La necesidad de pensar, interpelarse, debatir y construir razonamiento científico es la clave propositiva de “Las preguntas de Arquímedes”, el libro didáctico de Matemática que será presentado por el Consejo Directivo Central (CODICEN) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el cual apuesta a la democratización del conocimiento matemático.
El acto de lanzamiento de este material de alto valor pedagógico -que está previsto para mañana 3 de abril, a partir de las 18:00 horas, en el salón de actos de la Torre Ejecutiva- será encabezado por el Presidente del CODICEN, Profesor Wilson Netto, autoridades de los Consejos de Educación, el Ingeniero Ignacio Hernaiz, quien oficiará como presentador, y los autores Profesores Mario Dalcín y Mónica Olave.
El propósito de este trabajo, que ganó el concurso del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) en la categoría Investigación y Difusión Científica y fue editado por el CODICEN, es enseñar a los estudiantes de todos los niveles educativos a formularse preguntas, plantearse problemas y resolverlos.
En ese contexto, se parte de las interrogantes que se formuló el matemático, físico, ingeniero, inventor y astrónomo griego Arquímedes (Siracusa – 287 a.C- 212 a.C), hace ya 2.300 años.
Como por entonces el conocimiento científico era sumamente acotado, el planteo es formularse nuevas interpelaciones con un sesgo bastante más contemporáneo, a partir de las primigenias tribulaciones del célebre sabio.
El trabajo insumió a ambos docentes dos años de ardua investigación, estudio y análisis y otros seis meses de armado y ejecución, antes de ser presentado en el concurso convocado por el MEC.
El tiraje inicial de este volumen, que llegará a los docentes de todos los subsistemas de la ANEP y a estudiantes de profesorado y magisterio, es de 1.000 ejemplares.
La Profesora Mónica Olave, que es coautora del libro, explicó que, sin bien la referencia es Arquímedes, las preguntas que se formulan en este caso están adecuadas a la realidad del presente y a los conocimientos contemporáneos.
Precisó que en la obra –que por sus lenguajes es sumamente accesible- se plantean las preguntas como hipótesis de trabajo para que los alumnos piensen y razonen, antes de conocer las respuestas del propio matemático.
“La idea es llegar a todos los docentes de todos los niveles, a los efectos que estos promuevan actividades con sus estudiantes, en una materia que está en el candelero, a raíz de los resultados de las pruebas Pisa”, reflexionó la educadora.
Olave consideró muy importante que “los chicos se sientan matemáticos, sean capaces de formularse preguntas, de responderlas y de argumentar”.
Según explicitó, esta también es una forma de “aportar a la convivencia democrática, compartiendo conocimientos y respetando los argumentos del otro”.
Para la autora, aunque la matemática es una ciencia exacta, a partir de otras propuestas, hay espacio para el debate. “Hay más de 3.000 años de conocimientos acumulados que permiten esa posibilidad”, aclaró.
Partiendo de la premisa que formularse preguntas es la base del desarrollo científico, el desafío es formar estudiantes inquietos e interpelantes, que ulteriormente puedan transformarse en ciudadanos con sentido y talante crítico.
Mónica Olave reflexionó que una de las claves es superar definitivamente el sentimiento de frustración que suele experimentar el alumno cuando no puede resolver un problema y aplicar los nuevos conocimientos y las estrategias de razonamiento a la vida cotidiana.
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