La primera consulta del paciente con Púrpura Trombocitopénico Inmune (PTI) suele ser por la aparición de un gran número de hematomas en el cuerpo o porque experimenta sangrados que no se interrumpen.
Esta enfermedad afecta entre 20 y 30 personas cada 100.000, y se trata de una patología en la que se produce un aumento de la destrucción de plaquetas y una disminución de la producción de éstas.
Las plaquetas son fundamentales para detener el sangrado y permitir la coagulación.
“En algunos casos graves el paciente puede morir por sangrado, especialmente si ocurre a nivel cerebral o en áreas vitales”, advirtió el destacado hematólogo y oncólogo de Hong Kong, Dr. Gregory Cheng, miembro del Consejo de la Asociación de Transfusión de Sangre y Hematología de Hong Kong, quien brindó una conferencia junto al Prof. Agregado Dr. Pablo Muxi de Uruguay, organizada por GlaxoSmithKline en el marco del XII Congreso Uruguayo de Hematología.
Cheng señaló que esta enfermedad, en cuadros graves o crónicos, afecta la calidad de vida de las personas.
“Muchos pacientes no puedan participar de actividades deportivas o tienen que quedarse en el hogar”, explicó.
Durante el simposio, el especialista expuso sobre los avances en el tratamiento de la PTI.
Según indicó Cheng, los nuevos medicamentos superan algunas de las limitaciones de los fármacos ya existentes.
“Los nuevos fármacos estimulan la producción plaquetaria y no suprimen el sistema inmunológico, por lo cual producen menos efectos colaterales”, dijo.
El experto informó que las drogas usadas anteriormente funcionan a través de la supresión del sistema inmune, lo cual conlleva efectos contraproducentes ya que no sólo se ataca la producción de los anticuerpos que destruyen las plaquetas, sino que también la de otros anticuerpos que son beneficiosos para el paciente y le permiten luchar contra infecciones.
Cheng sostuvo que aunque existen pacientes con la enfermedad que no requieren medicación, la mayoría de los cuadros crónicos deben ser tratados.
Asimismo, indicó que las personas pueden desarrollar la patología tanto en la niñez como en la adultez pero que se suele comportar de distinta forma en ambas etapas de la vida.
“En un breve período de tiempo, los niños vuelven a tener un recuento plaquetario normal y la enfermedad desaparece. Sin embargo, en los adultos la enfermedad puede ser crónica”, concluyó Cheng.
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