El MIEM y el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem) firmaron hoy la creación de un proyecto que promoverá la asociación entre empresas uruguayas y regionales en sectores clave para las cadenas productivas, como el software, la biotecnología o la nanotecnología, entre otros.
El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) suscribió el miércoles 19 de diciembre el proyecto Internacionalización de la Especialización Productiva, 2ª etapa, en el marco del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem). De la firma participaron el titular de la cartera, Roberto Kreimerman; el subsecretario de Relaciones Exteriores, Roberto Conde; y el coordinador de la Secretaría del Mercosur, Oscar Pastore.
El proyecto, que tiene como organismo ejecutor al Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), otorgará 3.750.000 dólares (3 millones aportados por Focem y 75.000 por la secretaría de Estado) y tiene como objetivo el desarrollo y capacitación de los sectores de software, biotecnología, nanotecnología, electrónica y afines, para su incorporación en las cadenas productivas del país y la región.
De este modo, se desarrollará la competitividad a través de la generación y difusión de conocimientos tecnológicos dirigidos a sectores productivos dinámicos; se promoverá la diversificación de los sistemas nacionales de innovación científica y tecnológica; y se apuntará a la reconversión y asociatividad de las pequeñas y medianas empresas, a la vez que estas refuerzan sus vínculos regionales. La meta final es el aumento de las exportaciones a nivel nacional y regional.
Para ello, se promoverán proyectos asociativos entre empresas o grupos investigadores de los sectores transversales mencionados, junto con otras empresas o integrantes de las cadenas productivas elegidas por el Gabinete Productivo, tales como la cárnica, forestal, automotriz, naval, de alimentos, etc. El monto será de 80.000 dólares por proyecto. Para otorgar los fondos, se realizarán llamados que priorizarán el trabajo de empresas uruguayas en conjunto con otras del resto del Mercosur.
Kreimerman mostró su satisfacción con un acuerdo que tiene “una doble importancia”: contribuye al Mercosur y reafirma el trabajo conjunto de los países, en busca, en este caso, de la integración productiva; y se aplicará a sectores estratégicos “que hacen a la fortaleza de las cadenas productivas del país”. El ministro consideró que esta apuesta es clave “en un mundo que incorpora tecnología aceleradamente y para cuya competencia es fundamental el trabajo conjunto de los países”.
El proyecto se extenderá por 36 meses.