Estudiantes de Ciclo Básico del Liceo Nº 25 de Montevideo elaboraron una investigación científica con el objetivo de evaluar la calidad de las aguas del Arroyo Manga, con la supervisión de docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias.
La pesquisa, denominada “¿Quién habita el Manga?”, consistió en un trabajo de campo de recolección de muestras del arroyo que luego fueron analizadas en los laboratorios de la sede universitaria.
Esta es una de las cinco propuestas seleccionadas por el proyecto PROCIENCIA, en el
marco de su actividad de introducción a la investigación en ciencia y tecnología en centros de Educación Media Básica.
Mañana, jueves 29 de noviembre, en la sede del Liceo Nº 25 “José Belloni” (Ruta 8
“Brigadier General Juan A. Lavalleja”, km 16700), se desarrollará una jornada de cierre de esta actividad, que comenzará a las 14:00 horas, con una instancia de discusión acerca de los resultados obtenidos a partir de las muestras tomadas del Arroyo Manga.
Posteriormente, a las 14:45 horas, se generalizará un debate e intercambio de ideas
en torno al rol de la ciencia y su íntima relación con la tecnología, la sociedad y el
cuidado del medioambiente.
A las 15:15 horas, se procederá a la entrega de certificados de reconocimiento al compromiso y el trabajo, a los estudiantes que participaron en la investigación.
El trabajo nació por iniciativa del Proyecto de Impulso a la Ciencia y la Tecnología
del Consejo Directivo Central de la ANEP (PROCIENCIA), cuyo propósito es promover el aprendizaje, la expansión y la difusión de la ciencia a nivel del sistema público estatal.
En este caso, el tema seleccionado por los estudiantes fue la situación del Arroyo
Manga, ante la percepción que el mismo tiene actualmente niveles de contaminación
menores a los de años anteriores.
En ese contexto, el principal objetivo de esta experiencia fue contribuir a la
preparación de los estudiantes para la toma de decisiones, como actores científicos y
futuros ciudadanos, estimulando la adquisición de conocimientos y promoviendo la
participación, el debate y la responsabilidad social.
También se apuntó a vincular la investigación con el trabajo de aula, a través de
situaciones problemáticas relevantes, superando visiones meramente reduccionistas y
ambiguas, que eventualmente puedan dificultar el aprendizaje conceptual que se
pretende privilegiar.
En ese sentido, se promovió un clima propicio al involucramiento de los adolescentes en las tareas del curso y el fortalecimiento de actividades básicas para el aprendizaje de las ciencias con prácticas de laboratorio, como elemento central de las propuestas de renovación de la educación científica.
El profesor de Química Sebastián Burgueño Soca, quien lideró la investigación, recordó que “el tema fue seleccionado por los propios alumnos, quienes cursan tercer año del Ciclo Básico”.
“Lo que sucede es que el arroyo está en la zona de influencia del liceo y muchos de esos chiquilines viven en el barrio y desarrollan allí sus actividades deportivas”, explicó.
El docente consignó que “el disparador temático de la actividad fue la contaminación
de las aguas del arroyo, que surgió con mucha fuerza en los alumnos. A partir de eso, nos contactamos con un grupo de licenciadas en Biología de la Facultad de Ciencias,
quienes ya habían desarrollado un trabajo similar en el arroyo Las Piedras”.
En tal sentido, Bargueño destacó que el trabajo de campo insumió un sábado entero,
durante el cual se procedió a la toma de muestras de agua en distintos puntos del arroyo, cerca del liceo y en la zona este.
“Todo el trabajo se ejecutó con la orientación de los técnicos de la Facultad de Ciencias que tienen vasta experiencia en el tema y luego se pasó a la fase de análisis de laboratorio en esa institución”.
En ese contexto, explicó que el estudio más importante fue el de invertebrados, tendiente a identificar la fauna que habita en las aguas. El otro análisis atañe a la
sedimentación. “En ese caso, se pudo apreciar qué elementos estaban presentes en la muestra”, puntualizó.
Burgueño valoró la experiencia de la visita de los adolescentes a los laboratorios de la Facultad de Ciencias, donde tuvieron la oportunidad de apreciar el funcionamiento del microscopio electrónico, así como el recorrido compartido por las diversas instalaciones del centro universitario. “Quedaron realmente impactados por lo que vieron. Fue una experiencia muy enriquecedora para todos”.
Finalmente, reconoció el alto grado de compromiso de los adolescentes con el proyecto y la cultura medioambiental. “Debo destacar el trabajo de grupo, que contribuye a potenciar los valores y la comunicación. También corresponde resaltar el enfoque multidisciplinario que tuvo la investigación, que contó con la participación de docentes de Química, Biología, Física y Geografía”.
Fuente Imagen: subrayadososvos.com.uy