1° de Octubre de 2013: Día Internacional de las Personas Adultas Mayores (ONU).
“El futuro que queremos: lo que dicen las personas mayores”
Hacia una sociedad para todas las edades…
El Día Internacional de las Personas Adultas Mayores (International Day of Older Persons, Naciones Unidas), se celebra todos los años el día 1° de Octubre.
Desde el 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 45/106, designa el 1° de octubre Día Internacional de las Personas de Edad, en seguimiento de iniciativas tales como el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento, aprobado por la Primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento celebrada en 1982 y respaldado, el mismo año, por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En 2002, la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento aprobó el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, para responder a las oportunidades y los desafíos del envejecimiento de la población en el siglo 21 y para promover el desarrollo de una sociedad para todas las edades. Uruguay suscribió y se comprometió como Estado miembro a impulsar y desarrollar estos compromisos históricos.
Este 1° de Octubre, Día Internacional de las Personas Mayores, tiene por objeto reconocer la contribución de los adultos mayores al desarrollo humano y económico, así como resaltar las oportunidades y los retos asociados al envejecimiento demográfico mundial.
En este Día se alienta a los gobiernos, a las organizaciones no gubernamentales y a la sociedad civil a que celebren esa jornada con declaraciones de los Jefes de Estado o de organizaciones, anuncios en los medios de comunicación, foros y actividades intergeneracionales. Se trata de incluir la cuestión del envejecimiento en la agenda de desarrollo y en las políticas sanitarias y sociales, cuestiones en las que falta mucho por hacer, si tenemos en cuenta los compromisos internacionales que Uruguay asumió oportunamente. Vivimos en un mundo que envejece rápidamente, especialmente en América Latina y las personas mayores desempeñarán un papel cada vez más importante, si bien se les discrimina.
En Uruguay más de 14% de su población es mayor a 65 años y para 2030 (apenas 17 años), se estima ellos serán el 22% de los habitantes y superarán a los menores de 15 años. Crecen de forma acelerada los mayores de 80 años, quienes ya triplican el porcentaje promedio de la región y ya existen 519 personas de edad igual o mayor a 100 años.
Todo ello supone un enorme desafío, que merece respuestas multidimensionales (sanitarias, en prestaciones sociales, habitacionales), diseñadas y desarrolladas desde una perspectiva del ciclo de vida, desde una sociedad integrada y para todas las edades.
En la medida que como sociedad seamos capaces de articular políticas de Estado que mejoren la calidad del gasto y realicen inversiones selectivas hacia grupos de riesgo en todas las edades, seremos capaces de disponer de recursos para las políticas sociales.
Existen falsas contradicciones, perspectivas que proponen contraponer generaciones y grupos vulnerables entre sí. Pero, como se ha dicho con sabiduría, la ética y valores de una sociedad y contexto se relaciona en cómo se elaboran respuestas colectivas hacia los grupos vulnerables todos, incluyendo a niños, viejos, discapacitados y minorías discriminadas. Nuestros adultos mayores son un bien mayor de nuestra sociedad. Envejecen las sociedades que han tenido condiciones materiales y circunstancias de vida favorables para que ello ocurra.
Nuestros adultos mayores realizan transferencias económicas, desde sus jubilaciones y pensiones hacia otras generaciones y además cumplen en la medida de sus posibilidades y condición global de salud, con roles en los cuidados y apoyos hacia nietos de todas las edades.
En muchos casos nuestros adultos mayores abuelos juegan en la educación de los más pequeños un papel muy importante: ellos sirven como modelos de comportamiento, transmitiéndoles normas, actitudes y valores morales, al tiempo que ellos reciben la compañía y el amor de sus nietos. ¿Cómo te gustaría ser y que te traten cuando seas viejo? La forma en que tu tratas y respondes a tus mayores son un modelo de aprendizaje para nuestros hijos y ellos reproducirán ese modelo, que tu ayudas a internalizar, cuando tú seas viejo.
Los adultos mayores trabajan de múltiples formas, hacen muchas veces de guardianes y cuidadores de sus nietos. Hacen posible que muchas mamás y padres se puedan integrar al mercado laboral. Algunas familias marchan mejor gracias a ellos. Y en tiempos de inestabilidad económica, estos gestos tienen mayor importancia.
Las políticas hacia los adultos mayores deben ir más allá de las prestaciones económicas en jubilaciones y pensiones, que es la base mínima para el ejercicio de derechos, pero que no lo son todo, ni lo más relevante cuando se es dependiente para los cuidados personales más elementales. Hace falta desarrollar un Sistema Nacional de Cuidados, cuyo diseño e implantación fracasó en la etapa y que es necesario para que las familias puedan continuar siendo un apoyo fundamental en este campo.
