El Centro de Extensionismo Industrial será una herramienta de política industrial en la que participarán el MIEM –a través de DNI-, la Universidad de la República y la Cámara de Industrias. A través de ella, se estimulará la demanda de tecnología e innovación de las empresas, algo clave para el desarrollo del país, dijo Kreimerman durante el lanzamiento del centro.
El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), a través de su Dirección Nacional de Industrias (DNI), lanzó este miércoles el Centro de Extensionismo Industrial (CEI). Al acto asistieron el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman; el presidente de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), Omar Macadar; el presidente del LATU, Rodolfo Silveira; el rector de la Universidad de la República (Udelar), Rodrigo Arocena; y el presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay, Javier Carrau, entre otras autoridades.
El CEI tiene como meta constituir una herramienta de política industrial que, mediante una gestión interinstitucional, estimule la demanda de tecnología e innovación de las empresas uruguayas. Surge como resultado del convenio de cooperación entre la Udelar, la CIU y la DNI, firmado en 2010. En un comienzo, se trabajará los sectores agroindustrial, de alimentos elaborados y metalúrgico. Las actividades incluirán evaluaciones de oportunidades de mejoras de la productividad; vinculación de demanda y oferta de conocimiento; vigilancia tecnológica; diagnósticos de gestión y asesoramiento especializado; apoyo a la formulación de proyectos; promoción de la formación de recursos humanos, y búsqueda de financiamiento y acceso a centros de investigación, entre otros.
El ministro Kreimerman afirmó que el CEI es una “concreción de primera magnitud” dentro de la política industrial y productiva que impulsa esta administración. Afirmó que la trilogía que conformará este centro –el Estado, la academia y las empresas- representa una colaboración que puede extenderse a otros ámbitos. Añadió que Uruguay ha crecido en los últimos años, de la mano de la diversificación del sector industrial y la creación de cadenas productivas competitivas en algunos sectores, pero precisó que este proceso “exige el desarrollo de capacidades nacionales”, un aspecto para el que el CEI será fundamental.
Kreimerman dijo que la interacción entre las políticas productivas, económicas y sociales es “muy fuerte”, y explicó que las primeras incluyen tres factores fundamentales: la creación de políticas sectoriales, la consolidación de la infraestructura y el fortalecimiento de la base transversal “que fortalece las capacidades del país, con la incorporación de tecnología, la innovación y la educación”. Solo a través de esta base se consolidará el crecimiento del país, subrayó el jerarca.
En este marco, el CEI es “un instrumento interesantísimo en lo transversal” que se dirigirá especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes), sin dejar de lado a toda aquella que solicite el apoyo. “Uruguay necesita perfeccionar sus modelos de gestión [para que cada empresa logre] el máximo de competitividad, que implica una mayor eficiencia e innovación”, dijo Kreimerman.
En cuanto a la innovación, el ministro dijo que se ha avanzado en forma “no suficiente pero sistemática”. No obstante, el CEI no solo apoyará a las empresas en este ámbito, sino que contribuirá a la mejora de su eficiencia operativa, administración y gestión, añadió.
“Este aspecto de la política industrial era un faltante […]. Hemos logrado mayores desarrollos innovativos y tener empresas creciendo, pero no una conexión fuerte entre ambas partes”, dijo Kreimerman, quien puntualizó que el CEI es la prueba del diálogo fructífero con la Udelar y el sector empresarial, gracias al cual se están concretando diversas iniciativas.
El ministro remarcó que el trabajo conjunto entre los tres actores –Estado, academia e industria- permitirá dar al país un desarrollo que supere sus ventajas naturales y su situación logística y, en cambio, se base “en el conocimiento, la investigación y su aplicación en nuestras empresas, para dar un salto cualitativo”, finalizó Kreimerman.
Triángulo
Durante la presentación, el rector Arocena subrayó que el CEI “conjuga la mejor reflexión y la mejor práctica”, en particular en lo que refiere al trabajo conjunto entre el Estado, la academia y el sector productivo (“triángulo de Sábato”). Destacó que desde 2008 el país cuenta con políticas industriales, y añadió que el problema de las estrategias para el desarrollo se centra en la incorporación de conocimiento en toda la producción de bienes y servicios.
Recordó, citando a Carlos Real de Azúa, que los países pequeños tiene la ventaja de la proximidad y el diálogo entre actores para, entre otras cosas, democratizar el conocimiento, algo a lo que apunta el CEI. Asimismo, consideró que Uruguay necesita una “estrategia todo terreno para estimular la demanda de conocimiento”, y sostuvo que el CEI está “destinado” a ser uno de los grandes ejemplos del país en esta materia.
Por su parte, Silveira recordó que hay avances en cuanto a la investigación e innovación en el país. Afirmó que el Estado, la academia y los privados aún se miran “con desconfianza” y señaló que es el primero el que debe liderar políticas públicas –como la creación del CEI- que deben sostenerse en el tiempo. Por otra parte, aseveró que estas políticas deben ser apropiadas por las empresas y la sociedad.
El presidente del LATU recordó que centros similares al CEI han tenido éxito en América Latina –si bien no han estado exentos de fracasos-, y afirmó que Uruguay está en condiciones de sostener un proyecto de estas características.
Por otro lado, el presidente de la CIU remarcó la importancia que este centro tendrá en particular para las pymes, sector para el que es más difícil apostar a la innovación por cuestiones económicas o “de tiempos”. Remarcó la satisfacción de la CIU por participar en este emprendimiento y dijo que el CEI es un “hito” de la colaboración entre Gobierno, academia y empresas para consolidar un nuevo espacio de apoyo a la industria.
“Será la gran ocasión para las pymes que quieran evolucionar, innovar y crecer”, señaló, a la vez que indicó que, hasta ahora, este sector “pierde oportunidades” por no contar con un apoyo similar al que ofrecerá el CEI.
“Sabemos que la innovación es el motor de desarrollo de las empresas a nivel internacional”, dijo Carrau, si bien negó que se trate del único factor importante para consolidar ese crecimiento.
El presidente de la CIU finalizó afirmando que el CEI será el “dinamizador” de la demanda tecnológica de las empresas, ayudará a detectar problemas, guiará a las empresas al sistema de apoyos ya existente y será el eslabón que unirá demanda y oferta.
Finalmente, Macadar manifestó, a título personal, su intención de que la ANII colabore en este proyecto, tanto con financiamiento, cuando corresponda, como con apoyos en la “carrera de la innovación”.
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