El diputado Rodrigo Goñi (Alianza Nacional) se refirió a la actual situación que atraviesa la Intendencia de Salto, considerando que los próximos meses serán de “penurias financieras” y que en gran parte la razón del actual momento se debe al incremento del número de funcionarios en las últimas administraciones municipales.
“Esta semana Salto ha presenciado un conflicto declarado por los municipales atento a que el cobro de sus salarios no se realizó en la fecha acostumbrada, es decir, un par de días antes de que culmine el mes. Es claro que si bien esta ha sido la costumbre durante varias décadas, desde un punto de vista legal, nada hay que obligue al respecto, es más, la ley ampara el pago en los primeros días del mes siguiente al que se liquida. De manera que más allá de algún contratiempo para quienes perciben sus remuneraciones en forma mensual, aparece como desmedido el conflicto con paro incluido.
Llama la atención además, porque si hay algo que durante esta administración ha ocurrido, es el entendimiento permanente entre las autoridades políticas y las gremiales, fruto sin duda de que aquellas han cedido puntualmente a cada uno de los reclamos de estas, el último de los cuales especialmente, tiene mucho que ver con el problema actual.
Me refiero a que recientemente, aquella consigna con la que el Intendente Coutinho, inició su administración, respecto a que quienes ingresaban a la administración municipal por él, con él si iban, fue dejada de lado al abrir la puerta para que todos los que quisieran, pudieran optar por ser contratados permanentes en la plantilla municipal. Así, un universo de varios centenares de funcionarios municipales contratados, adquirieron derecho a no ser despedidos salvo las causales constitucionales de destitución de funcionario público. Un logro importante del gremio, y una clara tranquilidad para muchas familias.
El tema es que si se observa la evolución de los funcionarios municipales, resulta que la dictadura dejó en 1984 unos 800 funcionarios, Malaquina hacia 1989 dejó unos1500, cifra que más o menos se mantuvo hasta 2005, en que Fonticiella la llevó a unos 1800 y en la actualidad, quizá ronden los 2100. Es un cuarenta por ciento más en la plantilla.
Así las cosas, todo lo que se recauda por parte de la intendencia en Salto, incluido hasta la tasa necrológica, es decir todo lo que directamente los salteños pagamos a la intendencia, por cualquier concepto, no alcanza para pagar los sueldos.
De manera que con las partidas que le corresponden a Salto de los impuestos nacionales, se termina de pagar los salarios, se pagan los gastos de funcionamiento, y con loque sobra, se realizan inversiones.
Lo que está ocurriendo es que la intendencia llegó al límite financiero y no le alcanza.
Duro y simple, no le alcanza.
Este año, al que aún le faltan cuatro largos meses, la realidad indica que será de penurias financieras, y así deben entenderlo todos, quienes dirigen la intendencia, quienes allí trabajan, quienes le proveen servicios y materiales y la ciudadanía toda, que al final, también verá resentidos los servicios municipales. Lamentablemente”.
Fuente Imagen: www.rodrigogoni.com
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