Compartimos el punto de vista del Equipo de Representación de los Trabajadores en el BPS en referencia a las AFAPs.
“En las instancias de diálogo, ha sido arduamente debatida la posibilidad de establecer la revocación de la opción por el sistema de ahorro individual.
Aunque no se mencione mucho el asunto, el tema se inicia por la aplicación irrestricta de un decreto ilegal, que impide que la opción sea revertida, cuando la ley no impone tal restricción.
Por lo tanto, en primer lugar, el cuestionamiento ha sido de carácter normativo, no se debe aplicar un decreto ilegal, por lo que, la primera opción que planteamos fue lisa y llanamente derogar el decreto ilegal, y santas pascuas.
En todo momento se nos dijo que no podía permitirse entrar y salir libremente, porque ello tornaría “inestable” el sistema, previendo que los uruguayos tomarían como deporte nacional el optar o revertir, lo que siempre sostuvimos, no va a suceder.
Por ello, y luego de mucho argumentar, se llega a esta solución propuesta por el Poder Ejecutivo, que está lejos de lo que sería ideal, pero es sin dudas un avance, ante la ilegalidad imperante hoy.
¿Por qué en algunos casos puede llegar a ser más favorable la opción por el ahorro individual?.
Por una sola razón, que bien explicita el Dr. Saldain en la última edición de Economía y Mercado; el artículo 8º estableció la adhesión voluntaria, 50% del aporte al BPS y 50% a la AFAP, generando derechos en el BPS por un 75% de su aporte. Quien aporta por $ 10.000, si optó, “se toma como si hubiera aportado por $ 15.000”. ¿Cual es la razón por la cual se le bonifica de tal manera?, porque dejó de aportar el total y aporta solo la mitad.
¿Quién se beneficia con esta situación, cual es el argumento lógico que pueda sustentar semejante disposición?
Las jubilaciones contributivas, se calculan en función de lo aportado, cuanto más se gana, más se aporta, más se recibe. En este caso se rompe totalmente la lógica, se aporta por el 50% y se recibe por el 75%.
Un sistema de reparto, conocido como de solidaridad intergeneracional, funciona bajo la premisa de que quién está en actividad, durante su actividad, aporta para que pueda cobrar quién ya no está en actividad. De ahí su nombre, solidaridad intergeneracional. Una generación de trabajadores activos, aporta para que quienes ya no lo son, puedan cobrar. El compromiso es, que al momento que el activo deje su actividad, las generaciones siguientes, sus hijos y nietos, aportarán para que él pueda cobrar.
Si durante la actividad se deja de aportar, los recursos para pagar a quienes se retiraron, deberá extraerse de otro lado, por lo que, no es lo mismo, jugarse a la lotería de ahorrar voluntariamente, y si al final de la carrera no me sirve, vuelvo al sistema solidario para que mis hijos paguen mi retiro.
La aportación debe ser concomitante con la actividad, si no, no hay con que pagar las prestaciones de quienes ya se retiraron.
A esto se agrega, que es contrario a cualquier principio de igualdad, que quién aporta menos, 50% de sus salarios, perciba más, por el solo hecho de haber dejado de aportar, es contrario a toda lógica. Este aumento en la jubilación del optante, se debe pagar con las aportaciones de toda la sociedad.
En suma, el sistema induce al afiliado a que “juegue a la lotería del ahorro individual”, si le va bien, bárbaro, entre todos le pagaremos más. Pero, si al final de su vida laboral, hace cálculos, y vuelve al sistema solidario, es porque la suma de la jubilación mejorada del sistema público, mas lo que logró ahorrar, es menos que lo que le brinda solo el sistema público, no se preocupe, puede volver, y entre todos lo pagaremos.
Genera una doble contradicción, durante su vida laboral no aportó todo su salario para mantener a sus mayores, probó con el ahorro individual y no le fue bien, y vuelve para que las generaciones futuras le paguen, porque además, si vuelve, es porque lo que ahorró, no es suficiente, o sea, vuelve, siendo una carga para las siguientes generaciones. Y no fue un sostén para sus mayores.
¿Por qué se instauró tan particular sistema, que como bien dice el
Dr. Saldain es único en el mundo?.
Por la sencilla razón de que si se afiliaran al ahorro individual solo quienes están obligados, serían bastante pocos, y el negocio de administrar fondos, sería muy poco atractivo. Para ello, se crea este particular sistema, se amplia el público objetivo, se genera un incentivo, le mejoramos la jubilación si se afilia al ahorro individual, y cargamos el costo al Estado.
Sin ninguna duda, nuestra estructura mental no es capaz de absorber semejante régimen.
Este particular sistema, entre aportes “fugados” al ahorro individual y pago de jubilaciones mejoradas, nos costará US$ 400 (millones de dólares anuales), que no saldrán de ningún ahorro individual, si no de los tributos con destino a la Seguridad Social.
No solo es injusto, no solo es contrario a todos los principios de funcionamiento del sistema, no solo es violatorio del principio de igualdad, sino que también es, escandalosamente caro, e ineficiente. Con este enorme costo, en el mejor de los casos, los optantes, logran jubilaciones apenas superiores a las que paga íntegramente el sistema público.
Una forma de juego de azar, donde solo gana la banca, como todo juego de azar”.
Equipo de Representación de los Trabajadores en el BPS.
Montevideo, agosto de 2013.
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