El pasado 7 de febrero de 2019 se conoció los resultados de la medición de Opción Consultores sobre “Los uruguayos y la religión”.
¿Cuál fue el Análisis y las Conclusiones?
“Uruguay es un caso aislado, por lejos el país más secular de América Latina”. La afirmación pertenece a un informe del Pew Research Center que en 2014 analizó en clave comparativa el perfil religioso de los uruguayos. Esta tendencia, si bien indisputable, esconde algunos matices importantes así como algunos cambios recientes que han alterado el mapa de la identificación y el comportamiento religioso en el país. Para dar cuenta de estos matices y novedades, en el presente informe analizaremos algunos datos sobre religión relevados en nuestro último Monitor de Opinión Pública (diciembre 2018).
Para comenzar, en el gráfico 1 presentamos la distribución actual de la población uruguaya según auto-definición religiosa. Como es esperable, la categoría religiosa preponderante es la católica, que nuclea al 38% de los uruguayos. No obstante, hay un núcleo significativo de creyentes de otras confesiones así como de creyentes que no adhieren a ninguna religión en particular: los cristianos no católicos suman un 10%, los creyentes de otras religiones un 9% y los creyentes sin confesión un 17%. Por tanto, se concluye que 57% de los uruguayos se identifica con alguna corriente religiosa. Agregando a este subgrupo a los creyentes sin religión, comprobamos que 3 de cada 4 uruguayos tiene algún tipo de vinculación con los fenómenos religiosos, ya sea en el plano de las creencias o de la auto-identificación. A la inversa, alrededor de 1 de cada 5 no cree en Dios (ateos) o no afirma ni niega su existencia (agnósticos).
No Sabe/ No contesta un 4%.
En 2006, la Encuesta de Hogares había también relevado datos sobre auto-identificación religiosa con una pregunta bastante similar a la de Opción. Dicha encuesta había registrado un 46% de católicos, un 12% de creyentes de otras religiones, un 27% de creyentes sin confesión y un 16% de ateos o agnósticos. Comparando las dos mediciones, queda planteado un posible descenso del porcentaje de población católica y de creyentes sin confesión desde allí hasta entonces. A la inversa, los datos sugieren que se habría producido un crecimiento de algunos puntos de la población atea o agnóstica y de los uruguayos adherentes a otras religiones (esta última tendencia también quedó expuesta en el mencionado estudio del Pew Research Center).
Al segmentar los datos de auto-definición religiosa, se fortalece la hipótesis del crecimiento de población atea, en detrimento de un descenso de población católica. En el gráfico 2 se aprecia que el proceso de renovación generacional estaría yendo en esa tendencia: entre los adultos mayores, la proporción de población católica es 12 puntos mayor que en las edades intermedias y 22 puntos superior que en la generación de adultos-jóvenes (50% contra 38% y 28% respectivamente). A la inversa, la población atea y agnóstica desciende significativamente a mayor edad. Por ejemplo, hay más del doble de ateos o agnósticos entre los adultos-jóvenes que entre los adultos mayores (28% contra 13%).
En el gráfico 3, se observa una continuidad importante respecto a datos de encuestas anteriores y una tendencia que suele replicarse en diversas sociedades: los hombres tienen mayor proclividad a ser ateos o agnósticos que las mujeres (26% contra 16%). En 2006, la Encuesta Continua de Hogares había hallado una brecha de similar magnitud, registrando un 21% de hombres ateos o agnósticos contra un 11% entre las mujeres y, al revés, un 51% de católicas frente a un 41% de católicos entre los varones. Así, aunque Uruguay en los últimos años ha acelerado el proceso de igualación de género en una diversidad de variables, las diferencias en religiosidad entre varones y mujeres permanecen inalteradas.
