“Estas han sido horas tristes para los sanduceros. Porque nos faltará para siempre una persona muy querida, porque fue asesinado y porque lo fue por su opción religiosa. Tres razones para estar tristes.
Ayer miércoles, luego de asistir al velatorio de David, a acompañar a su familia, debimos salir hacia Montevideo a fin de presentar ante los medios nacionales nuestra principal fiesta popular. Y regresamos a la tarde directamente a reunimos con vecinos de Casa Molle para anunciarle el comienzo de las obras de fideicomiso. La vida prosiguió, cumplimos con nuestras obligaciones, pero créanme que la historia no fue igual.
Mientras viajaba y leía titulares de algunos medios, temí que este incidente fuese el fin –digámoslo así- de cierta inocencia de una sociedad tranquila que nos iba quedando. Como le habrá pasado a muchos, pensé en la influencia de modelos lejanos, y en el extremo al que llegan algunos dogmáticos en el odio.
Sin embargo, en momentos de dudas siempre lo que hago es recurrir a gente sencilla. En su amabilidad, en la solidaridad cotidiana que supera naturales diferencias, en las diversas comunidades religiosas que conviven en absoluta paz desde hace muchas décadas. Y me resultó muy claro que ello no iba a cambiar. Por triste que sea, el ataque a David no solo no va a cambiar nuestro ser social, sino que hasta creo que nos hará más solidarios, más amables, más tolerantes. Porque hemos visto de cerca la cara del odio irracional y no la queremos entre nosotros. El ataque a David no nos robará nuestra forma de ser. No empañará el ánimo tolerante que nos ha caracterizado como pueblo.
El ataque a David fue una triste página. Una triste y única página que no podrá ocultar el libro, grande y pesado, de nuestra historia de trabajo y solidaridad. Esa historia que debemos reafirmar y que comenzará con un gesto masivo de marchar este próximo sábado por nuestras calles como símbolo de paz y tolerancia, organizado por la propia gente. Una marcha a la que por supuesto nos sumaremos, para decirle primero a familiares y amigos de David que tienen nuestra mano en estos momentos y también decirle al mundo que Paysandú sigue siendo esa sociedad de solidaridad y tolerancia que siempre fuimos. Que una triste página de locura y odio no podrá cambiar”.
Fuente Imagen: www.horanoticias.com