Compartimos el Informe Agrícola – 2024. Informe del Sector Agrícola – Noviembre 2024. Uruguay XXI.
La dotación de recursos naturales y factores productivos le brinda a Uruguay ventajas comparativas en la producción de alimentos. Con más del 90% de la superficie apta para la actividad agropecuaria, Uruguay es un proveedor mundial confiable de alimentos y productos agrícolas.
El sector agropecuario representa entre el 6% y el 7% del PIB en Uruguay (2019-2022). Al incluir los subsectores e industrias asociadas, se lo suele denominar sector agroindustrial y su contribución es entre 14% y 16% del PIB (2019-2022).
La agroindustria, además de su participación directa, genera efectos positivos sobre otros sectores, con encadenamientos hacia atrás (por una mayor demanda de servicios de transporte, almacenamiento, producción de insumos, telecomunicaciones, etc.) y hacia delante (gran parte de la producción agroindustrial nacional sirve de insumo para otras industrias).
En la campaña 2022-2023, el área total cultivada aumentó 14% interanual. Sin embargo, la severa sequía de 2023 afectó las cosechas de verano, particularmente las de soja, cuyo rendimiento culminó en mínimos históricos al igual que la cantidad exportada.
El sector agroindustrial empleó aproximadamente 217.000 personas (2023), lo que representó el 13% de la población ocupada del país. Las actividades agrícolas fueron responsables de 83.500 empleos incluyendo la industria asociada al sector.
Los incentivos asociados a la Ley de Inversiones (Nº 16.906) continúan teniendo un impacto positivo sobre el número de proyectos y montos totales. De hecho, los proyectos vinculados al sector agroindustrial pasaron de un promedio de 56 entre 2016 y 2019, a 102 proyectos para el período comprendido entre 2020 y 2023.
Las exportaciones agroindustriales representaron el 80% de las exportaciones totales de bienes en 2023 al alcanzar los US$ 9.086 millones y registrar una disminución de 17% en la comparación interanual. Dentro de estas, los bienes agrícolas totalizaron US$ 983 millones, lo que implicó una disminución de 61%, explicada principalmente por la caída en las exportaciones de soja y en menor medida de cebada y maíz.