Compañera Beatriz Ramírez.
Podría limitarme a firmar en silencio la petición que ustedes promueven para que nuevamente se reúna el Plenario Nacional del Frente Amplio y habilite a Beatriz como una quinta candidata a la presidencia del Frente.
Sería una opción de corrección política inobjetable y de evidente comodidad, ya que sitúa la suerte de esta iniciativa lejos de mi actual capacidad de incidencia.
Como aspirante a presidir el FA prefiero compartir lo que pienso, mis expectativas y compromisos en este tema.
- Considero su propuesta como una saludable reacción a un estado de cosas que debe ser cambiado. Es consecuencia de la resistencia que hay en las fuerzas políticas que integran el FA a discutir y avanzar en la efectiva promoción de los liderazgos de nuestras compañeras. Yo mismo integro un movimiento al que le ha costado y le cuesta colocar la lucha contra las desigualdades basadas en género o generaciones como tales, como un eje central de su posicionamiento.
Se trata de una impronta ideológica todavía muy presente y potente en las izquierdas políticas y sociales uruguayas. Son excepcionales las organizaciones políticas donde la luchas de las mujeres ha estabilizado mecanismos afirmativos duraderos.
Sabemos de las dificultades prácticas de vuestra petición. Pero más allá de que la propuesta naufrague estoy convencido de que es una fuerte señal, para adentro y para afuera. Nos hace ver nuestras dificultades y carencias, tanto de los sectores como de los compañeros y compañeras militantes de nuestro Frente Amplio para promover candidatas apara la presidencia.
- En 25 años de gobiernos departamentales en Montevideo y 11 a nivel nacional, el Frente Amplio ha sido incisivo y audaz en la promoción de algunas leyes para compensar las desigualdades de poder entre varones y mujeres. Esto es resultado de la movilización e inteligencia de los movimientos de mujeres y de su propia capacidad como gobierno de generar políticas públicas de igualdad. Los desafíos actuales y futuros tienen que ver con radicalizar la democracia en todos los planos y niveles. En primer lugar en nuestra propia fuerza política.
3. Tengo plena confianza en que cualquier compañero o compañera que ocupe la presidencia del FA estará de acuerdo que desplegar una política afirmativa efectiva para consolidar los liderazgos de nuestras compañeras es uno de los campos de acción urgente que nos desafían. Para ello avanzo lo que considero algunas urgencias que en los próximos días promoveré como temas de debate con militantes de diversos movimientos, con las feministas, con las compañeras de la Unidad Temática de las Ciudadanas, y con quienes deseen compartir este desafío.
– Promoción de la paridad en todos los órganos de conducción del FA.
– Promoción de la paridad en los sectores que lo integran.
– Formación en género de todos los cuadros de gobierno y organismos de dirección del la fuerza política (directores nacionales, ministros, mesa política, plenario nacional).
– Incorporación de dispositivos de cuidado para todas las actividades realizadas por el FA a los efectos de facilitar la asistencia a actividades, reuniones, congresos, etc.
– Promoción de la aplicación del modelo «calidad con equidad de genero» del INMUJERES dentro de la estructura y la gestión del Frente Amplio en tanto organización.
Fraternalmente.
Alejandro Pacha Sánchez.