Para el ex Jefe de la Planta de Irradiación del LATU el proyecto nacional conocido como “Introducción de la Tecnología de Irradiación en la industria”, que fuera creado por Decreto del Poder Ejecutivo 230/011, “ha quedado en la nada y por lo tanto pasó de ser una inversión en una iniciativa exitosa y necesaria para el sistema productivo nacional a un gasto, que no rinde sus frutos”.
“Ésta tecnología es de gran utilidad para impedir la trasmisión de la salmonella y el E.Coli. También se utiliza para que la producción nacional evite las barreras fitosanitarias del comercio internacional, debido a que su aplicación permite que se esterilice cualquier material de exportación en el packing final. Esto se debe a que las técnicas de irradiación esterilizan la producción que podría verse afectada por el cancro cítrico, hongos y otras bacterias que perjudican la calidad comercial del producto, al tiempo que también -con ésta herramienta- se pueden evitar pérdidas en las pos cosechas”, puntualizó el presidente del Comité Nacional de Irradiación.
El formulador y ejecutor del proyecto dijo que “hace más de un año que despidieron a los técnicos operadores del equipo irradiador que había adquirido el LATU y que el organismo no hizo la recarga de la fuente, que este aparato requiere para continuar funcionando correctamente”.
Al mismo tiempo Aníbal V. Abreu denunció que “actualmente este equipo tiene un solo operador autorizado, pero según los requerimientos de la autoridad reguladora deberían ser un mínimo de cuatro técnicos”. Por esa razón el presidente del Comité Nacional de Irradiación asegura que “actualmente el servicio piloto que brinda el LATU a las empresas exportadoras de alimentos se encuentra reducido a su mínima expresión y el estado pierde la oportunidad de solucionar problemas de calidad y de salud”, al tiempo que reclama al LATU que “mantenga en operaciones éste servicio hasta tanto funcione la etapa industrial, que debería ser encarada en el futuro por un inversor privado”.
Esta iniciativa “había sido declarada de interés por el Estado (como solución a muchos problemas de salud, calidad y sanitarios) y ahora pasó a ser un proyecto desprogramado y un ejemplo de mala gestión de la institución responsable”, dijo Aníbal V. Abreu, quien fuera el formulador y ejecutor del proyecto que desarrolló el LATU.
Agregó que “luego de un gran esfuerzo local, en particular de los técnicos que actuaron, y luego de que éste proyecto fuera considerado como ejemplo en otros países, retrocedimos varios casilleros y lamentablemente pasó a ser un proyecto abandonado… Una cáscara vacía mas, donde lo importante para los gobernantes fue cortar la cinta y no el contenido o sus resultados”.
“El método de ionización a utilizar hoy en la industria con la tecnología ebeam (electrones acelerados) y rayos X, no requiere fuente radiactiva, es totalmente segura y no afecta el medio ambiente. Se constituye en una solución de grandes problemas de salud ocasionados por las enfermedades trasmitidas por los alimentos, como por ejemplo la salmonella y E.Coli en carnes. También es útil para enfrentar enfermedades trasmitidas por insectos como el dengue, zika y chikungunya, o a las barreras fitosanitarias del comercio internacional, como ser el cancro cítrico, hongos y otras bacterias que afectan la calidad comercial del producto. También se evitan perdidas pos cosechas porque su utilización esteriliza prácticamente cualquier material en el packing final, sin variar la temperatura y su calidad, a un costo similar a los tratamientos tradicionales”, explicó el presidente del Comité Nacional de Irradiación.
Opinó Aníbal V. Abreu que tras las recientes medidas adoptadas por el gobierno esta tecnología “ha quedado relegada, a pesar de que lo invertido en comparación con los países vecinos fue irrisoriamente menor y los resultados exitosos. En Uruguay, aunque tarde, se comenzó con esta planta piloto y se logró lo que a los países vecinos le costó 40 años. Ahora solo faltaba comenzar con la Planta a Escala Industrial, que si bien es resorte del sector privado, también era fundamental el soporte del Estado para obtener en primera instancia los resultados de esta iniciativa. Sin embargo, increíblemente aduciendo razones económicas se desprogramó el proyecto”.
“Hemos esperado un tiempo prudencial las señales del LATU para continuar con las actividades comprometidas y los compromisos contraídos como estaba dispuesto en el proyecto inicial, pero su ejecución no parece ser la prioridad para éste organismo”, opinó Aníbal V. Abreu, consignando que esta semana se reúne el Comité Nacional de Irradiación y él consideraría renunciar a su presidencia, como consecuencia de la situación que se registra actualmente.