La enfermedad meningocóccica es una infección bacteriana difícil de diagnosticar, con un cuadro clínico que evoluciona con rapidez y un alto porcentaje de letalidad. Uno de cada 10 infectados no sobrevive y en caso de hacerlo, uno de cada cinco puede presentar incapacidades permanentes, como la amputación de las extremidades, cicatrices o dificultades para el aprendizaje.
En Uruguay, en 2022 se reportaron 17 casos de personas con esta enfermedad, una cifra que viene en aumento, que tiene un alto impacto en la vida de las personas y que se puede prevenir mediante esquemas de vacunación adecuados.
“Contar con una vacuna dentro del calendario de vacunación es fundamental, ya que permite el acceso equitativo a todos los miembros de la sociedad, especialmente los lactantes menores de nueve meses, que es la población más vulnerable”, indicó la infectóloga pediatra María Gabriela Graña, directora médica de vacunas meningocócicas para mercados emergentes del laboratorio GlaxoSmithKline (GSK), en el marco de la celebración del XXXIV Congreso Uruguayo de Pediatría, organizado por la Sociedad Uruguaya de Pediatría.
La especialista afirmó que “si se quiere lograr un alto impacto sobre esta enfermedad, se debe intervenir en prevención desde los dos meses de edad, seguir con la segunda vacuna a los cuatro meses y hacer un refuerzo después del año”.
La meningitis meningocócica es una infección bacteriana grave de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, provocada por una bacteria llamada meningococo. En la mayoría de los casos esta dolencia se genera en personas sanas, es decir, que no tienen otras enfermedades previas.
La vacunación contra esta afección ha demostrado ser la herramienta más efectiva para mitigar la posibilidad de contraer la enfermedad y erradicar la probabilidad de presentar secuelas una vez transcurrida la infección.
“Los estudios de efectividad de la vacuna contra el meningococo B, en el mundo real, han demostrado que entre el 70% y el 90% de la población inmunizada queda protegida de la posibilidad de contraer esta enfermedad. Cuando hacemos un estudio y vemos aquellos vacunados versus aquellos no inoculados y lo comparamos, se ve que en general la efectividad de la vacuna es muy buena”, explicó la pediatra y gerente médica de vacunas para el Cono Sur de GSK, Florencia Nocita.
Ante esta evidencia, el laboratorio recomienda la vacunación para prevenir el contagio de esta enfermedad e insiste en la necesidad de que esta sea incluida dentro del sistema de vacunación del gobierno para que su acceso sea igualitario para todas las personas.
“También es muy importante remarcar la importancia de completar los esquemas de vacunación para prevenir esta enfermedad, que tiene consecuencias muy graves que se estiman en un 20% de los casos, pero este número puede ascender al 35% si consideramos complicaciones a largo plazo, como pueden ser retrasos en el aprendizaje”, agregó Nocita.
A estas recomendaciones se suman las precauciones que se debe tener en cuenta para evitar el contagio de la enfermedad por transmisión respiratoria, como son el lavado de manos y el cubrirse la boca para toser o estornudar.
En su compromiso asumido con la población para derrotar la meningitis para 2030, GSK se unió a la estrategia global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de trabajar en conjunto con diversos actores de la sociedad para poner fin a una enfermedad debilitante, que mata a cientos de miles de personas cada año.
Entre las principales metas establecidas se encuentran eliminar las epidemias de meningitis bacteriana, reducir en 70% las muertes por esta enfermedad y reducir en 50% el número de casos a través de políticas de prevención, mejoras en los servicios de atención y en el diagnóstico de la enfermedad.
En esta línea, GSK impulsa la campaña Uruguay Contra la Meningitis desde hace dos años para generar consciencia sobre esta enfermedad.