Tres proyectos educativos orientados a la formación de recursos humanos para la producción y el desarrollo nacional y local, que cuentan con la participación de actores privados, fueron presentados por al Consejo de Educación Técnico Profesional-Universidad del Trabajo del Uruguay (CETPUTU).
La actividad, que se desarrolló en la Torre Ejecutiva, fue encabezada por el Presidente del Consejo Directivo Central (CODICEN) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Profesor Wilson Netto, y el Director General del CETP-UTU, Ingeniero Agrónomo Eduardo Davyt.
El acto contó con la presencia de representantes de las empresas, docentes y estudiantes, quienes participan activamente en estas novedosas experiencias educativas de fuerte impacto en las comunidades locales.
Durante el encuentro, el Ingeniero Gustavo Gorni presentó la experiencia educativa que se desarrolla en el ámbito de la Escuela Técnica de Juan Lacaze, departamento de Colonia, junto a la Agencia para el Desarrollo. Los cursos se dictan en la planta industrial de FANAPEL.
Posteriormente, el Ingeniero Alejandro Echeverría explicó todo lo atinente a un proyecto conjunto que están ejecutando el CETP-UTU y la organización “Agua Vida”, en Sarandí Grande, departamento de Durazno. La exposición fue ilustrada con un video.
Finalmente, Alex Hughes tuvo a su cargo la presentación de la propuesta educativa “El Cimarrau”, que se está desarrollando en Ombúes de Lavalle, departamento de Colonia.
En los tres casos, se trata de proyectos de cooperación entre la educación pública y empresas privadas, que contemplan las demandas territoriales locales en materia de capacitación, acorde con las grandes líneas estratégicas del país productivo.
Todos los emprendimientos promueven la articulación de las capacidades técnicas de los actores educativos, sociales y empresariales, con el propósito de mejorar la educación que reciben los estudiantes en áreas productivas de fuerte demanda laboral.
La Directora de la Escuela Técnica de Juan Lacaze, Profesora María del Carmen Almada, consideró que el proyecto educativo -que cuenta con la participación de FANAPEL- tiende importantes puentes entre el sistema educativo, el sector privado y los actores sociales locales.
Al respecto, afirmó que “Juan Lacaze es una ciudad industrial”, en función de lo cual, las instancias de capacitación que se ofrecen a los jóvenes resultan vitales para el futuro desarrollo de la comunidad.
La propuesta educativa, que funciona en la Escuela Técnica de Juan Lacaze y en el propio laboratorio industrial de FANAPEL, es una tecnicatura de nivel terciario en Instrumentación y Control, que capacita a los jóvenes en control computarizado y control inteligente. Los aspirantes a cursar esta carrera de tres semestres, deberán acreditar la aprobación del bachillerato en Electromecánica.
La idea surgió de la necesidad de formar recursos humanos y mano de obra de alta calificación, con el propósito de atender la demanda de la producción local y las expectativas de las familias.
Por su parte, el proyecto “Agua Vida”, que funciona en la Escuela Agraria de Sarandí Grande, departamento de Durazno, nació en 2006 a iniciativa del presidente José Mujica, cuando este ocupaba la titularidad del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.
El proyecto inicial, que se denominó “Ocho meses de primavera”, estaba orientado a la introducción de la tecnología en las técnicas de riego, a los efectos de aprovechar las reservas de agua destinadas a la producción agropecuaria. En ese contexto, se materializó un proyecto de tambo bajo riego de última generación con campo de recría, para potenciar el área de la lechería.
Finalmente, el proyecto “El Cimarrau”, que se ejecuta en Ombúes de Lavalle, departamento de Colonia, es un emprendimiento socio-educativoproductivo que forma técnicos específicos para la producción de semillas.
La propuesta contempla básicamente la capacitación en materia de calidad, pureza genética y procesamiento, en una experiencia que sintoniza los aprendizajes con la integración de los alumnos a las rutinas empresariales.
Según se confirmó, en el futuro se rubricarán convenios con la Universidad
Tecnológica del Uruguay (UTEC) -que se instalará el año próximo- para la creación de carreras de nivel terciario.
El Presidente del CODICEN, Profesor Wilson Netto, calificó los tres emprendimientos como un testimonio del crucial cambio cultural que está en marcha, “respecto al relacionamiento y el propio lugar del Estado en los distintos ámbitos de desarrollo de la sociedad”.
Sobre el particular, afirmó que la cooperación público-privada pone en valor capacidades humanas y de infraestructura. “En el marco de la educación tecnológica, el Estado recupera su lugar y otorga garantías que los conocimientos que están recibiendo los jóvenes son pertinentes y adecuados para el momento que viven esos sectores productivos”.
El jerarca elogió la conjunción de ideas, propuestas, esfuerzos e intereses entre el sistema educativo y los actores privados, para la generación y articulación de proyectos que atiendan las demandas de los territorios.
Al respecto, el orador dijo que la clave es la organización del conocimiento, para ponerlo al servicio de la sociedad y de una nueva cultura innovadora, “que se desafía ante la creatividad y también asume riesgos”.
“La incertidumbre no debe preocuparnos. Asumiendo esa realidad, debemos generar los instrumentos que nos permitan afrontarla”, concluyó Netto.
El Director General del CETP-UTU, Ingeniero Agrónomo Eduardo Davyt, valoró particularmente la misión de la educación técnica profesional, en lo que atañe a dar respuestas a las demandas del sector productivo y la sociedad.
En ese sentido, consideró que “las instituciones educativas no pueden trabajar aisladas de su medio social sino que deben encarar un trabajo colaborativo, con la participación de estas empresas privadas, que tan generosamente ponen sus capacidades a disposición de la educación pública”.