Con la satisfacción de un deber cumplido, los estudiantes de los cursos de la Fundación Forge detallaron las actividades que cumplieron el pasado fin de semana en la escuela 81 de Queguay Chico, también conocido como Cuchilla del fuego, 56 kilómetros al Este de Guichón.
Fueron 18 los jóvenes que viajaron cuatro horas el domingo de mañana para cooperar con la escuela e internado rural. “Salimos el domingo (2 de octubre) a las 6, y llegamos a las 10 a la escuela, donde nos esperaba la maestra directora Yohana Mesa y la auxiliar”, contaron a EL TELEGRAFO tres de las participantes, Victoria Milano, Andrea Barboza y Daniela Poggio.
Sobre su aporte al local escolar, detallaron que “pintamos tres salones, el comedor, la pared del dormitorio de los varones y lijamos y pintamos las mesas”, en lo que fue una jornada muy activa.
Jornada compartida
El lunes, y con la llegada de los 24 alumnos, la jornada fue de fiesta. “Decoramos la escuela con globos y guirnaldas, hicimos la presentación y luego celebramos con los niños”. Tres se vistieron de payasas y compartieron risas y caramelos con los escolares. Hubo un almuerzo común (“qué rico el asado ovino que prepararon”, recordó una de las muchachas) donde participaron también algunos papás de los escolares.
Como “devolución”, los niños presentaron bailes y dos obras de teatro en un escenario donde un cartel decía “bienvenidos chicos Forge”.
“Fue una experiencia re linda”, dijo una de las jóvenes, y agradecieron nuevamente los aportes hechos por empresas y particulares para apoyar la escuela. Entre las donaciones, recibieron pintura, barniz, aguarrás, cuatro camas, un televisor, útiles escolares, un equipo de radio para montar una “comunitaria”, una cisterna, libros, ropa, juguetes, golosinas, refrescos y 30 litros de yogur.
Días atrás en el local de Paysandú Innova los jóvenes hicieron su rendición “a todos los que colaboraron y los que quieran ver el trabajo que se hizo”.
Fuente: Diario El Telégrafo de Paysandú.
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