El Programa de Prevención Secundaria Cardiovascular de CASMU cumplió diez años y para celebrarlo, el Departamento de Cardiología y la Dirección de Capacitación de la mutualista organizaron una jornada en la cual decenas de expertos abordaron los “Nuevos desafíos en el enfoque preventivo cardiovascular”.
El director del programa, Antonio Bagnulo, destacó que “educar y corregir los factores de riesgo puede detener la enfermedad” y señaló que gracias al trabajo realizado en la última década sobre pacientes que ya habían tenido un accidente cardiovascular, CASMU logró reducir la mortalidad a un tercio de lo que hubiera sucedido sin seguimiento.
Asimismo, hubo una disminución del 50% en los reingresos hospitalarios, al tiempo que el 95% de los pacientes logró controlar su hipertensión, el 90% superó los problemas de tabaquismo, el 50% adquirió el hábito del ejercicio y el 80% alcanzó buenos niveles de perfil lipídico.
Por su parte, el cardiólogo argentino Marcelo Tavella, director general del Programa de Prevención de Infarto del vecino país y asesor científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló la necesidad de prevenir en base a un “trípode básico” integrado por “alimentación sana, abandono del tabaco y actividad física”.
Tavella, investigador y docente de las universidades de La Plata (Argentina) y Kuopio (Finlandia), sostuvo que para cumplir con una dieta sana es necesario consumir bajos niveles de sodio, azúcares y grasas, y advirtió que el esfuerzo no puede estar limitado al paciente sino que requiere el compromiso de la sociedad en su conjunto.
“Para luchar con éxito en la prevención hemos trabajado durante décadas sobre los individuos. Los nuevos desafíos plantean complementar estos esfuerzos trabajando en el entorno. No es suficiente decirle a la gente que baje su colesterol. Debemos trabajar junto a la industria para retirarlo de los alimentos”, explicó.
El experto se mostró optimista en relación a lo que es posible lograr con actividades de prevención. En ese sentido hizo referencia a un estudio realizado en Finlandia, denominado “North Karelia Project”, donde se señala que “entre 1969 y 2002 descendió un 82% la mortalidad cardiovascular”.
Tavella enfatizó en la necesidad de desarrollar “un entorno saludable, donde los alimentos adecuados lleguen a la gente desde las góndolas de los supermercados” y destacó que se debe trabajar en una política de “ganar – ganar”, que permita a las industrias vender productos de buena calidad y sabor sin necesidad de invertir más dinero.
“Es necesario estimular a la industria, en una estrategia que contemple ambas partes. Generar una alimentación saludable es una forma de anticiparse a la aparición de la enfermedad”, concluyó el experto.