La planta industrial de Montes del Plata inició su producción de pulpa de celulosa, haciendo realidad el proyecto que demandó una inversión de más de US$ 2.000 millones, siendo la inversión privada más importante en la historia del país. El complejo industrial está ubicado en Punta Pereira, departamento de Colonia, y comprende una planta de producción de celulosa de última generación, una terminal portuaria y una planta de energía en base a biomasa.
La planta de celulosa de Montes del Plata está diseñada para producir 1.300.000 toneladas de celulosa al año a partir de fibra de Eucalyptus, la cual provendrá en su mayoría de plantaciones forestales de la empresa distribuidas en once departamentos del país. Para su producción aplicará las mejores técnicas disponibles en el mundo para el sector de la celulosa, siguiendo los estándares de la Unión Europea (IPPC BAT).
Esta planta es el eslabón final de una cadena de valor que involucra más de 5.000 puestos de trabajo equivalentes full time (entre directos, indirectos e inducidos) a lo largo de 11 departamentos del país. En su conjunto, estos empleos llevan asociada una masa salarial líquida de 100 millones de dólares al año.
En régimen, este complejo industrial sumará US$ 844 millones al PBI de Uruguay.
Además, la planta generadora de energía aportará a la red nacional hasta 80 MW, transformando biomasa de manera renovable y sustentable.
Montes del Plata es un joint venture de Stora Enso (sueco-finlandesa) y Arauco (chilena), dos de los principales actores del sector forestal – industrial, y se cimenta en los valores y el respaldo de ambas compañías madre.
Impactos adicionales
La inversión de Montes del Plata incluyó la construcción en Uruguay de tres barcazas de 5.000 toneladas de capacidad de carga cada una para el transporte de rolos de madera, obras que significaron un respaldo muy significativo para el desarrollo del clúster naval nacional.
En materia de transporte, Montes del Plata suma una moderna terminal portuaria al país, destinada tanto para el tránsito fluvial como marítimo ya que está conectada con el canal Martín García, lo que permite embarcar su producción de celulosa directamente hacia los mercados finales.
También se construyeron 12 km de ruta nacional, continuando la Ruta N° 55 desde el empalme con la Ruta N° 21 hasta la propia planta de Punta Pereira, así como un intercambiador a desnivel. Esta obra se hizo para evitar el paso de tránsito pesado por las localidades pobladas aledañas a la planta, mejorando la seguridad y garantizando la integridad patrimonial de un pueblo con altos valores históricos.
La energía excedentaria que se vierte en la red nacional, por último, es transmitida por una línea de alta tensión que une Punta Pereira con Colonia, obra que también se suma a la infraestructura general del país.
Además de desarrollar acciones permanentes de integración con las comunidades en las que opera, Montes del Plata donó la infraestructura de alojamiento utilizada para la fase de construcción de su proyecto industrial: un barrio de 150 casas en la ciudad de Colonia, que ahora pasará a manos de la Intendencia departamental para ser utilizado con fines sociales; un Centro de Alojamiento en la ciudad de Carmelo, infraestructura que quedará bajo administración comunal para usos sociales y los componentes de un Centro de Alojamiento en Punta Pereira, que pasaron a manos del Plan Juntos.
A esto se suma la construcción de 30 casas, también con fines sociales, que se construye en Carmelo para ser donado directamente a la Dirección Nacional de Vivienda del MVOTMA.
No menos importante son las obras de saneamiento y agua que se han realizado o están en ejecución en el departamento: una planta de tratamiento de efluentes urbanos en la ciudad de Colonia, una planta de pre-tratamiento de efluentes en Carmelo, una planta para descarga de barométricas en la localidad de Conchillas y una planta para proveer a esta misma localidad de agua potable de calidad.
Capacitación y seguridad
Para la operación industrial, Montes del Plata capacitó, tanto en Uruguay como en el exterior (Brasil, Chile, Finlandia), a todo el personal técnico que trabajará en Punta Pereira.
