Una delegación de la Asociación de Porteros de Casas y Apartamentos (APCA), conformada por Oscar Fernández, Presidente; Mario Gómez, Secretario y Fabián Espiga, concurrieron a la Comisión de Legislación del Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Representantes, planteando la necesidad de la regulación de los Tótems, cuyo avance tecnológico hoy repercute con pérdidas de fuentes de trabajo.
Aquí la ponencia efectuada:
FERNÁNDEZ. Nosotros les habíamos enviado un proyecto de ley para regular el uso de los tótems, dado que estamos perdiendo muchos puestos de trabajo. Por eso queremos que haya una regulación por parte del BPS o de la Cámara.
GÓMEZ. Nuestro sector está integrado por empleados de edificios dedicados a la parte de portería y limpieza. Pertenecemos al Grupo 19, Subgrupo 3. Somos once mil empleados a nivel nacional. Venimos a plantear la problemática surgida a partir del uso de los tótems, ya que, en un año, perdimos casi mil puestos de trabajo. Y el Estado, por los aportes, está perdiendo casi US$ 3.000.000 al año. Voy a comentarles por qué. Los tótems se manejan de la siguiente manera: colocan uno en un edificio y tienen una persona controlando cincuenta entradas. No sé si me van entendiendo: sacan cincuenta porteros; con una sola persona se sustituye a esos cincuenta porteros. O sea, perdemos cincuenta puestos de trabajo y cuarenta y nueve aportes al Estado, por cada turno. Eso se viene generando continuamente. Y el costo es $ 43.000 por veinticuatro horas. Se pierden aportes; pierde el Estado y perdemos nosotros. Otro problema que tenemos con los tótems, al no estar regulada la actividad, es que la persona que vemos no es virtual, sino que es una persona real, y en muchos casos no está en Uruguay, sino en Argentina. O sea, se saca mano de obra uruguaya y se vincula mano de obra argentina o colombiana -por su acento-, y eso no tiene ninguna regulación. Cuando tenemos problemas, por la ley de tercerización, nosotros, uruguayos que estamos físicamente acá y estamos en otros edificios, la responsable es la empresa contratante, que vendría a ser el edificio. En este caso, no hay ninguna regulación. La otra regulación que no existe y que planteamos a los directores del BPS y a una directora del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social es con respecto a la seguridad. Ya tres niños se lastimaron con los tótems; se los ponen de sombrero; también se han prendido fuego; Bomberos, que tanto nos exige, no tiene una regulación para los tótems. Está todo como flotante y no existe una regulación que permita competir. Venimos a plantear eso; si sacan la mano de obra uruguaya y ponen esos aparatos -no estamos en contra; es algo parecido a lo que pasa con Uber-, por lo menos que haya una legislación y paguen un impuesto, de manera de que se pueda competir y frenar la pérdida de trabajo y de ingresos, no solo en lo que refiere a los salarios, sino también a los ingresos del Estado, que es millonaria; si hacemos los cálculos, verán que es muy grande.
ESPIGA. Trabajo de portero desde hace veintidós años. Más que nada, queremos plantear el problema de la gente que queda sin laburo a los sesenta y pico de años y, a esa edad, ya no consigue ningún empleo; si no tiene un oficio, no puede volver a trabajar en otro lugar. Uno de los problemas que tienen los tótems es que si hay corte de luz -ha pasado; somos porteros y, a veces, compartimos con los tótems-, se abren las puertas, porque son imantadas, y la pantalla se apaga, desaparece. La gente no tiene esa información. Otro problema es que se dan todos los datos, no solamente de la gente que vive en el edificio -hijos u otros familiares-, sino de los familiares que no viven allí, pero van al edificio. No sé a quién se les da estos datos, quién los maneja, dónde están. Ellos venden cierta seguridad, y la gente se queda tranquila pensando que hay un policía en cada edificio, esperando que el tótem lo llame. En realidad, es como una mentira. No son seguros; si hay un corte de luz, se abre la puerta, se apaga la pantalla, y atendiendo cincuenta edificios a la vez es imposible que se pueda controlar algo. No sé si pagan impuestos o no; no tengo esa información. El problema es que cada vez hay más porteros despedidos, más gente que queda sin trabajo y que a veces no tiene las herramientas como para poder meterse de nuevo en el laburo, para empezar de nuevo, por la edad o por lo que sea. Esos son los problemas que tenemos hoy y que venimos a plantearles.
