La actividad se enmarcó en el proyecto “Puertas Abiertas a la Maternidad” que impulsa el Presidente de la Cámara de Diputados, Gerardo Amarilla. Durante la reunión se escucharon las ponencias de Katja Thomsen; Graciela Matiaude, Angelina Vunge, María Teresa Paiva, Stella Viell, Rocío Barrios, Elizabeth Arrieta, Alejandra Sosa, Kika Casas, Ana María Ramírez, Carolina Matta, Lucía Rodríguez, y Susana de Nicola.
Katja Thomsen, abogada penalista, modelo, empresaria, comunicadora y madre de cuatro hijos: “Lo que tengo bien claro y me parece que lo tenemos todas las mujeres por instinto es que cuando ‘las papas queman’, estamos nosotras solas con el niño. Somos nosotras las que sabemos qué es lo que el niño necesita, cuándo lo necesita, y por qué lo necesita”.
Graciela Matiaude, diputada por el Partido Colorado por Canelones y madre de dos hijos: “Reímos con ellos cuando son felices y lloramos con ellos cuando se encuentran con alguna dificultad, vaya tarea la de la madre. Ser madre es mucho más que considerar lavar pañales. Ser madre es querer, amar, proteger y también corroborar”.
Angelina Vunge, de origen angolano, autora del libro “Angelina, la huella que dejó Angola”, sobreviviente de la guerra, emigró a Uruguay y es madre de dos hijos: “Fui madre lejos de mi familia, fui madre lejos de mis seres queridos, pero gracias a Dios, tuve y tengo familiares nuevos, adoptivos, que también me ofrecen cariño, me ofrecen apoyo y es muy difícil para mí criar a mis hijos, porque además, soy madre separada”.
María Teresa Paiva, psicóloga, funcionaria del Poder Legislativo, y madre de seis hijos. “La maternidad es algo sagrado, es un misterio, es una grandeza, de la cual también estoy sumamente agradecida a la vida y a la familia. Recuerdo de disfrutar de los bailes de los niños en el colegio, en el teatro, decir ‘la mejor obra es la de nuestro hijos’, verlos disfrazados, disfrutar todas esas etapas de los niños, hasta que van creciendo; lo que más me ha costado es largarlos a la vida”.
Stella Viell, legisladora por el Frente Amplio por Canelones, terapeuta holística, madre y abuela: “Vieron que las mamás decimos, los hijos son todos distintos. Sí, son todos distintos. Esta es la gran reflexión, y muchísimas gracias porque la vida es un continuo aprendizaje y si nosotros no tomamos esto, no vamos a aprender. Son distintos porque ellos tres nacieron en distintas circunstancias y etapas de mi vida, siempre rodeados de amor, con misiones distintas, con una mamá que aprendió con ellos muchísimas cosas”.
Rocío Barrios, vinculada a la ONG “Madrinas por la Vida”, llevando adelante un embarazo de alto riesgo, tiene seis hijos: “Tengo agradecimiento hacia ‘Madrinas por la Vida’ que me apoya en todo. Yo le digo a las mujeres que se puede, que luchen porque un hijo es una bendición. Poder, podemos todas. Yo tengo 39 años, cinco hijos los crié solos, y ahora tengo estos dos que los estoy criando con el papá, y les digo a las madres que no se achiquen”.
Elizabeth Arrieta, legislador por el Partido Nacional en Maldonado, madre biológica y del corazón: “Sumarme a lo que las dos compañeras de Parlamento han planteado, en particular lo que han planteado sobre el embarazo adolescente, a lo que le tenemos que sumar un trabajo social muy fuerte para que eso se acompañe de una paternidad adolescente responsable, porque muchas veces esa desvinculación es un terrible desenlace no sólo para esa mamá sino también para ese chico, porque no se le acompañó y contuvo. El otro tema, hablando de las madres y los padres de corazón, es el tema de la adopción y Uruguay tiene que ir a una legislación más abierta, y hoy tenemos un sistema perverso con cientos de niños institucionalizados y cientos de familias dispuestas a darle amor y una familia a esos niños y no podemos juntar las dos puntas por trabas burocráticas y legales”.
