El cáncer es hoy unos de los principales problemas de salud en el mundo. La Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) predice que la incidencia de la enfermedad a nivel mundial será para 2020 de 16 millones de casos. Según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP) en Uruguay representa el 23,8% de las causas de muerte del país. Entre los factores de riesgo, se atribuye a la nutrición entre el 20 y 30% de sus causas, por lo que trabajar en aspectos nutricionales constituye una importante política de prevención.
La grasa corporal es, según un conjunto de estudios especializados, una variable sumamente involucrada en algunos tipos de cáncer como el de esófago, páncreas, colo-recto, mama en mujeres postmenopáusicas, endometrio y riñón.
Entre los alimentos asociados a diferentes tipos de cáncer se destaca, el consumo de carnes rojas y carnes procesadas con el cáncer de colo-recto en forma convincente. Se observa además un vínculo probable de estos alimentos con los cánceres de esófago, pulmón, páncreas, endometrio, estómago y próstata.
Tradicionalmente se ha sugerido que ciertas formas de conservación y preparación de alimentos son carcinógenas. Sin embargo, la mayor contribución al riesgo de cáncer no proviene de la ingestión de carcinogénicos, sino del aumento del riesgo asociado a la obesidad y a los cambios dietéticos propios de la vida occidental.
Algunas de las recomendaciones en particular en relación a la prevención del cáncer en vínculo con la alimentación, son: evitar el sobrepeso, mantenerse activo como parte de la vida diaria, evitar bebidas azucaradas, poniendo límite a los alimentos procesados altos en azúcar y grasas y bajos en fibras, comer más cantidad de verduras y frutas, limitar el consumo de carnes rojas y procesadas, limitar el consumo de bebidas alcohólicas, reducir al mínimo el consumo de sal y alimentos procesados con sal, y evitar los suplementos para prevenir el cáncer.
Fuente: Ministerio de Salud Pública. www.msp.gub.uy
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