Diputado Pedro Jisdonian. Voy a ser muy concreto. Está clara la problemática que nos están trasladando. Seguramente, después de que ustedes se retiren, vamos a trabajar entre nosotros para ver si podemos acceder a algún tipo de información, principalmente, sobre cuáles son los requerimientos actuales y cuál es la posibilidad de que exista un mayor control sobre el cumplimiento de la normativa y de lo que hablaban ustedes -y que está bueno que lo traigan acá porque la mayoría de nosotros lo desconocemos- en relación a la apertura de la puerta, lo que puede significar un incendio o la posibilidad de que pueda caer encima de un niño o de una persona con alguna dificultad para movilizarse. Agradecemos la presencia de ustedes en la Comisión y los insumos que nos están dando. Por supuesto, desde este lugar vamos a tratar de que su situación mejore laboralmente y de cuidar los puestos de trabajo, que está claro que es lo más importante de lo que nos vienen a plantear.
Diputado Sodano (CA). Luego de lo que he investigado y profundizado en el tema, soy un gran defensor de los porteros. Estoy totalmente en contra del tótem; lo digo sinceramente. Está bien generar herramientas con la tecnología que tenemos, avanzar y demás, pero acá estamos hablando de precarizar el trabajo. En vez de mejorar y profesionalizar la labor de un portero, con cursos de reanimación y uso de desfibriladores, cursos con Bomberos, incluso para que la administración de los edificios pueda exigir más; en vez de apuntar a mejorar la calidad y la profesionalización de ese trabajador, de ese portero, lo que hacemos es poner una pantalla táctil, y que la tarea se maneje de otra manera. Perdemos el contacto humano. Ahora nos ponemos melancólicos porque la selección sub- 20 salió campeona y recordamos a los campeones del cincuenta; mi suegro, que tiene ochenta y dos años, lloraba; me dijo que entonces tenía ocho años, ¡qué hermoso! Pero ahora es todo digital y no queremos que el vecino de al lado ni siquiera nos golpee la puerta, no sabemos quién vive en el piso de arriba; ya no se celebra la Navidad, los vecinos no se juntan y cada vez estamos más lejos unos de los otros. Y, después, decimos: «¡Qué violencia hay!», pero no sabemos ni quiénes somos nosotros mismos. Teniendo en cuenta eso -medio chapado a la antigua, como soy; que me cuestione quien quiera-, me pongo de ese lado. Realmente, en una sociedad en la que la violencia sigue apareciendo y diariamente es tema de los noticieros, es importante tener a esa persona de confianza parada en la puerta cuando mi hijo se va a la escuela, cuando viene, si mamá entra o sale; esa persona que sabe si viene el repartidor o quién es el que trae la comida, sobre todo cuando sabemos que hay gente que está arrebatando carteras y rompiendo los vidrios de los autos -como pasa normalmente en Bulevar España-, que tiene la campera de una empresa de repartos, pero que no son empleados de esa empresa, sino simplemente ladrones que huyen; los trabajadores no tienen nada que ver con ese que cometió el delito. Entonces, creo que permitir que la ganancia de unos sea el riesgo de muchos está totalmente fuera de lo que es mi esquema de pensamiento. Simplemente, quiero dejar constancia en la versión taquigráfica y quiero que esté en conocimiento de mis compañeros legisladores y de ustedes, como trabajadores organizados, que creo que un Estado que tenga un lineamiento o convicción clara de qué sociedad quiere tener a futuro no puede permitir este tipo de negocios dentro de los mercados laborales nacionales. Que me disculpen las empresas que invierten en esta tecnología; yo celebro la tecnología para las cosas buenas, pero no para las cosas malas, y creo que esta es una de ellas.
