Comenzó con buen marco de público la conferencia «Ser Iglesia en Dictadura y Anuncio de Buenas Nuevas en tiempos de Cambio Climático» en las instalaciones del Instituto Crandon, de Montevideo.
Según el Dr. Álvaro Rico la iglesia estuvo presente en diversos momentos cuando como iglesia entendemos «la protección del perseguido, la mano tendida al prójimo, la denuncia a la injusticia y el estar junto al refugiado». El decano de la Facultad de Humanidades agregó que «a nivel institucional las iglesias fueron muy resistentes a la dictadura uruguaya. Los nombres del pastor Emilio Castro y Monseñor Carlos Parteli, quedaron en la memoria de la resistencia del pueblo uruguayo». El profesor trajo algunos testimonios y también el análisis de los propios documentos de inteligencia que registraban y controlaban todo tipo de actividad religiosa que podía considerarse subversiva, Rico valoró las iglesias como un espacio de resistencia.
Se mencionaron algunos casos de obispos o pastores que colaboraron con los militares o promovieron la impunidad, algunos participantes afirman que las comunidades de fe tienen aún papel pendiente a trabajar sobre la búsqueda de la verdad y la reconciliación también a la interna.
El pastor y Dr. Daniel Bruno analizó el Plan Condor y su estrategia de actuación en los países del Cono Sur y como su actividad represiva también llego a las iglesias. Bruno enfatizo en el rol que tuvo en Argentina el trabajo ecuménico del CAREF (Comisión Argentina para los Refugiados) atendiendo a miles de exiliados Chilenos, Argentinos y Uruguayos.
En este contexto de lucha Bruno destacó las figuras y el compromiso de «el pastor Earl Smith de Uruguay, acompañado por el pastor Carlos Gattinoni, el premio nobel Pérez Esquivel y el pastor argentino Federico Pagura». También nos recordó que solo esta iglesia tuvo 23 personas desaparecidas, entre ellas el 50% fueron jóvenes.
El pastor Oscar Bolioli recordó que esta resistencia tuvo una dimensión internacional, «creamos redes que nos dieran cierta protección a nivel internacional. Tuvimos un apoyo muy sólido de los obispos metodistas en EE.UU, de la federación protestante en Francia, Reformados de Holanda, Suecia y Canadá, y el aporte fundamental del Consejo Mundial de Iglesias»
Bolioli recordó que uno de los principales aportes de la iglesia en este tiempo fue la escucha y la visita. «La visita a los presos y la ayuda a sus familias ha sido un tema central en la Iglesia Metodista, aunque esto fuera prohibido y penalizado por la dictadura militar». El compromiso de la Iglesia Metodista en el Uruguay en este tiempo tuvo su costo e impacto con heridas en la comunidad.
Durante todo el encuentro se describieron una serie de innumerables gestos de resistencias que desde lo pequeño buscaban generar reductos de libertad, espacios de esperanza y denuncia a la injusticia.
Desde Alemania el teólogo e investigador Weltz contó el testimonio de una iglesia que durante decenas de años vivió primero bajo el régimen nazi y luego con dificultades en la RDA. Wetzel concluyó su ponencia citando a Gerhard Rogner encargado de prensa de la iglesia metodista en la RDA: «No fuimos mártires, pero tampoco demasiados cautos y cobardes».
Fuente Imagen: sdr.liccom.edu.uy
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