El MIEM sigue de cerca las indicaciones de organismos internacionales especializados acerca de la tecnología móvil 5G y su impacto en la salud. De acuerdo a estos, en el caso de 5G se mantienen los parámetros de seguridad establecidos para las tecnologías móviles anteriores. Además, múltiples investigaciones han demostrado que no generan efectos adversos. En Uruguay, el Decreto 53/014 establece los límites máximos permitidos de exposición a radiaciones no ionizantes, utilizadas en telecomunicaciones.
El Ministerio de Industria Energía y Minería (MIEM) sigue de cerca las indicaciones particulares que organismos internacionales especializados en la materia han publicado en relación a la implementación de la tecnología móvil de quinta generación (5G) y su impacto en la salud, en función de la evidencia científica disponible hasta el momento. En este sentido es importante tener en cuenta que la evidencia científica indica que, en todos los casos, se deben limitar las potencias de radiación electromagnética que una persona recibe en la superficie de su piel. Esto es válido para todas las radiaciones electromagnéticas, como las ondas de radio, la luz visible, y las radiaciones infrarrojas y ultravioletas.
En términos generales, las radiaciones se dividen en ionizantes y no ionizantes. Estas últimas son mucho menos agresivas que las primeras, que son las radiaciones de manejo más delicado (rayos X, rayos Gamma). La otra consideración de tipo general es que, a mayor frecuencia, más se debe controlar la potencia recibida. En ese sentido, las ondas de radio son mucho menos agresivas que las ondas de microondas, las ultravioletas, las infrarrojas y la luz visible (luz solar). Y mucho menos que las radiaciones ionizantes.
Todo el espectro electromagnético que se utiliza en telecomunicaciones se ubica dentro del espectro de ondas de radio, sean estas de onda larga, corta o microondas. De todas formas, si bien son mucho menos agresivas que las demás, y por supuesto menos dañinas que las ionizantes, se deben tomar recaudos para evitar su impacto en la salud.
Es por esa razón que el Decreto 53/014[i] establece los Límites Máximos Permitidos de Exposición a Radiaciones No Ionizantes, de acuerdo a los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y contenidos en las Recomendaciones de la Comisión Internacional de Protección Contra las Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP).
Según el ICNIRP[ii], para las bandas de frecuencia menores a 4 GHz, que además de 4G son también utilizadas por la tecnología 5G, se mantienen los mismos parámetros de seguridad establecidos para las tecnologías anteriores.
Para las frecuencias más altas (>4GHz), los estándares ICNIRP 2020 son mucho más exigentes y establecen límites seguros, lejos de los valores a partir de los cuales podría haber alguna afectación negativa para la salud. En consecuencia, las exposiciones a las frecuencias más altas utilizadas por la tecnología 5G no causarán ningún daño siempre que cumplan con las pautas de ICNIRP 2020. Para dar una comparación, los límites de exposición aceptables son de unos pocos watts por metro cuadrado, a frecuencias mucho menores que la luz visible (luz solar), cuyos límites normales a los que estamos expuestos son cercanos a 1000 watts por metro cuadrado.
Según la Organización Mundial de la Salud[iii] (OMS), hasta la fecha, y después de múltiples investigaciones realizadas, ningún efecto adverso para la salud se ha relacionado causalmente con la exposición a tecnologías inalámbricas.
De acuerdo al comunicado de esta organización, es importante tomar en cuenta que, a medida que aumenta la frecuencia –como es el caso de 5G–, hay menos penetración en los tejidos del cuerpo, y la absorción de la energía se vuelve más limitada a la superficie del cuerpo (piel y ojos). Siempre que la exposición general permanezca por debajo de las pautas internacionales, no se anticipan consecuencias para la salud pública.
El Código Europeo de Comunicación Electrónica de la Comisión Europea[iv] exige consistencia y previsibilidad en toda la Unión Europea con respecto a la forma en que se autoriza el uso del espectro radioeléctrico, al tiempo que protege la salud pública y garantiza condiciones de implementación más consistentes para la tecnología 5G. La evidencia científica existente sobre la exposición a campos electromagnéticos confirma que las redes 5G no causarán más emisiones electromagnéticas de las permitidas. Esto significa que 5G no tendrá un efecto negativo en la salud de las personas.
Por su parte, la Federal Communication Commision[v] (FCC), citando el informe del U.S. Food and Drug Administration’s Center for Devices and Radiological Health, anunció que mantendrá los mismos niveles de protección para la tecnología 5G que para las tecnologías de telefonía celular anteriores como la 4G.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones[vi] (CITEL) explica en un comunicado que la próxima generación de comunicaciones móviles, conocida como 5G, utilizará principalmente bandas de frecuencias que ya han sido ampliamente investigadas y utilizadas durante años para las comunicaciones móviles y que, a la fecha, existe una importante cantidad de estudios de agencias internacionales que indican que no se han encontrado efectos negativos para la salud derivados de las ondas de radiofrecuencia emitidas por teléfonos móviles y estaciones base que cumplen con los límites adoptados a nivel internacional.
[i] https://www.impo.com.uy/bases/decretos/53-2014
[ii] https://www.icnirp.org/en/applications/5g/index.html
[iii] https://www.who.int/news-room/q-a-detail/5g-mobile-networks-and-health
[iv] https://ec.europa.eu/digital-single-market/en/electromagnetic-fields-and-5g
[v] https://docs.fcc.gov/public/attachments/FCC-19-126A1.pdf
[vi] https://www.gub.uy/unidad-reguladora-servicios-comunicaciones/sites/unidad-reguladora-servicios-comunicaciones/files/documentos/noticias/2020-06-08%20Comunicado%20de%20la%20CITEL-Red%205G%20y%20Noticias%20Falsas%20sobre%20Salud_e.pdf
Fuente Imagen: www.bluetowertech.com