Diputado Otero (FA). Particularmente, hace unos meses hicimos un pedido de información al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social referido, precisamente, a la eventualidad de la pérdida de las fuentes de trabajo y, sobre todo, a la cantidad de tótems que se están instalando y cuál es, por lo menos, el tipo de trámite que se tiene que hacer. Me imagino que instalar un tótem debe llevar algún tipo de regulación, así como el trabajo -se me ocurre- de un trabajador de una empresa de seguridad. ¿Hay determinado protocolo para que estos tótems sean seguros para quien los contrate? Eso nos ha interesado. La respuesta fue más en base a la pérdida de empleo, que coincide con los números que ustedes nos están dando, y no se pudo profundizar, sobre todo, en cómo estas empresas acceden al permiso para trabajar. Calculo que es, simplemente, un tema de oferta y demanda y no debe precisar ningún tipo de protocolo más; eso es lo que calculo yo, porque no tengo información. Capaz que ustedes pueden extenderse en eso. La tecnología siempre puede ser bienvenida, pero cuando toca la mano de obra es preocupante. Los números son preocupantes en una tarea que parecía que una máquina no podía hacer; sin embargo, el ingenio hace que una persona física esté a cargo de cincuenta entradas a través de monitores. También es difícil entender cómo alguien se prepara para eso. De repente, ustedes pueden decirnos si, desde su punto de vista, alguien puede hacer esa tarea con buenos resultados. Por último -y con esto cierro mi intervención-, les pregunto si ustedes, como asociación o como sindicato, han tenido instancias en los Consejos de Salarios sobre esta situación en sí misma, si han podido negociar y si hay una patronal que represente, a su vez, a esa contraparte. Quizás no haya una patronal; quizás, sea cada uno de los edificios y los administradores o los administradores se repiten, pero ¿tienen una contraparte para ver esta situación? Esas son las tres preguntas que quería hacer.
Diputada Roselló (PC). Simplemente, quería trasmitirles que nos complace mucho su visita, que hemos atendido esta iniciativa que ustedes nos presentaron, hemos seguido el tema de cerca. Acabamos de hablar con otra delegación de cuestiones que son de estricta justicia; ¡vaya si esto también lo es! En lo personal, tuve muy buenas experiencias con porteros que todavía sigo recordando, desde mi infancia. La verdad es que es muy doloroso todo lo que ustedes han manifestado referente a las situaciones de despido y los riesgos que suponen, porque convengamos que el trabajo de portero lo realizan, por lo general, personas de determinada edad y el despido supone que queden excluidos del sistema, que no puedan encontrar empleo, por cuestiones lógicas, lamentablemente. Nos preocupa el tema; lo vamos a trabajar, estoy segura de que con acuerdo de todos los integrantes de esta Comisión, para encontrar la mejor solución posible. Es lógico el planteo de que las empresas que utilizan estas formas de portería virtual tengan que pagar los mismos impuestos que los trabajadores físicos; reitero, es lógico el planteo. Entendemos los riesgos. No conocía esto; la verdad es que nunca tuve un tótem en el edificio. Hoy en día, en mi edificio tenemos una pequeña camarita; hay una persona detrás de esa camarita que alerta si algún individuo se acerca a la propiedad; llama y le dice: «Aléjese; es propiedad privada», o llama a la Policía. Eso es lo único que conozco, además del portero físico; ya les trasmití mi buena experiencia. Sin lugar a dudas, es muy importante la presencia física de alguien cuidando un edificio. Además, el uso de tótems supone riesgos, porque si ante un corte de luz, el tótem se apaga, ¿qué seguridad brinda? En realidad, no cumple la misma función. Claramente, hay una competencia desleal. Así que asumimos el compromiso, como expresaron mis colegas, de trabajar el tema en profundidad para elaborar lo más pronto posible, en base a lo que ustedes han planteado, una iniciativa que pueda ser aprobada en esta Cámara y luego también en el Senado.
