Movidos por la Vida.
¡Uruguay y América Latina de pie por la Vida!
Hoy nos concentramos acá por la Dignidad de nuestro país y de toda América Latina. La preocupación nos llena el pecho, porque en este preciso momento se está inaugurando la primera conferencia regional sobre población y desarrollo, coorganizada por la CEPAL, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y, con muchísimo dolor, por nuestro gobierno.
Vemos con estupor que desde hace décadas, y principalmente desde la conferencia de El Cairo de 1994, la Organización de las Naciones Unidas, sobre todo a través de algunas de sus agencias como el UNFPA, ha ido sistemáticamente en contra de aquellos bellísimos principios fundacionales y de aquella histórica Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 donde establecía que todo ser humano, sin distinción, era portador de derechos inalienables, y que, en este sentido, establecía el Derecho básico y fundamental a la Vida de todo individuo.
Desde aquella conferencia de 1994, el UNFPA ha perseguido un plan de acción que ha excluido sistemática e intencionalmente a los niños no nacidos entre la población vulnerable a proteger. Cobijado bajo la ideología de género, esta agencia ha promovido el aborto a escala universal, haciendo lobby, imponiendo programas y financiando campañas y organizaciones locales promotoras de su legalización. Ha impulsado, por sobre todas las cosas, el control de la natalidad en los países del tercer mundo.
El caso uruguayo es uno más entre todos nuestros países latinoamericanos. Basta con entrar al sitio on line de UNFPA Uruguay para ver que en los últimos años esta agencia le ha otorgado anualmente decenas y decenas de miles de dólares a la ONG Mujer y Salud en Uruguay (MYSU) -una de las principales organizaciones promotoras del aborto en Uruguay- y ha financiado políticas públicas con otros tantos miles. Ya tenemos acumulados, entonces, cientos de miles de dólares destinados a incentivar la legalización del aborto en nuestro país. En forma de “cooperación”, esta agencia ha intervenido y sigue interviniendo en los países del tercer mundo y en su política local.
Lo más triste de esta situación, es observar cómo nuestras autoridades han comprado estos programas digitados desde estas agencias internacionales -con la consumación finalmente del aborto legal el año pasado- guiados por intereses ideológicos o de otro tipo y no por los intereses de nuestro pueblo.
Las razones por las cuales nos preocupa esta conferencia, entonces, son claras, y las razones por las que se eligió a Uruguay como sede, también. Se eligió a nuestro país para exhibirlo como líder y de avanzada por su reciente legalización del aborto y así expandir, imponer y consolidar esa agenda pública y legislativa en el resto de los países de nuestro continente.
Cuando se habla de esta conferencia y del UNFPA, se habla de mortalidad materna, desarrollo, equidad, derechos, salud, reproducción. Nos preguntamos qué relación tienen estos temas con la promoción del aborto. Ninguna, y en realidad se los usa para promocionarlo. El estatus legal o ilegal del aborto no tiene relación alguna con los índices de mortalidad materna, como los más recientes estudios científicos lo han demostrado. No puede haber desarrollo cuando se usurpa nuestro futuro quitándonos seres humanos que podrían aportar muchísimo a nuestra patria. ¿Dónde está la equidad y los derechos cuando se vulnera el más básico derecho humano a la Vida de una población y cuando no se protege la maternidad y no se ayuda a salir adelante a las madres en situación de riesgo? ¿Dónde está la salud y la reproducción cuando tenemos cada vez menores índices de natalidad? Nos preguntamos, además, cómo pretende la Organización de las Naciones Unidas lograr la paz mundial cuando promueve la terminación de la Vida de seres humanos.
Nosotros expresamos que el verdadero grado de desarrollo de las naciones se mide en cómo se protege a los más indefensos. Estamos seguros que nuestros países latinoamericanos no seguirán el rumbo decadente que ha tomado nuestro querido Uruguay. ¡Uruguay no es ejemplo de desarrollo! Creemos firmemente en la Dignidad de nuestros pueblos, confiamos en que no tomarán un camino que va diametralmente opuesto a los intereses más altos de nuestras naciones.
A la Organización de las Naciones Unidas le exigimos el cese inmediato de las presiones y el lobby internacionales a favor de estas políticas y el reconocimiento de los Derechos Humanos de todos los individuos, irrestrictamente.
Parafraseando a nuestro prócer y libertador latinoamericano José Artigas, expresamos: “No venderemos el rico patrimonio de los latinoamericanos al bajo precio de la necesidad”.
¡Viva América Latina por siempre digna!
Montevideo, 12 de agosto de 2013.