El poder en esta revolución no incrementa solamente la capacidad de análisis de los datos, sino que también permite la interoperabilidad de los sistemas de información del Estado. Los datos en tiempo real son clave para llegar a tiempo con acciones de protección, amparo y defensa de la población vulnerable.
En este escenario y gracias a estos datos es posible ver los logros de Uruguay en materia de salud sexual y reproductiva e igualdad de género. El UNFPA celebra la reducción de la mortalidad materna y del embarazo adolescente producto de políticas concretas como, por ejemplo, el acceso a la salud, la captación de las embarazadas en el primer trimestre, el mayor acceso a anticonceptivos, la ley de Interrupción voluntaria del embarazo, entre otras.
Sin embargo, la labor de recopilación de datos siempre es una tarea inconclusa. El Estado de la Población 2024 ofrece a los países [adjunto], las sociedades y los responsables políticos la oportunidad no solo de celebrar las mejoras en la recopilación y el análisis de la información, sino también de preguntarse: ¿Estamos haciendo las preguntas correctas? ¿Es segura nuestra recopilación de datos para todas las personas? ¿Quién sigue sin ser contabilizado? En un mundo cada vez más impredecible, los datos fiables e inclusivos son más importantes que nunca y deben utilizarse como herramienta para promover el progreso para todas las personas.
El próximo paso
Una vez que los datos nos indican que se ha alcanzado el objetivo, es ineludible avanzar a la siguiente etapa. En el caso de salud materna, es preciso saltar de la reducción de la mortalidad materna al bienestar materno de todas las gestantes. En este marco, qué datos se necesitan para la toma de decisiones? Es posible acceder a información clave sobre las mujeres gestantes en tiempo real y mejorar el alcance, la pertinencia y la llegada de la acción social del Estado ante situaciones de riesgo y vulnerabilidad a través de la integración de datos del Sistema Informático Perinatal (SIP) en formato web y el Sistema de Información Integrada del Área Social (SIIAS).
Por otra parte, si bien ha habido avances en materia de embarazo adolescente temprano, todavía existe un número absoluto de niñas menores de 14 años embarazadas (en 2023 hubo 33, en 2022, 38). La enorme mayoría de estos embarazos está vinculado a situaciones de violencia y, por lo general, la maternidad infantil es el final de un proceso de vulneración de derechos de larga data. Estos datos muestran que a pesar de que el país cuanta con un Estado que ni es ausente ni es raquítico en materia de protección, existen grietas en dicha arquitectura de protección y que, parte de estas, derivan de la ausencia de sistema de información coordinados y de protocolos interinstitucionales de actuación.
Un sistema educativo con cobertura universal en dichas edades, un sistema de salud sin barreras de acceso y con componentes de gratuidad en acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, un sistema de amparo a los más vulnerables en el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) y una fiscalía y Ministerio del Interior presentes en todo el territorio nacional no pudieron frenar el derrotero de muchas niñas que han sido sometidas a formas diversas de abuso y/o explotación sexual. Las alertas se hicieron presentes en varias de estas instituciones en estos casos, pero estas no fluyen interinstitucionalmente y no logran ofrecer una respuesta en tiempo y forma a las más vulnerables de nuestro país. Son estas también, tareas pendientes y urgentes, en las que los sistemas de información y la interoperabilidad forman parte necesaria de la solución. Protocolos, recursos materiales y humanos adecuados y suficientes, obviamente son las otras condiciones para atacar estas realidades.