El contador Néstor Gandelman, responsable científico de proyecto financiado por ANII junto a Matilde Pereira, afirmó que “la participación uruguaya en la participación científica mundial creció” y reveló que “la cantidad de artículos científicos publicados en Uruguay desde 1996 hasta 2019 crecieron de 272 a 1910.”
Los conceptos fueron compartidos en la Comisión Especial de innovación, ciencia y tecnología de la Cámara de Representantes el pasado 13 de mayo.
Gandelman dio a conocer el documento “Ventajas comparativas reveladas en disciplinas científicas y tecnológicas en Uruguay», fue financiado por el Fondo María Viñas, de la ANII, y fue hecho junto con Matilde Pereira, Flavia Roldán y Osiris Parcero.
“Los objetivos del trabajo son dos. El primero es caracterizar la producción científica del Uruguay, y eso es importante porque todos los trabajos que se han hecho hasta ahora en ciencia en Uruguay, cuando refieren a la evolución de la ciencia, hablan de los insumos que se le brindan; hablan de la cantidad de plata que se invierte en investigación y desarrollo; hablan de los recursos humanos; hablan de los becarios que tenemos. Son todos insumos del proceso productivo, no el resultado que genera esa inversión. Acá una gran diferencia es que vamos a hablar de producción científica”, puntualizó Gandelman.
Luego presentó datos. “¿Qué pasó con la producción científica a lo largo del tiempo? Esto es lo que pasó con la producción científica de Uruguay: los datos de cantidad de artículos publicados en Uruguay desde 1996 hasta 2019 crecieron brutalmente, de 272 a 1910. Esto da una tasa de crecimiento de la producción científica uruguaya de 8,6 % anual. Es mucho, pero estos números no pueden verse aisladamente; hay que mirarlos en relación al mundo. Y cuando hacemos eso, vemos que América Latina creció a una tasa del 9 % y que el mundo creció a una tasa del 6 %. Entonces, cuando miramos el resultado de Uruguay, vemos que la cantidad de artículos publicados por nuestro país creció a tasas muy fuertes, similares a las de América Latina. Esto es parte de un fenómeno mundial de proliferación de revistas y de crecimiento regional. Lo mismo vamos a hacer con las citas”.
El profesional puntualizó que “los patrones de citas tienen forma de «V» invertida porque los documentos más nuevos no acumularon citas, y Uruguay creció mucho en las citas que generó, a una tasa del 7,9%, similar a la de América Latina, que creció a una tasa de 7,8%, superior a la del mundo, que creció a una tasa de 3,6 %. Así que hay un mensaje que se repite: la producción uruguaya medida en documentos o medida en citas creció a tasas importantes, muy similares a las de América Latina y superiores a las del mundo”.
Gandelman afirmó que “la participación uruguaya en la participación científica mundial creció. Al final del período Uruguay representa 0,45 de cada 1000 artículos publicados en el mundo. Ese número, 0,45 de cada 1000, es similar a lo que la población uruguaya representa en la población mundial: 3,5 uruguayos en la población mundial, representamos 0,5 de cada mil habitantes. Ese es el estadio que tiene la ciencia en Uruguay. Producimos 0,45 de cada 1000 artículos mundiales; producimos 0,40 y pico de cada 1000 citas mundiales”.
Precisó que “eso no estaba así al principio de período; hubo un crecimiento fuerte de la participación de Uruguay en el mundo; no fue así con la participación de Uruguay en América Latina. América Latina creció a las mismas tasas que Uruguay. Este fenómeno de crecimiento de la producción se da en todas las áreas: ciencias físicas, ciencias de la salud, ciencias de la vida, ciencias sociales”.
Eficiencia en producción
Por tanto, “lo único que les quiero tratar de hacer saber de esto es que si bien hay distintas culturas de producción y de publicación, todas crecieron. Déjenme empezar a hablarles un poquito de eficiencia en la producción. Voy a tomar el último dato disponible y lo voy a ligar al gasto en investigación y desarrollo. Aquí tienen un mapa enorme de todos los países, y en el medio está Uruguay pintado en celeste. Cada US$ 1.000.000 invertidos, Uruguay produce 4,1 artículos. Quiere decir que cada publicación uruguaya, en promedio, cuesta US$ 250.000”.
Aclaró que “acá están todos los costos asociados; puede haber costos fijos, puede haber costos de remuneraciones, pero esta es una primera idea de la relación entre producción e insumos. Déjenme darles una segunda idea de relación de producción e insumos. Este es un análisis dispersión, entonces pueden ver acá a Estados Unidos y China, que son los países grandes que más gastan en investigación y desarrollo y que más producen”. Después –agregó- “tienen a Reino Unido, India, Alemania, y aquí abajo, a Uruguay. Lo interesante es que Uruguay, dado su nivel de gasto, podría producir más. Más allá de la discusión de cuál es el nivel de gasto que tiene Uruguay, nuestra estimación indica que podría incrementar su producción un 25%, dado el nivel de gasto que tiene”.