Finalmente, en el gráfico 4, queda expuesta la importancia que los diferentes grupos religiosos en Uruguay le otorgan a la religión en sus vidas. En este plano, se observa que entre los cristianos no católicos o adherentes a otras religiones crece significativamente la importancia otorgada a la religión. Si comparamos, por ejemplo, las proporciones de quienes señalan que la religión es “muy importante” en sus vidas, las diferencias son por demás elocuentes: 73% entre los creyentes de otras religiones y 61% entre los cristianos no católicos, cifras que contrastan con el 38% entre los católicos y más aún con el 18% entre los creyentes sin confesión.
Estos datos también sintonizan con la frecuencia de asistencia a templos religiosos. Según evidencia adicional de nuestra encuesta, un 55% de los creyentes de otras religiones asiste a templos o iglesias una vez por semana o más, mientras que entre los cristianos no católicos este porcentaje llega a 43%. Las cifras descienden abruptamente entre los católicos, entre los que sólo un 10% asiste a la iglesia semanalmente mientras que en el caso de los creyentes sin religión lo hace sólo una ínfima minoría (1%), hecho justamente consecuente con la no identificación con ninguna corriente religiosa en particular. Queda claro pues que en los fieles católicos y los creyentes sin confesión la intensidad “promedio” de la vida e identidad religiosa es de carácter moderado a bajo. Lo opuesto sucede con quienes abrazan otras religiones, que asignan en su mayoría una alta importancia a la vida religiosa y que lo demuestran, por ejemplo, con una concurrencia frecuente a los templos de sus respectivas confesiones.
En suma, los datos sobre religión siguen confirmando que, en el contexto latinoamericano, Uruguay se destaca por su porcentaje comparativamente bajo de población autoidentificada como católica. Este porcentaje es incluso menor que el registrado en las anteriores mediciones realizadas en el país y podría estar indicando un mínimo histórico de creyentes católicos en el país. No obstante, hablamos de un significativo 38% de la población. Por otro lado, agrupando a quienes no profesan religión alguna (aunque sean creyentes) y a lo ateos o agnósticos, encontramos otro 38%, cifra casi idéntica a la relevada por el estudio del Pew Research Center hace 5 años. Este porcentaje de población no afiliada o identificada con ninguna religión supera por amplio margen a la de cualquier otro país de la región. Al mismo tiempo, Uruguay está procesando algunos cambios que van en la misma dirección regional. Particularmente se destaca el crecimiento de religiones alternativas al catolicismo, fenómeno básicamente explicado por el mayor peso de las corrientes evangélicas y/o pentecostales en el país (vale destacar que esta población puede auto-identificarse tanto como “cristiana no católica” o como integrante de otra religión). Los adherentes a dichas corrientes, además, otorgan mucha mayor centralidad a su identidad y vida religiosa en comparación al católico uruguayo tipo.
Datos recabados.
Los uruguayos y la religión
Presentación
El Monitor de Opinión Pública presenta información de seguimiento de la opinión pública, incluyendo información de actitudes relativas a fenómenos políticos y a temáticas sociales de interés para la población uruguaya.
La información brinda insumos para comprender el contexto social en que se desarrolla el ejercicio del gobierno, la política nacional y la vida social de los uruguayos.
Los datos pertenecen a nuestro Monitor Telefónico de Opinión Pública, encuesta realizada entre el 26 de noviembre y el 7 de diciembre de 2018. La misma consultó a 798 personas de 18 años y más, cubriendo población residente en todo el país. El muestreo fue de tipo aleatorio simple utilizando como marco muestral el listado de números rango de telefonía celular de todas las compañías telefónicas del país. El margen de error máximo es de +/- 3.5% para un nivel de confianza de 95% (análisis de submuestras de la encuesta están sujetas a mayores márgenes de error). Los datos se encuentran ponderados por región, nivel educativo, sexo, edad y voto anterior.
Los informes son presentados como primicia en los informativos de Telenoche 4.
Fuente Contenido e Imagen: Opción Consultores. www.opcion.com.uy