“Es la tolerancia fuente de paz y la intolerancia fuente de desorden y pelea”. Pierre Bayle.
Para comenzar este articulo es bueno comenzar definiendo tolerancia, esta se define como: “el respeto a las creencias e ideas o prácticas de los demás, cuando son contrarias o diferentes a las nuestras”.
La tolerancia no es un concepto nuevo, ni característico del siglo XXI, la tolerancia es un concepto que comienza con las bases mismas de la vida en sociedad y para el cristianismo es base de la fe, citando al Pr. Salvador Dellutri, el habla de cómo la tolerancia es fruto del carácter cristiano. Como las sociedades occidentales, como en la que vivimos, tienen una base filosófica cristiana, es pertinente hacer la mención que hice anteriormente.
Estamos viviendo en una sociedad que de a poco ha decaído en su tolerancia, en estos tiempos nos hemos radicalizado, pero no en argumentos a las ideas o pensamientos en cuestión, sino que hemos convertido como centro de los debates de fondo a los grupos de presión. Estos apuntan a no discutir ni generar consensos sino tienen como objetivo institucionalizar la relatividad filosófica de las minorías. Esto quiere decir, que lo relativo se superponga sobre el general de la sociedad. Y cuando decimos sociedad estamos hablando de cada uno de miembros de la sociedad, tanto quien escribe este artículo, como quien lo está leyendo particularmente.
Esto solamente se puede explicar, cuando entendemos que lo que estamos viviendo en nuestra sociedad de cierta forma es el abandono de la razón.
A lo largo de la historia de la humanidad, artistas, escritores y filósofos destacados han hablado de que cuando la sociedad pierde la razón, se pierde el sentido de tolerancia.
Un ejemplo de esto, es como en el Uruguay luego de que se les consultara a los técnicos pertinentes en la materia salud reproductiva y el mensaje de estos fue claramente negativo, igualmente los legisladores propiciantes de esta ley fueron y lo votaron igual, y hasta parece cínico que luego de esto, hubiera gente “festejando” esta resolución.
Pero el ejemplo no termina acá, el proyecto terminó incluyendo la opción de objeción de conciencia para los médicos que no compartan esta práctica. (Que anteriormente habían planteado su disconformidad y hasta plantearon errores de conceptos en la misma). Pero en la práctica vemos como el sub secretario del Ministerio de Salud Pública, Leonel Briozzo quiere que estos hagan una objeción, por medio de un formulario explicando razones del porqué de la negación a practicar abortos. Violando la anterior objeción de conciencia, pero ante todo la tolerancia a los médicos. Impulsando un totalitarismo filosófico.
Existen otros ejemplos iguales de claros que este. Todos conocemos casos en el que el debate del verdadero tema de fondo, se basa en agredir al que piensa de forma distinta, constantemente con injurias y acusaciones.
Las leyes no pueden ser aprobadas ni redactadas, en base a sentimientos, emociones, o casos puntuales. Las normas jurídicas se deben redactar y tratar desde la generalidad de la sociedad y con una base racional. Sino de lo contrario estaríamos llegando al punto que describiera el artista Francisco de Goya por el siglo XVIII “El sueño de la razón produce monstruos”. No caigamos en esa lógica.
Rodrigo Camejo. camejorodrigo@gmail.com