Este domingo 27 de setiembre con la caída del sol empieza el día más sagrado en el calendario judío: Iom Kipur, o Día del Perdón.
El origen de la fecha está en la Biblia (Levítico 16:29-31): «Será para ustedes una ley eterna: en el séptimo mes en el décimo día afligirán vuestras almas y no realizarán ningún trabajo. Porque en este día los perdonará para purificarlos; de todos vuestros pecados ante Di-s serán purificados. Un día de descanso extremo será para ustedes y afligirán vuestras almas; es una ley eterna.»
El primer Día del Perdón tuvo lugar hace 3.332 años cuando Moisés bajó del monte Sinaí con el segundo juego de las Tablas de la Ley acompañado del perdón divino por la transgresión con el Becerro de Oro. Desde entonces quedó fijado como el día del perdón cósmico.
Durante las 25 horas de Iom Kipur el judío abstiene de comer y beber y de cualquier otro placer corporal. Es un día de actividad espiritual e introspección para recalibrar las prioridades de la vida, pedir perdón y perdonar.
En el día de Iom Kipur, despojados de las ocupaciones terrenales y pasajeras ponemos la concentración más en lo espiritual y duradero.
Cuando participamos en un encuentro vía Zoom, la gente tiende a calificarlo como un encuentro virtual. ¿Es realmente tan virtual? ¿Podemos considerar un encuentro entre mentes y corazones más virtual que el que uno experimenta en un baile o en un espectáculo, donde lo único que está en ese espacio compartido son los cuerpos, mientras que las mentes y los corazones están en mundos muy distantes entre sí?
El ayuno y demás privaciones corporales de Iom Kipur contienen un mensaje de aliento más relevante que nunca en esta época de distanciamiento social obligatorio y otros cambios de rutina que incomodan: «aprovecha la oportunidad para reevaluar qué es lo real y qué es lo virtual y recalibra tus valores y prioridades.»
Todo esto nos ayuda también a entender mejor la dinámica del perdón. ¿Por qué habría que perdonar a alguien que actuó de manera ofensiva? La respuesta es que cuando el pedido del perdón es genuino es el resultado de la realización de que uno había actuado en base a valores y prioridades equivocadas. Al recalibrarnos y darnos cuenta del error, el pedido del perdón es sincero y reparador.
Cabe destacar que en el Día del Perdón Dios perdona solo por aquellas transgresiones realizadas en contra de Él. En cuanto a las transgresiones cometidos para con el prójimo no nos perdona hasta que el agredido no nos perdone primero», expresó el Rabino Eliezer Shemtov, Rabino principal de Jabad Uruguay.