“No hay plazo que no llegue…
… ni deuda que no se pague, dice el refrán. José Mujica a quien le gustaba llegar a Caracas y vestirse con la guerrera militar del chavismo – como en 1972 cuando compró el cuento de los “militares peruanistas” y apoyó acciones conjuntas de tupamaros y militares, incluidas torturas e interrogatorios a sus compatriotas por supuestas corrupciones – es uno de los responsables del brete en que está el Mercosur.
No el principal, por cierto. Esos son la ya casi presa por corrupción Cristina Fernández de Kirchner; y el también casi procesado por obstrucción a la justicia brasileña, Lula.
La inefable sentencia de Mujica: “lo político esta por encima de lo jurídico”, es el bumerán que golpeó a su sucesor, también frenteamplista, Tabaré Vázquez, quien por no tener conocimientos democráticos; o no actuar como presidente de una nación, sino como jefe político de su partido pro chavista; se lavó las manos y dejo al garete la Presidencia pro Tempore del Mercosur.
El sofisma que dio como explicación el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa – “mucha gente que clamó durante mucho tiempo para que lo jurídico estuviera por encima de lo político, ahora piden que el Uruguay cambie de posición y que las situaciones políticas de Venezuela primen sobre los aspectos jurídicos;- falla por su base: la cláusula democrática del Mercosur, existente en el Protocolo de Ushuaia, suscrito en 1998, establece que “la plena vigencia de las instituciones democráticas es condición esencial para el desarrollo de los procesos de integración entre los Estados parte del presente Protocolo; (y)“es condición indispensable para la existencia y desarrollo de los procesos de integración, y que toda alteración del orden democrático constituye un obstáculo inaceptable para la continuidad del proceso de integración regional”. Lo jurídico bien entendido debió prevalecer sobre lo político, como así lo asume buena parte de la sociedad uruguaya.
¿Quién en su sano juicio puede pensar que Nicolás Maduro y su régimen antidemocrático será tenido en cuenta en el plano diplomático como para encarar algo serio desde un Mercado Común del Sur, presidido por un país caribeño fundido al que tres de sus cuatro países -Argentina, Brasil y Paraguay- le desconocen el cargo? De antología, realmente.
¿China? Ya tiene problemas para cobrarle a Venezuela su deuda de 30,000mil millones de dólares -a cancelar con el despacho de 300 mil barriles diarios de petróleo- para la que Maduro solicitó en febrero dos años de gracias en el servicio de deuda. ¿Irán? No parece ser que la administración Macri vaya a tener demasiado interés en profundizar vínculos comerciales preciadamente ahora que se reabre la “causa Amia”.
Sabido es que EEUU y la U. Europea tampoco son entusiastas de un Mercosur presidido por un país con presos políticos, en crisis humanitaria, inflación desbordada y primero en el ranquin de corrupción latinoamericana.
Un país que está cuestionado por el Secretario General de la OEA, Amnistía Internacional, Human Rights Watch; y que como última solución económica, inconstitucional, obliga mediante la Resolución N° 1855, a sus funcionarios a desplazarse al campo para trabajar luego de 17 años de conspirar desde “la revolución bolivariana” contra la producción e industrias nacionales.
La canciller venezolana Delcy Rodríguez, al igual que su hermano Jorge, alcalde de un municipio de Caracas y uno de los voceros del chavismo, (https://www.youtube.com/watch?v=9HjI6xQb1CU), vive enferma de odio (*). Hace unos días hizo el ridículo en Montevideo pretendiendo hacer creer que diplomáticos brasileños y paraguayos para evitarla se habían ocultado en un baño del Palacio Santos. Ahora, ofende la memoria de los pueblos que han sufrido dictaduras terroristas en las que se pergeñó el Plan Cóndor (1976), y habla de un “plan Cóndor” contra su país…seguramente Mujica le aplicará otra de sus altas definiciones:
“está más loca que una cabra”.
Hugo Machín
[*] Durante la primera administración de Carlos A. Pérez (1974-1979), el padre de ambos, Jorge Rodríguez, fue asesinado mediante torturas en dependencias policiales a mediados de los setenta. Fundador de la Liga Socialista había integrado un grupo insurreccional. Tras el secuestro de un empresario estadounidense, fue detenido por la policía pese a que no tenía que ver con el hecho en sí y, en todo caso, debió haber sido sometido a un tribunal”.
Fuente Imagen: runrun.es