Presidente de la Comisión, Daniel Gerhard (FA). Antes de devolver la palabra a la delegación para responder las consultas y hacer algunas otras acotaciones, quiero decir que si bien el tótem sustituye mano de obra, sustituye a los trabajadores, no es lo mismo. La administración del edificio tiene que ser consciente de que está contratando otra cosa. No es lo mismo contratar a una persona que contratar ese otro servicio que se presta. Además, me preocupa el trabajador o trabajadora que está haciendo ese tipo de tarea, que es super estresante, independientemente de si vive en Argentina, de si es centroamericano o caribeño; en mi caso, eso me resulta indiferente. De hecho, hay uruguayos prestando servicios para otros países; todos y todas son trabajadores y trabajadoras. Sí entiendo que es una tarea de super estrés y responsabilidad custodiar cincuenta entradas. Creo que el planteo que ustedes traen es super mesurado; no están pidiendo la prohibición de nada, sino la regulación, y están pidiendo las aportaciones. Ahí también me parece que tenemos un tema clave en este rubro, si bien hay muchos ejemplos más: cómo la sustitución de mano de obra por tecnología aporta tanto a Rentas Generales como al BPS, con respecto al cual tanto hemos discutido acerca de cómo se financia. Su planteo es de recibo. Una vez que ustedes se retiren, como decían los otros diputados y diputadas, vamos a ver cómo podemos aportar para buscar una solución.
Fernández. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dijeron los diputados. Quiero agregar que los Consejos de Salarios empiezan el 15 de julio; entre el 15 y el 20 de julio nos va a tocar a nosotros. Todavía no sabemos cómo va a ser la plataforma. Nosotros siempre vamos con el Colegio de Administradores y con la gente de seguridad, con los que se arma una mesa general. Ahí expondremos los puntos que llevemos. También quiero agregar que si bien la máquina está siempre en el hall, yo siempre digo que el portero es la llave del edificio, y ese portero se ganó la confianza de los propietarios por los años trabajados -veinte, veintidós o los que sean-; como ustedes saben, hay gente que muchas veces deja el auto, deja la llave del apartamento, y eso, con el tótem, no se puede hacer. El tótem no saca la basura; si hay un derrame de agua o del tanque, tampoco lo soluciona; es una máquina; en esos casos, no puede sustituir a la persona. Espero que se pueda seguir conversando sobre esta inquietud que vinimos a plantearles. Lo principal es cuidar los puestos de trabajo porque ustedes saben bien que la edad de casi todos los porteros es de sesenta años para arriba, sesenta y uno o sesenta y dos años. Y, a veces, cuando uno de nosotros se jubila o se va, lo sustituyen no por una persona física, sino por una máquina. Además, en el caso de edificios nuevos, cuando se terminan de construir, por estética o no sé por qué, ponen una máquina, no una persona física.
Gómez. Tengo documentación que, si la Comisión la solicita, la dejamos; son presupuestos de dos empresas del rubro de los tótems. También quiero decirles que somos socios; nuestro rubro y el Estado son socios. Tanto se hablado de la reforma tributaria y estamos perdiendo una millonada de plata, tanto el Estado como nosotros; estamos perdiendo a nivel de fuentes de trabajo y a nivel de ingresos sociales. Por ejemplo, si en un edificio tenemos $ 30.000 de aportes al BPS -$ 10.000 por cada turno de ocho horas-, en el caso de los tótems solo se pagarían $ 10.000; los otros $ 20.000 se perderían. Y en los otros cuarenta y nueve también; multiplicaríamos $ 30.000 por cuarenta y nueve, porque esa persona aportaría por las otras. Es un disparate de plata. Como explicaba la diputada, ella tiene esa alarma, el parlante, pero en ese caso no hay una persona física; ahí no podemos hacer nada. Lo que nosotros queremos es que se regule la parte de los tótems, detrás de los cuales hay una persona física real. Para nosotros -capaz que estamos equivocados-, el edificio y las empresas están haciendo una evasión. Si yo, como portero, quiero abrir una unipersonal, hay ciertas exigencias, porque si aporto solo por el edificio y tengo mi unipersonal solo para el edificio, sigo siendo dependiente del edificio, y la ley de tercerización dice que si un día me echan me tienen que pagar todo. Entonces, si a ese tótem de otro edificio mañana lo echan, ¿la ley de tercerización lo favorece? Habría que ver eso también. Somos socios; acá el Estado está perdiendo y nosotros también. Le pedimos a la Comisión que vea la forma de poder regular esto y de que se haga algún aporte social al BPS por cada tótem que se coloca en los edificios.
PRESIDENTE Gerhard. Les aceptamos la documentación. Queda hecho el planteo. Vamos a reflexionar al respecto luego de que ustedes se retiren.
Fuente Imagen: Telemundo.