Compartimos el punto de vista del edil Juan Curbelo (Espacio 40) titulada “materia reprobada en Montevideo: la limpieza”.
“Este artículo surge en función del estado de la ciudad de Montevideo con relación a la limpieza y de la fuerte constatación de que no avanzamos. Por el contrario cada vez la situación empeora. Y lo más alarmante es la falta de autocrítica frente a tantas situaciones que se presentan todos los días y en todos los lugares. Si bien la realidad puede mirarse desde distintas perspectivas, hay situaciones en la que se debería ser críticos ¿Para qué? Para saber reconocer y mejorar en lo que se está equivocado, errado o simplemente sin un sentido de orientación. Así se presenta muchas veces la Intendencia de Montevideo.
Si frente a la realidad que impera como ciudadanos nos quedamos impávidos, si frente a los reiterados problemas seguimos conformándonos, si no somos capaces de trascender lo ideológico y justificamos en función de falsos paradigmas, entonces no somos lo suficientemente maduros para poder emprender un cambio que urgentemente reclama espacio. Más de 20 años de gobierno del Frente Amplio – y creo que todos podemos coincidir – la situación es reiteradamente evaluada como negativa. No hay barrio que se salve.
A veces sería mejor guardar silencio ante la impotencia de realización y no ser esclavos de las propias palabras. Tantas veces se ha dicho cosas y propuestas fechas y luego qué…. Ciudadanos desesperanzados y con memoria esperando la respuesta de una Intendencia que se adormece en sus sueños y no cumple. La intendenta de Montevideo Ana Olivera, dijo días atrás “…nos dimos un plazo, de aquí a fin de año; tenemos que haber culminado el proceso de la resolución de la limpieza de la ciudad”. Esto, qué es a: desconocimiento de la realidad, voluntarismo, falta de humildad o información inexacta. Invitaría, por ejemplo, recorrer Br. Aparicio Saravia y constatar como vive la gente. Esto también se llama “materia pendiente en Derechos Humanos”. Simple y llanamente. Pero es una situación que a menor o mayor escala se da en todos los barrios montevideanos. Los sábados y domingos hay zonas caóticas en limpieza: contenedores desbordados y sucios, bolsas de basura por todos lados, etc. Y yo me pregunto en qué quedó aquel lanzamiento con bombos y platillos, con lindos folletos del Plan Director de Limpieza presentado a finales de 2011. En nada. Cámara, luz y silencio inoperante. Cruel pasividad de la cual pagamos los contribuyentes montevideanos. Lo pagamos con plata y con democrática resignación.
También la intendenta dijo en un medio de comunicación que la Intendencia, cuando ella asumió, contaba con 10 camiones para la recolección de basura. La Junta Departamental de Montevideo aprobó al inicio de esta Administración una inversión para comprar maquinarias y camiones para fortalecer la limpieza de Montevideo. Sin embargo la situación está peor. Ya no alcanza con denunciar que estamos a la buena voluntad de los trabajadores de la División Limpieza en cuanto horas extras. Año tras año, nos encontramos con la triste realidad de un conflicto entre la Administración y sus trabajadores en este tema. Recuerden cuando Montevideo colapsó con la basura, con focos infecciosos y un grave problema de salubridad donde hubo que recurrir a militares para la limpieza de la ciudad a través de la promulgación del Decreto de esencialidad.
Atónito he escuchado que el problema de la basura en Montevideo solo se da en algunas zonas. ¡Cómo se haría necesario que la Intendenta recorriera más las calles de Montevideo! Entre otros fracasos se admite el plan de clasificación de basura en Pocitos. No hemos aprendido aún que la clave no pasa por la imposición. Pasa por la concientización. La racionalidad de la medida siempre debe ir acompañada de la concientización de sus consecuencias. Cuando la sumatoria en todos los anuncios de las distintas reparticiones municipales y de la propia Intendencia de Montevideo siquiera llenan las necesidades y urgencias de la gente, estamos contribuyendo a la desesperanza. Imperdonable pecado de omisión y gestión.
Ahora parece que el incremento de los contenedores de basura inviolables podrían estar para marzo 2014. Por lo cual la acumulación de basura fuera de los contenedores no tendrá solución por el momento.
Para terminar, creo que la distancia de la Intendenta de Montevideo con la población es directamente proporcional con la altura del edificio de 18 de Julio y Ejido. No se puede planificar, gestionar y evaluar con tanta distancia de la gente. Tres años reclamando una solución sobre basura, basurales endémicos, contenedores, etc. no puede pasar desapercibida por el Ejecutivo Comunal. Acá no hay “herencia maldita”. Acá hay inacción y falta de gestión. En la mochila de la Intendenta pesa la frustración de tantas y tantos montevideanos que ven a Montevideo, no solo la Capital Iberoamericana de la Cultura, sino la ciudad donde la basura y la mugre son fiel reflejo de un cuadro para esconder”.