En el departamento de Paysandú, un hombre que trabajaba en un circo fue mordido por un tigre de bengala. Los dueños levantaron las carpas y se fueron del departamento.
El asunto no había empezado bien. El circo llegó a Paysandú y levantó su carpa sin tener seguro, ni control sanitario de los animales, ni la inspección del área de edificación. Prometiendo regularizar su situación, comenzaron a contratar personas del lugar, ofreciendo una buena comisión a cambio de limpiar las jaulas, alimentar a los animales y ayudar con el armado y desarmado de estructuras.
Uno de los que aceptó la propuesta fue Oscar Costa, de 38 años, quien sufre una discapacidad intelectual. Mientras desarmaba una de las carpas, fue sorprendido desde atrás por un tigre de bengala. Lo empujó hacia los barrotes de la jaula y comenzó a morderle el brazo derecho con violencia.
Lo que parecía un caso más de accidentes de circo, generó el repudio de la población local, ya que un encargado del circo «Osvaldo Terry» lo llevó al hospital y lo dejó «tirado». «A pesar de que expresó que iba a hacerse cargo de todos los gastos. Se fueron de esta ciudad, hasta hoy no supimos más nada de ellos», dijo Miguel Costa, padre del herido.
«Es inadmisible en las condiciones en las que se contrató el muchacho, sin tener en cuenta que no tiene un coeficiente mental para su edad. Para colmo lo envían a cuidar las jaulas de las fieras porque unos niños estaban molestando a las bestias», agregó.
Ahora se presume que el circo esté instalado en el vecino departamento de Río Negro.
Oscar Costa tiene el brazo comprometido y se le suministran antibióticos por una infección localizada en la zona donde la bestia lo mordió.
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