Bogotá, 12 de marzo de 2013. Las TIC en Latinoamérica están sujetas a numerosos impuestos, aplicados tanto al acceso como al uso. Un análisis de los impuestos aplicados a las TIC en Latinoamérica indica que los consumidores pagan impuestos a las ventas, derechos de aduana sobre los dispositivos importados, incluyendo las tarjetas SIM y aportaciones de productos de lujo.

De acuerdo con los resultados del más reciente estudio de AHCIET y Deloitte, “Tributación y Telecomunicaciones en Latinoamérica”, Uruguay y Argentina son los países de Latinoamérica con las tasas más altas en impuestos sobre las ventas aplicados a los dispositivos TIC.

Los impuestos sobre las ventas, tales como el impuesto sobre el valor agregado (IVA) o el impuesto sobre los bienes y servicios (IBS), se cobran como un porcentaje del precio pagado por un artículo; por ejemplo, Uruguay y Argentina, que son los países con las tasas más altas, gravan impuestos tres veces mayores que Panamá, país con la tasa tributaria más baja. En todos los países estudiados, la tasa estándar nacional del impuesto sobre las ventas resultó ser la que se aplica a los dispositivos.

Por su parte, los derechos de aduana son impuestos que se cobran a los dispositivos TIC importados al país. Estos derechos se cobran como un porcentaje del valor del dispositivo importado. Si bien este impuesto lo paga el importador del dispositivo, este costo adicional recae también sobre los consumidores. Los derechos de aduana aplicados a los dispositivos TIC importados oscilan del 0% en Colombia, México y Perú (los únicos países donde no se aplican derechos de importación) al 20% en Brasil. En Argentina, el derecho de aduana del 16% aplicado a los teléfonos importados está exacerbado por la imposición de un impuesto de lujo. En República Dominicana, por ejemplo, los módems inalámbricos están sujetos a una tasa mayor que los teléfonos, lo que aumenta el precio relativo de dichos equipos importados.

Así mismo, los impuestos a productos de lujo son, por lo general, impuestos ad valorem que se cobran como un porcentaje del precio de venta del dispositivo, por lo cual la cantidad pagada en impuestos es superior para los bienes más costosos. En Argentina, se aplica una tasa de impuesto de lujo (20,48%) a los dispositivos TIC importados, mayor que a los que se ensamblan localmente (7%).

En este orden, la combinación de estos tres tipos de impuestos aplicados a los teléfonos, las tabletas y los computadores portátiles aumenta el precio que pagan los consumidores por los dispositivos.

A medida que los precios de los dispositivos aumentan, los consumidores de todos los segmentos de la economía responden mediante una reducción del consumo. En el contexto de las TIC, esto podría significar que los consumidores toman más tiempo para reemplazar los dispositivos antiguos y que los que todavía no tienen ningún dispositivo no pueden comprar el primero, o que los consumidores adquieren modelos menos costosos, por ejemplo, equipos básicos en lugar de teléfonos inteligentes. El efecto adicional en toda la economía es que el número de dispositivos adquiridos es inferior al que se compraría en ausencia de impuestos a los consumidores.

Las políticas fiscales que crean obstáculos al consumo son incoherentes con los objetivos de conectividad que suelen ser promovidos por los gobiernos de la región.

En cambio, políticas fiscales favorables pueden ser una herramienta eficaz para estimular la demanda y promover inversiones. Teniendo en cuenta los beneficios económicos y sociales que generan las TIC, los gobiernos podrían tomar en consideración la reducción de impuestos específicos para lograr sus objetivos de política. Un caso para destacar es el de Ecuador, país en el que el uso y las suscripciones de telecomunicación móvil estaban sujetos a un impuesto sobre el consumo del 15% además del IVA del 12% hasta 2008. Debido a esto, el impuesto como una proporción del costo total de la propiedad de móviles, CTPM, era del 26% en 2007, uno de los más altos en Latinoamérica y el resto del mundo. Después de 2008, el gobierno derogó el impuesto específico al consumo, lo que generó una reducción del CTPM. Luego de la derogación, la penetración móvil aumentó rápidamente del 70% en 2007 a más del 110% en 2012, lo que extendió los servicios celulares a los miembros de la población que habían sido excluidos anteriormente.

Consulte y descargue el estudio completo en http://www.ahciet.net/index.php/estudios/estudios-ahciet/cat_view/5-estudios/18-estudios-ahciet/28-tributacion-y-telecomunicaciones-en-latinoamerica

Fuente Imagen: tic-uso.blogspot.com