por Hugo Machín.
El sueño del candidato republicano Donald Trump –expulsar a millones de mejicanos residentes en EEUU- es hecho realidad por el socialista del siglo XXI, supuesto promotor de la unidad latinoamericana, Nicolás Maduro. Los pórticos de las casas de los echados de cinco municipios del estado de Táchira, fueron marcados con letras: “D”, equivalente a una condena de demolición y “R”, de requisa. Las acciones son realizadas con metodología de ejército de ocupación.
Cerca de mil quinientos colombianos, en su mayoría de sectores populares, residentes ilegales desde hace varios años en la ciudad venezolana de Táchira, fronteriza con Colombia, fueron sacados de sus casas por las tropas de ese país y obligados a retornar a Colombia cruzando el río que separa ambos países. Se suman a los 1.820 colombianos expulsados en 2014.
El sueño del candidato republicano Donald Trump –expulsar a millones de mejicanos residentes en EEUU- es hecho realidad por el socialista del siglo XXI, supuesto promotor de la unidad latinoamericana, Nicolás Maduro. Los pórticos de las casas de los echados de cinco municipios del estado de Táchira, fueron marcados con letras: “D”, equivalente a una condena de demolición y “R”, de requisa. Las acciones son realizadas con metodología de ejército de ocupación: insultos, malos tratos, humillaciones, robos.
Reacción colombiana. El gobierno de Colombia calificó los sucesos de “crisis humanitaria”, intenta la vía diplomática, la intervención de la OEA y -más escépticamente- de la Unasur. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a ambos gobiernos que se comprometan a seguir manteniendo un «diálogo constructivo» para resolver la crisis fronteriza.
En Venezuela viven cinco millones de colombianos. Las deportaciones han sido acompañadas de una campaña mediática generada desde el gobierno chavista en la que se les atribuye la condición de “paramilitares” y “conspiradores contra la revolución bolivariana” a los expulsados del territorio venezolano.
¿Por qué se da ahora este aparente desatino chavista? La explicación de Maduro para decretar el estado de excepción durante 60 días prorrogables en Táchira, es que tres militares venezolanos y un civil fueron heridos el 19 de agosto por disparos efectuados en la frontera. Ataque que él atribuye a paramilitares colombianos. El episodio existió, pero no hay prueba de que haya ocurrido según la versión chavista.
Criminalidad. Hace un año Maduro encomendó al ejército y a la guardia Nacional Bolivariana, intervenir en los barrios populares de la frontera de ese país para combatir a las mafias dedicadas al narcotráfico, al contrabando y al crimen organizado. La criminalidad existente en la sociedad venezolana es proverbial y no es casual que Caracas ostente el desgraciado título de una de las ciudades más violentas del mundo.
El periodista venezolano Antonio Delgado informó el 26 en El Nuevo Herald de Miami, que los militares desplazaron a mafias delincuenciales pero, a su vez, algunos de ellos ocuparon su lugar y el incidente fue producto de la rivalidad entre las bandas existentes una, en el ejército venezolano y, otra, en la Guardia Bolivariana. De ese enfrentamiento surgió el atentado, sostiene el periodista.
El matutino ABC de Madrid, también informo el mismo día que “la guerra entre carteles militares de la droga cerró la frontera venezolana” y cita como fuente al ex embajador de Venezuela ante la ONU, Diego Arria.
Arria agrega que el narcotráfico solamente ya no es tanto negocio, por eso los carteles se disputan el del contrabando y especialmente el de gasolina, producto que se vende en países fronterizos a precios cinco veces superiores que el de Venezuela.
Tanto Arria en sus declaraciones al ABC, como Delgado, dan por sentado que hay dos carteles venezolanos: El Cartel de Los Soles (Ejército) enfrentado al Cartel de La Goajira (Guardia Nacional).
En el Cartel de los Soles – en alusión a que lo integrarían generales de cuatro soles- aparece mencionado el vicepresidente venezolano Diosdado Cabello, quien por ese motivo tiene abiertas tres causas en fiscalías federales de EEUU.
Venezuela, según el informe de Transparencia Internacional de 2014, ocupa el puesto más negativo de Latinoamérica y uno de los peores del mundo en materia de corrupción: en la clasificación global de 175 países, el lugar 161, con 19 puntos sobre un máximo de cien.
Arria agrega que existe complicidad de autoridades colombianas para mantener la delincuencia fronteriza que opera también con trata de mujeres y tráfico de brillantes.