Si bien la pobreza y marginación es menor en esta franja de edad, el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) destaca que es importante evaluar las políticas existentes para garantizar el bienestar y acceso a la salud de los adultos mayores, reducir la pobreza de este grupo y propiciar su empoderamiento.
Las contribuciones al desarrollo que nuestros mayores realizan sólo pueden ser aseguradas si las personas mayores disfrutan de adecuados niveles de salud para lo cual se deben adoptar políticas apropiadas y de largo plazo. En línea con el Plan de Acción Internacional de Madrid, la Organización Mundial de la Salud (OMS), lanzó en 2002 un documento «Envejecimiento Activo – Un Marco de Políticas», describiendo criterios y perspectivas para un envejecimiento saludable a lo largo de toda la vida, una estrategia destinada a mantener la autonomía e independencia de quienes están socialmente integrados y sin dependencia.
Y también se planteaba la necesidad de estrategias hacia los mayores frágiles y vulnerables, con adecuados servicios, costo efectivos de acuerdo a evidencia científica.
En suma, conforme todo lo expresado, el Departamento de Geriatría y Gerontología de la Facultad de Medicina, en este Día Internacional del Adulto Mayor del año 2013, plantea y propone:
(1) Que frecuentemente y sin fundamentos se plantean falsas contradicciones y oposición entre generaciones en el diseño y elección de políticas sanitarias y sociales, cuando en realidad deberíamos considerar políticas basadas en el Ciclo de Vida, que aseguren una atención integral, de calidad hacia cualquier grupo etario y condición global de salud.
(2) Que es necesario considerar esta perspectiva y mejorar la calidad del gasto en salud y servicios sociales, hacia los distintos grupos etarios y hacia los grupos vulnerables, de riesgo, como estrategia para mejorar la calidad del gasto.
(3) Es preciso abordar la discriminación por edad en las políticas públicas y desarrollar respuestas políticas, normativas y de institucionalidad, que aseguren la protección de derechos hacia los adultos mayores.
(4) Es necesario que la reforma del sistema de salud y la construcción y profundización en el Sistema Nacional integrado de Salud (SNIS), integre en forma prioritaria una atención de calidad, amigable y especializada hacia los adultos mayores, articulada especialmente con el primer nivel de atención y en este con la medicina familiar y comunitaria.
(5) Es necesario añadir en el diseño de respuestas sanitarias y sociales hacia adultos mayores y enfermos crónicos, estrategias, métodos, sistemas de información y gestión, que procuren la provisión armónica de servicios sanitarios y sociales hacia los adultos mayores más frágiles. La estrategia debe ser dual, simultánea y focalizada: hacia mayores independientes (prevención de ECNT entre otras medidas) y hacia adultos mayores frágiles (atención geriátrica, detección, cuidados sanitarios anticipados, prevención de crisis, etc. y otros modelos en todos los niveles de atención).
(6) Se requiere de un sistema nacional de cuidados coherente, factible y sustentable, necesario, complementario de los servicios sanitarios. Pero también es necesario analizar las causas del fracaso del ensayo de SNIC en la etapa y aprendizaje realizado para corregir en una nueva administración.
(7) Se necesita integrar tanto en el sistema de salud como en un probable sistema de cuidados la atención de los mayores con demencia y de sus familiares sobrecargados.
(8) Es imprescindible incorporar mayores exigencias en las prestaciones y reorientarlas hacia impactos en la calidad del proceso de atención hacia los adultos mayores.
(9) Es necesario integrar al PIAS (Atenciones integrales que se exigen a los proveedores o instituciones sanitarias públicas y privadas), servicios y modelos geriátricos relacionados al porcentaje de envejecimiento de cada padrón institucional.
(10) Necesitamos mejorar la legislación existente y crear nueva legislación, para establecer o asegurar la protección hacia los adultos mayores vulnerables víctimas de abusos diversos, especialmente si están institucionalizados en “casas de salud” (residencias).
Montevideo, 1° de octubre de 2013.
Profesor Dr. Italo Savio, Departamento de Geriatría y Gerontología,
Facultad de Medicina; Universidad de la República
Montevideo – Uruguay
Tel/Fax: 598 (2) 480 10 12; E-mails: geriatria@hc.edu.uy
Fuente Imagen: amaga-antioquia.gov.co