Una buena noticia para los lectores de Sociedad Uruguaya. Hoy retorna con sus columnas el Profesor y ex Decano Werner Gutiérrez Ferrer, de la Facultad de Agronomía –LUZ- de Venezuela.
Su columna se titula: “Ingenieros Agrónomos, asumamos el liderazgo que Venezuela reclama”, en relación al Día Nacional del Ingeniero Agrónomo que se celebra en Venezuela cada 07 de mayo.
twitter: @WernerGutierrez
Este viernes 07 de mayo celebraremos el Día Nacional del Ingeniero Agrónomo. Como nunca antes desde el año 1944 momento en que fue creada en Caracas la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos (SVIA), hemos conmemorado esta fecha en un escenario tan complejo y adverso del sector agropecuario.
En los campos de Portuguesa hemos visto con impotencia el crimen cometido por un gobierno que niega el gasoil para maquinarias y transporte a los agroproductores, mientras se pierden las cosechas del ciclo norte verano ante la llegada de lluvias.
Productores de maíz de Barinas y Portuguesa, principal rubro agrícola de la otrora Venezuela que se autoabastecía de este cereal tan importante en nuestra dieta, están al borde de la quiebra, ante la inminente entrada del ciclo de invierno, sin poder iniciar la preparación de tierras porque el gobierno los excluye de la entrega oportuna y continua de gasoil para sus tractores.
Igual suerte corren los productores de soya y arroz. No obstante, gandolas con suministro pleno de combustible, pertenecientes a un pequeño sector de privilegiados del “nuevo empresariado”, descargan en Puerto Cabello maíz, soya y arroz traído en buques desde otras latitudes, generando riqueza en los países de origen, entre ellos los Estados Unidos de Norteamérica, propiciando ruina y desolación en los campos venezolanos.
Los ganaderos desde toda la geografía nacional claman inútilmente por suministro permanente de combustible para sacar la leche, queso y animales de sus unidades de producción, atender el mantenimiento de sus potreros, y poner en funcionamiento sus plantas eléctricas y sistemas de riego, siendo un verdadero suplicio el lograr sacar su producción a los centros de consumo.
Los productores de los Andes tienen igualmente serias dificultades para acceder al combustible, por lo que no disponen de tractores y equipos para trabajar la tierra, debiendo recurrir a la tracción animal para no abandonar la siembra de hortalizas. Quienes lo logran, deben sortear miles de obstáculos adicionales para sacar sus cosechas a los mercados del país. Lo lamentable, diariamente caravanas de camiones protegidos por cierto sector de la Fuerza Armada Nacional, ingresan con hortalizas desde Colombia, dejando sin mercado la cosecha nacional.
Desde hace dos décadas he dedicado importantes esfuerzos a reivindicar la necesidad de asignar un rol estratégico al sector agroalimentario nacional como única vía sostenible para alimentar con garantías a la población, y asegurar la generación de riqueza en nuestra ruralidad. Nunca como hoy, esta tarea ha tenido mayor sentido.
El gobierno se ha visto obligado, ante el quiebre que el mismo generó en las finanzas públicas, a abandonar su rol de importador de alimentos, incluso la traída de las bolsas CLAP ha mermado en gran medida, dando la espalda a la población que en su gran mayoría palidece de hambre y necesidades. Las importaciones de materias primas, y alimentos ya elaborados, las realiza un pequeño sector privado, los cuales llegan a los anaqueles a precios inalcanzables.
Hoy, pese a la incompetencia oficial, y por sobre las trabas que le imponen, el sector nacional privado productor de alimentos, junto a nuestros profesionales, sostiene sobre sus hombros, derrochando compromiso, valentía y coraje, la alimentación de nuestros hogares. Finalmente, la sociedad venezolana comienza a entender que “si el campo no produce, la ciudad no come”, y lastimosamente esta amenaza gana espacio, mientras este gobierno inútil evade sus responsabilidades.
Venezuela reclama hoy a sus Ingenieros Agrónomos, el asumir una postura seria y firme ante el país frente a este grave escenario. Es la hora de reflexionar, y asumir sin vacilaciones, con compromiso y madurez, la tarea de liderizar el proceso de creación de las condiciones adecuadas para la recuperación y el crecimiento sostenible del sector productor de alimentos venezolano. Nuestro intelecto, voz y pluma, debe estar de la mano, de manera indisoluble, con los gremios de agroproductores, en la búsqueda de soluciones. Para ello fuimos formados.
Es cierto, en el inmediato plazo, debemos seguir ofreciéndole al productor venezolano opciones tecnológicas, para hacer su proceso productivo lo más eficiente posible, aun en un escenario tan adverso. Sin embargo, el llamado a los Ingenieros Agrónomos venezolanos, es a no separarnos jamás de la principal tarea aún pendiente, el lograr que nuestra nación bajo un nuevo modelo político – económico agrícola, logre en el mediano plazo, alcanzar una producción de alimentos sostenible, asegurando la rentabilidad y competitividad del sector. Si se puede!