Más pobres. Los deportados se hacinan en improvisados alojamientos propios de una región deprimida como es Cúcuta, capital del departamento del Norte de Santander, ciudad con el mayor índice de desempleo de Colombia (14.9%), en la que el trabajo informal ocupa al 70,8% de la PEA, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
De ahí que el alcalde de Bogotá, el izquierdista Gustavo Petro, haya ofrecido infraestructura, disposición y recursos para recibirlos en la capital del país. No sin agregar, twitter mediante, que las escenas que hoy reitera -en algunos casos de manera exagerada- la televisión colombiana, deben multiplicarse por “6.000 “y “agrégale masacres y fosas. Eso ha vivido Colombia en el siglo XXI”.
¿A qué alude Petro? A los millones de colombianos que huyendo de la violencia que azota a Colombia desde hace 60 años, emigraron a Venezuela luego de haber soportado el fuego cruzado, las extorsiones y violaciones a sus derechos humanos de guerrilleros, paramilitares y militares en lo que va del siglo XXI.
El gobierno de presidente Juan Manuel Santos reconoció en 2013, a través de las investigaciones del Centro de Memoria Histórica, que hay más de siete millones de víctimas en Colombia, de la cuales, más de seis millones corresponden a la categoría de desplazados y Colombia, después de Darfur es el segundo país del planeta en número de desplazamiento forzado. http://www.analisislatino.com/notas.asp?id=7872
Chavistas amotinados. Otra interpretación a las deportaciones la aportó el investigador colombiano Ronal F. Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario. Maduro ha identificado como “paramilitares colombianos” también a los Colectivos Sociales que abandonaron las filas del chavismo y le declararon la guerra al gobierno, sostiene Rodríguez. Estos Colectivos Sociales, herederos de los círculos Bolivarianos, organizaciones civiles que no son parte formal ni informal del aparto del Estado ni están reglamentados por ley. Generalmente se autodefinen como el pueblo organizado, pero varios de estos colectivos, según el investigador, en realidad son tapadera para asesinos, secuestradores que pueden ser pequeños combos o redes vinculadas a la delincuencia internacional.
La Nueva Doctrina Militar Bolivariana alentó estas formaciones que luego en ciertos casos pasaron encubrir delincuentes natos.
Varios de estos colectivos se distanciaron del chavismo y lo enfrentan. Especialmente desde octubre pasado los colectivos agrupados en el denominado “5 de Marzo” luego de la muerte de su líder José Odreman, quien previamente había responsabilizado al gobierno venezolano si algo le sucedía. Murió en confusos incidentes.
La frontera colombo venezolana en esa región es una línea porosa de 540 kilómetros con 190 trochas que comunican ambos países y el puente Simón Bolívar como paso oficial. La región también es territorio que cobija a las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN); a bandas criminales colombianas como Los Urabeños y otras formadas por paramilitares reconvertidos en delincuentes comunes.
Modelo insostenible. En Venezuela la caída de 44,3% en los ingresos petroleros, sumado a la inflación que se ubica en 74,4%, con una pérdida de poder adquisitivo en torno al 15,6% en el primer semestre; proyectan una perspectiva con una contracción del PBI entre el 9 y 10% y la inflación bordeando el 190 % para 2015.
La restricción de divisas generó un ajuste cambiario ineficiente con la consecuencia de que la mayoría de las industrias trabajen a un 48% de su capacidad instalada según Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras, gremial empresarial.
Estudios independientes muestran que la pobreza de ingreso alcanza al 48,4% de la población, un nivel similar al que tenía cuando el chavismo alcanzó el poder.
Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), en el primer semestre del año hubo 56 saqueos y 76 intentos de saqueos a supermercados en todo el país que, según el gobierno, son fabricados por la oposición, también acusada de generar “sensación” de escasez.
A la baja. El 70,4 % de los venezolanos evalúa de forma negativa la gestión Maduro, según un sondeo de la firma Datanálisis difundido el viernes 28. La encuesta, consignada por la agencia EFE, también indicó que el 57,7 % de los potenciales votantes apoyaría a la oposición en los comicios parlamentarios del próximo 6 de diciembre, un 26,2% lo haría por los oficialistas y un 16,1% por los candidatos independientes.
Al plantearles a los encuestados el escenario: «En caso de que el Consejo Nacional Electoral decidiera suspender las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional ¿Cómo evaluaría usted esta decisión?», el 85,2 % hizo una evaluación negativa y solo un 8,3 % la calificó de forma positiva.
Acerca del autor
Hugo Machín
Periodista desde 1969, una forzada interrupción entre 1973 -1985, no le impidió ejercer el periodismo clandestino. Ex -docente de periodismo en Universidad ORT. Ex vicepresidente de APU. Coordinó «Periodismo e Infancia-2005». Integró diversas redacciones periodísticas de medios y agencias de noticias en Montevideo, Uruguay. Actualmente se desempeña como free -lance.
Fuente Contenido e Imagen: www.analisislatino.com