“Neptuno, para poder dominar los océanos, tenía un tridente. Nosotros, para poder combatir la corrupción, tenemos un escarbadientes”.
La frase corresponde a Jorge Castro, integrante de la Junta de Transparencia y Ética Pública (JUTEP), al participar el pasado 3 de diciembre en la Comisión Especial de lavado de activos de la Cámara de Representantes.
En representación de la JUTEP, además de Castro, que es vocal, participaron, su Presidenta Escribana Susana Signorino, y el Vicepresidente contador Guillermo Ortiz.
“Quiero señalar algunas cuestiones relacionadas a la Jutep que me parecen relevantes. La Jutep mantiene un número importante de convenios de capacitación con varios organismos públicos; precisamente, en estos días aprobamos uno con la Utec,” expresó Castro.
Agregó que “su cometido es asesorar a distintas instituciones públicas respecto a normas que tengan que ver con prevenir posibles prácticas que fomenten la corrupción. Ese también es un rol fundamental. Esa tarea la hacemos a través de la contratación de docentes especializados en la materia externos a la Jutep”.
“Ellos son los encargados de dictar esos cursos en los distintos organismos públicos. Por tanto, esto también forma parte fundamental del accionar de la Jutep, que tiene que ver con la prevención de que puedan suceder acontecimientos de índole de corrupción. Neptuno, para poder dominar los océanos, tenía un tridente. Nosotros, para poder combatir la corrupción, tenemos un escarbadientes. Digo esto para expresar nuestra situación en términos gráficos”, añadió Castro.
El jerarca indicó que “no tenemos el personal que necesitamos. La Jutep tiene, en total, catorce funcionarios. Esta cifra abarca a los administrativos y a los profesionales. Tenemos una enorme responsabilidad, que es conservar las declaraciones juradas y publicarlas. Además, el habeas data supone la necesidad de que exista en la apertura la figura de un escribano que nos de garantías a nosotros como institución y, también, a quien le abrimos la declaración”.
Según Castro, “en una materia tan delicada como esta, no es cuestión solo de buenas intenciones. Debemos establecer una normativa clara, que realmente prevenga, señale y sancione cuando se realicen prácticas que vayan en contra de la fortaleza institucional. La corrupción debilita a la institucionalidad en su conjunto y los fundamentos de la República”.
Por tanto, “debe haber una lucha frontal contra las prácticas corruptas, desde las más mínimas que pueden suceder en cualquier oficina pública, hasta las más encumbradas, porque la corrupción es en espiral: si se permite un pequeño hecho corrupto, se retroalimenta. Para hacer ese trabajo es necesario contar con los recursos, que son materiales y también humanos: profesionales, técnicos. Si no los tenemos, tenemos un catálogo de buenas intenciones pero para la ciudadanía y para el contexto internacional que nos observan, estamos en falta si no cumplimos con lo que establecen la ley y los convenios internacionales”.
Castro dijo que “cuando se suscribe un convenio internacional, se entiende que la República que lo suscribe tiene las condiciones materiales y humanas para poder cumplir. ¿Qué vamos a decir si no los cumplimos? ¿Que no podemos cumplir con lo que suscribimos internacionalmente porque solo tenemos catorce funcionarios, dos de ellos profesionales que ni siquiera son del organismo? Eso, para quien nos observa desde afuera, no es una excusa. Nosotros tenemos que cumplir con lo que la ley establece”.
También sostuvo que “en este directorio de la Jutep hemos trabajado con objetivos comunes, por encima de las representaciones políticas. Y hemos marcado que nuestra función no es un condicionamiento político, sino cumplir lo que nos encomienda la Ley, que está por encima de los partidos y que tiene que ver con pilares republicanos. Esa es la forma en la que estamos trabajando”.
Ahora bien; puntualizó, “queremos ser muy claros: lo que podamos cumplir o no depende de los recursos que se nos asigne. Los hombres tienen voluntad. Existe un denominador común de avanzar en dar una batalla frontal contra aquellos que corroen. La realidad es que hacer este trabajo con los recursos que hoy tenemos es nadar sin poder llegar a la orilla, por más esfuerzos que hagamos”.
Entonces, “no basta solo con la voluntad. La voluntad tiene que tener la determinación de los poderes públicos de darnos los recursos materiales y financieros que permitan dar cumplimiento a lo que establece la Ley y, sobre todo, dar cumplimiento a lo que la República suscribió en los tratados internacionales y el Parlamento ratificó”.