El 24 de agosto se anunció el acuerdo definitivo, que sigue puliéndose en estas horas en La Habana. Al día siguiente el presidente Santos convocó al plebiscito que ratificará o rectificará lo acordado. El lunes 29, comenzó el cese al fuego bilateral. Un día después, el Consejo Nacional Electoral da a conocer la reglamentación del plebiscito.
¿Por qué las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), firmaron el acuerdo definitivo para llegar al fin del conflicto con el presidente Juan M. Santos y no lo hicieron cuando fue presidente Álvaro Uribe?
Dilucidar esa interrogante podría contribuir a despejar las dudas que legítimamente mantiene un sector de la ciudadanía colombiana que deberá votar por sí o por no el próximo domingo 2 de octubre.
Sería una ofensa al martirizado pueblo colombiano suponer que pueda haber millones de sus ciudadanos que no quieran la paz a la que parece haber arribado el país, cuando el 24 de agosto se firmó el acuerdo entre las delegaciones del Gobierno y de la guerrilla colombiana, hito que inicia el cronograma que se detalla más adelante.
Sabido es, como en 1932 le escribiera Einstein a Freud, que existe “ese pequeño pero resuelto grupo, activo en toda nación (que) ven en la guerra, en la fabricación y venta de armamentos, nada más que una ocasión para favorecer sus intereses particulares y extender su autoridad personal”.
Serán los historiadores colombianos quienes deban desentrañar a “ese pequeño grupo” que en las oportunidades que hubo en los últimos 30 años para llegar a un acuerdo en el conflicto interno de ese país, desde uno u otro sector, torpedeó las intenciones de los presidentes Belisario Bentancur (1982 – 1986), Ernesto Samper (1994-1998), Andrés Pastrana (1998-2002), Uribe,(2002 -2010), tendientes a dejar atrás la dolorosa constatación de la escritora Laura Restrepo: “en Colombia hay una generación que no sabe que es posible morirse de viejo en una cama”.
Una posible respuesta la aportó el miércoles 31 de agosto el facilitador de las negociaciones Henry Acosta (67), quien desde 1998 trabaja en la construcción de un diálogo cuando casualmente se encontró en una vereda de las montañas de Colombia con el jefe guerrillero Pablo Catatumbo.
Entrevistado por el programa Los Ángeles de Juan de Canal UNO de Bogotá, Acosta sintetizó en dos puntos la imposibilidad del diálogo entre Uribe y las Farc.
Durante la administración de Uribe “hubo muchos intentos, pero siempre Uribe me pedía que le dijera dónde sería la reunión entre su Comisionado de Paz y las Farc, algo que no era posible”, según Acosta.
La otra razón expuesta por quien ha sido artífice, especialmente autorizado por Santos, del presente acuerdo de paz, sería la respuesta de Uribe a la propuesta de iniciar un diálogo con la guerrilla durante su administración: “No voy a discutir las causas [del conflicto que llevaba más de cuatro décadas] con las Farc, que entreguen los fierros que ya hable con (Nicolás) Sarkozy para que [a los guerrilleros] los reciba en Francia”. Según Acosta eso era imposible por dos razones. Porque las leyes de destierro han sido abolidas hace “más de cien años en Colombia” y porque significaba “la impunidad” para los guerrilleros, pues no serían juzgados, algo de lo que se encargará un tribunal especial de justicia transicional, establecido por el acuerdo de 297 páginas suscrito en La Habana.
Agregó Acosta que el cinco de marzo de 2010, Uribe le dijo que los países donde sustanciar los eventuales diálogos de paz podrían ser Chile o Uruguay, algo que entonces Acosta desestimó, pues en Chile gobernaba (Sebastián) Piñera considerado como alguien de derecha y en Uruguay “estaban los tupamaros y la izquierda a veces complica estas cosas”. Sin perjuicio de su afirmación de hace seis años, los gobiernos de Venezuela y Cuba, más el de Noruega, fueron facilitadores del actual proceso de paz.
Acosta recordó que tras esa inicial propuesta de dialogo, Uribe en un discurso público del cinco de abril de 2010, calificó duramente a las Farc para concluir con la afirmación de que “con ustedes nunca me sentaré a negociar”.
Las explicitaciones de Acosta, conocedor profundo de lo que se sabe y no se sabe acerca de un proceso que llevó cuatro años de zurcidos, marchas, contramarchas, en el que fueron abatidos, entre otros muchos, dos importantes jefes guerrilleros- Mono Jojoy y Alfonso Cano- tiene relevancia en momentos en que las encuestas sobre intención de votos en el plebiscito muestran tendencias parejas.
Cronograma. El 24 de agosto se anunció el acuerdo definitivo, que sigue puliéndose en estas horas en La Habana. Al día siguiente el presidente Santos convocó al plebiscito que ratificará o rectificará lo acordado. El lunes 29, comenzó el cese al fuego bilateral. Un día después, el Consejo Nacional Electoral da a conocer la reglamentación del plebiscito. Al día siguiente, comenzó la campaña por el sí o por el no que debe alcanzar los cuatro millones 400 mil votos, equivalentes al 13% del padrón electoral, que marca el umbral definido para su aprobación o reprobación. Entre el primero y el 15 de setiembre las Farc realizan su X Conferencia que socializará los acuerdos alcanzados. Entre el 20 y 30 de setiembre, Santos y Timoleón Jiménez (Timochenko), firman por ambas partes el acuerdo de paz y se inicia el proceso de contracción de guerrilleros en los 22 zonas veredales, que no exceden los 20 kilómetros cada una, y seis campamentos; y también comienza el proceso de desarme que dura 180 días. El domingo 2 de octubre se vota.
Por Hugo Machín Fajardo.
Twitter: @machinfajardo
Fuente Contenido e Imagen: www.analisislatino.com
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