Una de las experiencias más interesantes realizadas en este campo fue la contratación de jóvenes colonienses egresados de educación secundaria, que tuvieran iniciativa y ganas de crecer. Estos 26 jóvenes talentos de Colonia, sin experiencia ni estudios previos en la materia, fueron intensamente preparados en ciencias básicas y capacitados en aspectos específicos de la planta y hoy son parte del equipo que opera esta planta.
Adicionalmente se realizaron capacitaciones en toda la cadena de producción forestal, insumiendo más de 64.000 horas de capacitación en cosecha forestal, la capacitación de más de 100 operarios en el vivero de Montes del Plata y más de 400 choferes que fueron entrenados especialmente para la conducción de vehículos pesados de transporte de carga forestal.
Todas estas capacitaciones se suman a las efectuadas durante la construcción en conjunto con FOCAP, UTU e INEFOP, que beneficiaron a más de 700 trabajadores en oficios de construcción y montaje –cursos realizados en el horario laboral, cuyas horas se computaron como trabajadas— que hoy poseen certificaciones oficiales de las habilidades aprendidas y están en mejores condiciones de obtener nuevos trabajos.
Anexo
EL PROCESO DE PRODUCCIÓN INDUSTRIAL DE MONTES DEL PLATA
La madera
La madera que llega a Punta Pereira son troncos descortezados de Eucalyptus (único género empleado por esta planta), que se acopian en el llamado Patio de Maderas.
Los troncos son cortados en pequeñas astillas (llamadas chips) para reducir y homogeneizar su tamaño, facilitando así el proceso de digestión.
A través de una cinta transportadora, los chips viajan desde las pilas hasta las instalaciones del proceso de digestión.
La digestión
Los chips son tratados con vapor y licor blanco (mezcla en base a hidróxido de sodio y sulfuro de sodio), en condiciones de alta temperatura y presión, para disolver la lignina y liberar la celulosa de la madera.
Al cabo de este proceso queda una pasta de celulosa todavía impura (marrón, con restos de lignina) y, por otro lado, el licor negro (los químicos utilizados mezclados con las fracciones de madera que se separaron de la celulosa).
La pulpa pasa luego a un tanque donde es tratada con oxígeno (“deslignificación”), mejorando su calidad.
El blanqueo
La pasta de celulosa marrón pasa por cuatro etapas donde se le retiran los compuestos que aportan color a la fibra y llegar a la calidad exigida por los mercados.
El blanqueo se hace con dióxido de cloro, cuyo uso se minimiza incorporando al proceso hidróxido de sodio y peróxido de hidrógeno.
Entre cada paso, la celulosa es lavada para remover las impurezas.
Secado
Casi líquida, la pasta de celulosa es secada por procesos mecánicos primero y por calor, luego.
Se forma una hoja fina de celulosa que es cortada y embalada en fardos de 250 kilos cada uno.
Estos fardos luego se agrupan en paquetes de a 8 (de 2 toneladas de peso) y así se embarcan hacia sus destinos finales.
LOS CICLOS DE RECUPERACIÓN
Para separar la celulosa del resto de la madera se usa una mezcla de hidróxido de sodio y sulfuro de sodio denominada licor blanco.
Cuando sale del digestor, este líquido contiene restos orgánicos de la madera que fueron separados de la celulosa, convirtiéndose así en licor negro.
El licor negro se concentra (se le remueve agua) en los Evaporadores e ingresa en la Caldera de Recuperación, donde se quema.
El calor que genera esta combustión se usa para generar vapor, que luego alimenta las turbinas y así genera electricidad (que autoabastece al complejo industrial y alcanza también para verter a la red nacional hasta 80 MW).
Como resultado de la combustión también se obtienen cenizas, que contienen los productos químicos que son reciclados dentro del proceso.
Estas cenizas se reprocesan (proceso de caustificación) y así se reconstituye el licor blanco, que vuelve a introducirse en el ciclo de digestión de la madera.
EL TRATAMIENTO DE EFLUENTES
El agua que no se reutiliza en la planta vuelve al ambiente como vapor, o retorna al río como efluente.
Este efluente, antes de verterse, es sometido a una serie de tratamientos mecánicos, químicos y biológicos para ajustar sus parámetros de calidad ambiental a los estándares exigidos.