal».

Futuro en Acción La Aguada.

Por una participación de Uruguay en «La Exposición Internacional
Zaragoza 2008 sobre Agua y Desarrollo Sostenible», lo más justa y
meritoria posible.