“No vamos a producir como el que invierte más, pero vamos a poder acercarnos a ese límite. Ahora, lo mismo podemos hacer para cantidad de investigadores, y entonces se ve que hay un pequeñísimo gap de 7 %. Este gap de 7 % podría ser un error de estimación. Entonces, en realidad, con la cantidad de investigadores que tenemos producimos más o menos lo que se esperaría de nosotros; no en relación al nivel de gasto.
Déjenme mostrarles qué va a ser el índice de ventajas comparativas reveladas, prosiguió.
“Cuando comparo a los economistas de Uruguay, los comparo con los economistas del mundo; cuando comparo los sociólogos de Uruguay, los comparo con los sociólogos del mundo; cuando comparo a los ingenieros de Uruguay, los comparo con los ingenieros del mundo. No estoy comparando entre ingenieros y economistas uruguayos, o entre biólogos y químicos, porque las distintas áreas tienen prácticas de publicación distinta, pero lo que estoy comparando es lo que la disciplina «i» representa en la producción uruguaya con lo que la disciplina «I» representa en el mundo. Estoy comparando disciplinas de Uruguay con el mundo, entonces, la comparación es justa. Lo que la economía hace como disciplina en el mundo es el patrón para medir lo que la economía -que es mi área- hace como disciplina científica en Uruguay”, señaló Gandelman.
Al dar a conocer una lámina, estimó que, según este indicador, en la cantidad de documentos y en la cantidad de citas, Uruguay tendría una ventaja comparativa revelada en las ciencias de la vida y las ciencias de la salud, no en las ciencias físicas”.
En tanto, “en las ciencias sociales, el resultado depende de si la medición se hace según la cantidad de documentos o la cantidad de citas, pero con esta última no tendríamos la ventaja comparativa revelada. Quiere decir que las ciencias sociales están generando documentos que todavía no están produciendo -al menos por ahora suficientes citas”.
Ahora bien, dentro de las áreas, “¿cuáles son relevantes? En las ciencias de la salud -pueden ver el desglose-, la veterinaria genera la gran ventaja comparativa revelada. En segunda instancia, la enfermería y la odontología también tienen ventajas comparativas reveladas; no las tienen las profesiones de la salud en general, y la medicina está en un nivel límite. Dentro de las ciencias de la vida, las ciencias agrícolas y biológicas, la inmunología y la microbiología son las que tienen ventajas comparativas reveladas más altas. La bioquímica también la tiene, pero no la neurociencia ni la farmacología”.
Desventajas comparativas
Por otro lado, indicó el profesional, “en las ciencias físicas es donde el panorama no tiene mayores ventajas. Solo en las ciencias medioambientales tenemos una ventaja comparativa, no así en matemáticas -la matemática es un límite-, física, ingeniería química, química, computación, ciencias planetarias, energía, ingeniería y ciencias materiales. En todas esas áreas hay desventajas comparativas. Según la cantidad de documentos, economía y otras ciencias sociales mostrarían una ventaja comparativa, pero cuando miramos la cantidad de citas, vemos que ninguna de las dos tiene una ventaja comparativa. Quiere de decir que las otras ciencias sociales, igual que la economía, están generando muchos documentos que no logran suficientes citas en el mundo; voy a mostrar un poco más de eso”.
Hasta ahora –precisó- “les he mostrado resultados del último trienio, y a continuación les voy a mostrar la evolución, junto con un intervalo de confianza. El intervalo de confianza es muy importante porque permite decidir si los resultados que estoy mostrando cuando tengo un valor cercano a 1 es efectivamente distinto de 1; es decir, si 1,1 es un número distinto o es estadísticamente igual. Entonces, esto es lo que pasa con las ciencias de la salud: como pueden ver, están por arriba del 1, con el intervalo de confianza que es el área en gris, claramente fuera de 1, y con una tendencia creciente”.
Gandelman sostuvo que “las ciencias de la salud tienen una ventaja comparativa revelada que se está profundizando. Las ciencias de la vida, claramente, también están por arriba del 1, con una tendencia bastante estable. Por otro lado, en las ciencias físicas tenemos una clara desventaja comparativa revelada, y esta situación se está agravando con el paso del tiempo, con una tendencia decreciente. En las ciencias sociales, como pueden ver que la mayoría del tiempo se estuvo por debajo del 1, señalando una desventaja comparativa revelada, pero al final del período se logró una ventaja comparativa revelada. Eso medido en documentos, pero no en citas, en donde aún mantenemos una desventaja comparativa revelada”.
Ciencias Sociales
De todos modos, “para las ciencias sociales es claro que, tanto en documentos como en citas, hay una tendencia creciente y se está avanzando hacia una ventaja comparativa revelada. Las multidisciplinarias son un área muy grande y el intervalo de confianza es muy enorme, lo que no permite decir si esto es mayor o menor que 1, no se sabe”.