Alejandra Sosa, madre de tres hijos, y su historia de vida la vinculó a Mujeres de Negro: “Mi vida es mi casa, mi vida, mi trabajo, y estoy muy orgullosa de ser mamá. Mis hijos son mi motor, mi alegría, mi sonrisa, y mis ganas de vivir. Como mujer, que no hagamos silencio, a veces el silencio nos hace cómplices. Quizás una puerta, dos o tres se nos puedan cerrar, pero en la cuarta alguien nos va a escuchar. Que alcemos nuestra voz, porque nosotras nos queremos vivas y nuestros hijos también nos quieren vivas”.
Kika Casas, madre de dos hijas, mujer rural, productora lechera de Villa Rodríguez, San José: “Yo he tenido una vida dificilísima en cuanto a lo que tenemos como visión de una vida sin comodidades, sin luz, sin agua. Eso se resuelve mujeres, son cosas materiales. Pero el educar los hijos, el saber que sus hijos tienen un futuro siempre y cuando se formen cada vez mejor, es una carga tan pesada y que duele tanto, a tantas mujeres de nuestro campo”.
Ana María Ramírez, recientemente elegida Presidenta de la Asociación de Escribanos del Uruguay, madres de tres hijos, defensora de los derechos de las mujeres, y en particular el de su hija que fue expulsada de la instrucción militar por estar embarazada: “Los que nos decían ‘no se puede’. Los que nos decían ‘los reglamentos militares están para cumplirse’, pero nosotros sabíamos que habían mujeres que habían peleado tratados internacionales, que habían mujeres que habían peleado en este Parlamento leyes por las mujeres, y lo teníamos que hacer valer. Somos las mujeres las que parimos revoluciones. Hay esperanza porque la justicia también sabe dar a luz”.
Carolina Matta, profesional, con una experiencia muy particular, la de la adopción de dos niños como otra forma de ser mamá: “La adopción es una forma de ser mamá, una forma de ser papá, una forma de ser familia, tan válida como la familia biológica. Son niños que necesitan amor, necesitan abrazo, necesitan respuestas. En algunas cosas empezamos a escribir de cero con ellos, como si fueran bebés, como la familia, no que su mamá se llama Carolina, y su papá Marcelo, no. Que existe algo de que se llama abuelo o abuela: ‘yo no sabía que tu mamá era mi abuela’, me decía uno de ellos.
El Futuro
“Tantos problemas tiene el país, en seguridad, en educación, en salud, en trabajo, pero ninguno nos debe preocupar tanto como el demográfico” señaló el Presidente Amarilla, quién advirtió que en este tema nos va el futuro como nación.
Al hacer uso de la palabra frente en una Antesala repleta de público, Amarilla recordó que desde el inicio de su gestión el tema de la maternidad estuvo presente de distintas formas: concurso fotográfico, coloquios con instituciones y organizaciones de la sociedad civil, jornadas académicas, “pero –dijo- faltaba lo más importante que era escuchar a las protagonistas, a las mujeres madres, sus experiencias, preocupaciones y necesidades”.
Lucía Rodríguez, fue maestra y directora rural en el departamento de Rivera, en donde integra el equipo de División de Cultura de la Intendencia de Rivera, madre del invitado especial, Lucas Sugo: “Tenemos que renovar la flota, hay que alentar la maternidad con leyes, con formación en valores, con este tipo de movimiento, y fortaleciendo el otro pilar fundamental de ese proceso, que es la paternidad. Aliento la maternidad, lamento no haber sido más fructífera y hubiera querido tener mucho más hijos”
Susana de Nicola, madre del Presidente Gerardo Amarilla: “Madre es el momento único, inigualable que con palabras no se puede expresar. Se agradece a la vida por ese ser que depende exclusivamente de nosotros y circunstancias de la vida. Gracias a la vida, gracias a los hijos, gracias a las madres por ser tan valientes en esta noche y contar lo que ha pasado en sus vidas, porque muchas veces necesitamos entender en cada vida el propósito de ellas”.
Lucas Sugo, cantante y compositor: “Mi experiencia no es la de ustedes, es la de la otra cara de la moneda. Hemos oído cosas puntuales e importantes desde el corazón, y es la convicción de que la palabra gratitud debe estar bien grande con todas las letras, con todas las luces, y en mayúsculas. Lo más importante son las huellas prolijas, claras, las huellas que son necesarias para nosotros. Gratitud con las madres, y yo estoy muy agradecido con mi madre que se llama Lucía Rodríguez, y estoy muy agradecido con mi padre, que se llama, Lucía Rodríguez”.