Se utilizó la sala híbrida del centro, que permite el trabajo de varios especialistas de distintas disciplinas de forma simultánea.

Una cirugía de alta complejidad en la columna vertebral de un paciente que había sufrido un siniestro de tránsito y tenía riesgo de vida se realizó con éxito en el Hospital de Tacuarembó.

Hospital de TacuarembóLa particularidad que tuvo la operación es que se hizo en la sala híbrida del hospital, un quirófano que cuenta con un angiógrafo de última generación que permite realizar procedimientos quirúrgicos con pequeñas incisiones, que son guiados por imágenes radiológicas de alta calidad y secuenciadas en 3D, lo que mejora la precisión de los cirujanos.

«Habitualmente necesitamos de dos equipos de rayos X portátiles que dan imágenes de muy mala calidad», explicó el neurocirujano Pablo Hernández, que celebró que «salió todo muy bien en la operación».

El paciente es un joven de 22 años que resultó politraumatizado grave en un siniestro de tránsito de moto en la zona rural.

Entre otras lesiones tenía una fractura en la segunda vértebra cervical, sector que permite la rotación de la cabeza y que es una zona de extrema delicadeza por la cercanía con la médula espinal.

Para poder fijar la fractura es necesario abordar una región del cuello de difícil acceso y llegar a implantar un tornillo de titanio en la vértebra, por lo que es fundamental que el médico tenga una buena guía radiológica para evitar errores.

«El riesgo que tenía si no se fijaba esa fractura era que se pudiera lesionar la médula, que estaba a unos pocos milímetros por detrás, y eventualmente podría quedar cuadripléjico o incluso tener riesgo de vida», detalló el doctor.

El paciente se recupera favorablemente.

El Centro Regional de Neurocirugía del Hospital de Tacuarembó practica, en promedio, unas 30 cirugías al mes.

Funciona desde hace 20 años y, desde entonces, ha efectuado más de 10.000 consultas provenientes tanto del sector público como privado.

El centro introdujo desde su creación diez técnicas de avanzada, lo que ha permitido practicar importantes intervenciones, por ejemplo, de Párkinson en pacientes con violencia extrema y cirugías endoscópicas de columna, entre otras.

El block quirúrgico cuenta con cuatro sala de operaciones, una de ellas la híbrida mencionada anteriormente, que permite el trabajo de varios especialistas de distintas disciplina de forma simultánea.

«Vamos dando pasos hacia adelanta para concretar nuevos logros», dijo el neurocirujano Pablo Pereda, que aseguró se van agregando a la sala «nuevas opciones».

El médico detalló que la sala híbrida permite múltiples intervenciones, como las vinculadas a las cirugías cardíacas, otorrinolaringológicas, vasculares y las de neurocirugía «tanto endovascular como a cielo abierto».

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