Introducción a la cultura israelí N° 178.
Recientemente, la ciudadanía israelí volvió a vivir una verdadera fiesta de la democracia. Una vez más, los israelíes eligieron de forma libre, en un clima de total tranquilidad, a los 120 miembros de la Knéset, el Parlamento israelí. Siendo Israel una democracia parlamentaria, estas son las únicas elecciones celebradas en el país a nivel nacional. Una vez electos los miembros del Parlamento, se busca formar entre los diferentes partidos políticos una coalición que cuente con la mayoría simple (más del 50%) de las bancas, la cual elegirá de entre sus miembros al próximo Primer Ministro, cabeza del Poder Ejecutivo nacional.
Para entender como funciona el sistema de votación israelí, es útil referirnos a la Ley que lo regula, la cual establece que “La Knéset será elegida a través de elecciones generales, nacionales, directas, secretas, equitativas y proporcionales». A continuación, explicamos qué significa cada uno de estos conceptos.
Las elecciones son generales ya que todo ciudadano israelí de 18 años o mayor en el día de la elección tiene derecho a votar. Más de 5.656.000 habitantes estuvieron habilitados para votar en las pasadas elecciones. Además, las elecciones son nacionales pues todo el país constituye una única circunscripción electoral. En el sistema de representación proporcional de Israel, los candidatos representan a los partidos nacionales y no a distritos electorales o circunscripciones locales. Son directas ya que el Parlamento israelí es elegido directamente por los votantes, no a través de un cuerpo de electores como sucede en otros países. En el día de las elecciones, los ciudadanos votan por un solo partido político para que los representen en la Knéset. Por equitativas, la Ley se refiere a que todos los votos son iguales en importancia y el hecho de que sean secretas explicita que las elecciones se deben desarrollar a través de voto, justamente, secreto. Por último, La ley menciona que las elecciones son proporcionales: las 120 bancas de la Knéset son asignadas en proporción al porcentaje de cada partido sobre el total del voto nacional. Sin embargo, el límite mínimo requerido para que un partido sea representado en la Knéset, es del 2% del total de los votos.
En una región del mundo tan convulsionada y conflictiva, es un orgullo para los israelíes vivir en un país en que la democracia se respira cada día, donde las libertades de asociación, religión, opinión y prensa están garantizadas y los derechos de las minorías se defienden de forma permanente. Felicitamos a los nuevos miembros del Parlamento israelí, celebrando una vez más la democracia como valor centrar del Estado de Israel.
Embajada de Israel en Uruguay.