El nuevo desarrollo científico representa un gran avance para aquellos pacientes que no han respondido a tratamientos convencionales, como la quimioterapia.
La investigación y el desarrollo en el campo de la medicina han abierto diversas oportunidades para quienes atraviesan una enfermedad compleja y buscan mejorar su calidad de vida. Antes, muchos pacientes con enfermedades como el linfoma podían tener un desenlace fatal en pocas semanas; pero los últimos avances científicos podrían permitirle sobrevidas significativamente más largas con la posibilidad de realizar sus actividades con normalidad. El linfoma es un tipo de cáncer sanguíneo que se origina en los linfocitos, células del sistema inmunitario. Se divide en dos tipos principales. Uno es el Linfoma de Hodgkin (LH), que representa el 10% de los casos y es la enfermedad oncológica con mayor incidencia en jóvenes; el otro es el Linfoma No Hodgkin (LNH), el tercer tipo de cáncer con mayor aumento en el número de detecciones —superado por el melanoma y el cáncer de pulmón —, dividido en 90 subtipos. Específicamente, el LNH representa el 2.8% de todos los tipos de cáncer a nivel mundial, con una incidencia de siete nuevos casos por cada 100,000 habitantes, según datos del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al mismo tiempo, es el responsable del 3% de la mortalidad derivada de procesos neoplásicos —crecimiento anormal y descontrolado de células—, la 6° causa de muerte por cáncer en mujeres y la 9° en hombres. La incidencia más alta se observa en regiones como América del Norte, Europa Occidental y Oceanía, una tendencia que también se presenta en Uruguay.
En nuestro país, la incidencia de LNH es de 9.8 por cada 100,000 habitantes, siendo ligeramente más frecuente en hombres con 11 casos por cada 100,000 habitantes, y 7.9 casos por cada 100,000 habitantes en mujeres. Además, en Uruguay, el LNH representa el 3.4% de todos los cánceres en términos de incidencia y ocupa el lugar 8° en número de casos por año, sin distinguir edad ni sexo. Los casos de LNH vienen en aumento desde la década de 1970. Mientras que otros cánceres se incrementaron un 25% durante el último cuarto de siglo, las detecciones de LNH subieron un 80% en el mismo período. En simultáneo, su incidencia se triplicó en personas mayores de 65 años. Estos crecimientos se deben al mayor número de pacientes VIH positivos, a la mejoría de las técnicas diagnósticas y el aumento de la esperanza de vida.
Nuevo paradigma de tratamiento
La doctora Gimena dos Santos explica de qué se trata el nuevo desarrollo científico “es un fármaco desarrollado para el tratamiento de neoplasias linfoides. Se trata de un anticuerpo biespecífico”. El desarrollo de los anticuerpos biespecíficos ha ganado particular interés en la última década. “Desde el 2014 se han aprobado nueve anticuerpos biespecíficos, cinco de los cuales están dirigidos a neoplasias hematológicas. Al usar como blanco dos antígenos o proteínas diferentes los anticuerpos biespecíficos tienen mecanismos de acción que se basan en activar la propia inmunidad del paciente contra las células malignas”, sostiene dos Santos. La especialista enfatiza que, a pesar de los avances terapéuticos, la mayor parte de los pacientes con linfomas B en recaída o refractarios tienen un mal pronóstico. Es por eso que subraya la importancia de la existencia de opciones de tratamiento eficaces, bien toleradas y fácilmente disponibles para los pacientes en esta situación. El nuevo desarrollo científico “ha demostrado una actividad significativa en monoterapia, con tasas de respuesta global y completa clínicamente relevantes y con un perfil de seguridad aceptable”, puntualizó dos Santos. “Con un esquema de administración sencillo y un estricto protocolo de soporte para evitar efectos adversos graves, los anticuerpos biespecíficos son una opción terapéutica prometedora en pacientes con linfoma con varias líneas de tratamiento previo”, finalizó dos Santos. Estos avances en el tratamiento del linfoma representan un gran paso hacia adelante en la lucha contra esta enfermedad.
La continua investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos seguirán siendo cruciales para mejorar la calidad de vida de los pacientes y ofrecer nuevas esperanzas en su batalla contra el cáncer.
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