El profesional manifestó que “el test es inconcluso. Ahora, esto que les mostré para grandes áreas, se lo voy a volver a mostrar para veintisiete disciplinas. Aquí tienen ordenadas, según la cantidad de documentos, las disciplinas donde Uruguay tiene una ventaja comparativa revelada. Según la cantidad de documentos, primero está veterinaria, y siguen ciencias agrícolas y biológicas, inmunología, microbiología, economía y enfermería. Y ahí nos vamos acercando a las disciplinas en que el test es inconcluso. Por otro lado, aparecen aquellas en que tenemos una desventaja comparativa revelada: ciencias materiales, ingeniería, física, astronomía, profesiones de la salud y energía. Lo mismo fue realizado para citas: se vuelve a indicar a la veterinaria, las ciencias agrícolas y biológicas, la enfermería y la inmunología como las grandes áreas donde tenemos ventajas comparativas reveladas. También en medicina”.
Por su parte, la economía, “que antes mostraba una ventaja comparativa, pasó a mitad de tabla, en una valor que no se puede decir si es estadísticamente distinto de 1. Reiteramos que hay una desventaja comparativa revelada en la psicología, en los negocios, en la física, en las ciencias materiales, en la ingeniería química, en la ingeniería y en las profesiones de la salud. Déjenme darles una tabla resumen de los resultados; aquí tengo los indicadores de ventajas comparativas que surgen de documentos y de citas.
En verde tienen las áreas en donde al menos uno de los dos indicadores muestra que se tiene una ventaja y otro indicador no lo rechaza. Entonces, tenemos la veterinaria, las ciencias agrícolas y biológicas, la inmunología, la microbiología y la enfermería. En segundo estadio, también en verde está la medicina, con un indicador que muestra ventaja comparativa y el otro que no lo rechaza, la economía, la bioquímica y la ciencia medioambiental”.
Asimismo, “en rojo tienen las disciplinas en las cuales se revela que Uruguay tiene una desventaja comparativa. Ahí aparece la química, las ciencias de la computación, las ciencias planetarias, los negocios, la psicología, la ingeniería química, la energía, las profesiones de la salud, la física, la astronomía, la ingeniería y las ciencias materiales. Cerca también, con un indicador mostrando desventaja y el otro no rechazándola, están el arte, las humanidades y las matemáticas”.
Según Gandelman “les mostré que Uruguay creció a tasas elevadas en su producción científica durante todo el período -medidas en producción-, similares a América Latina y superiores al mundo. Esto aumentó la participación de Uruguay en la producción científica mundial a niveles similares a los de nuestra población en el mundo. También se muestra que hay señales que harían pensar que se podría ser más eficiente en el gasto en investigación y desarrollo, más allá de la discusión del nivel del gasto”.
Puntualizó que “dado el nivel del gasto, hay espacio para mejorar la eficiencia. Acabo de mostrarles también que hay ventajas comparativas reveladas en ciencias de la vida y de la salud, que no hay ventajas comparativas reveladas en ciencias físicas, y que en ciencias sociales depende del indicador. Ahora, al interior de estas grandes áreas hay heterogeneidad”.
Termino con esto: “¿cuál es la evaluación normativa desde el punto de vista de la política pública de los resultados que acabo de dar? Voy a reiterar esto: acabo de mostrarles áreas en las cuales Uruguay no tiene una ventaja comparativa revelada, sino que tiene una desventaja como, por ejemplo, la ingeniería o las ciencias de la computación. Ahora, cuando enfrentamos eso, ¿qué hacemos? ¿Qué debería hacer el hacedor de política pública cuando encuentra eso?”, se preguntó.
A su entender “una opción es decir que en esa área no tenemos una ventaja comparativa revelada y tenemos que focalizar los esfuerzos y asignar fondos a las áreas donde nos va relativamente mejor. ¿Por qué? Porque tenemos restricciones presupuestales y debemos asignar en donde somos relativamente buenos para lograr producir más. Esa es una posibilidad, pero hay otra que consiste en decir: no, esa área en donde somos hoy desventajosos no puede darse el lujo de tener una desventaja y tenemos que invertir más en ella, justamente, porque somos desventajosos y es clave revertir esa situación”. Destacó que “esta es una decisión política que no sale de mi documento; lo que hace mi documento es mostrar donde hay ventajas comparativas reveladas y donde no las hay. Cuando se elabora un plan en el que se señalan áreas a priorizar eventualmente, se tiene que saber cuáles de las instituciones públicas o privadas a la que se le destinan fondos para investigación y desarrollo son las ganadoras o perdedoras de dicha señalización”.
Para Gandelman, “en algunas áreas tenemos ventajas comparativas y en otras no las tenemos. Lo que pretende este documento es mostrar o aportar un indicador que pueda usarse para analizar estas cosas. La discusión no acaba, pero creemos haber generado un insumo que puede ser de utilidad en la discusión de un plan de ciencia”.