Sociedad Uruguaya

Carta de Monseñor Galimberti en el mes de la familia

Compartimos la carta de Monseñor Pablo Galimberti de cara al 3er. Congreso Nacional de la Familia.

A las comunidades parroquiales, religiosas y a todas las familias de la Diócesis: ¡Que la Paz del Señor esté con ustedes!. Los invito, en este mes de octubre, a pensar en la familia como un auténtico bien para la sociedad. Con distintos eventos destacaremos el lugar que ella ocupa en el plan de Dios y entre nosotros.

En la primera semana, el sábado 6 de octubre, celebraremos en Montevideo el 3er. Congreso Nacional de la Familia, con representantes de todas las Diócesis en Montevideo.

La familia, comunidad de vida y amor, fundada en el compromiso permanente de un hombre y una mujer y abierta a la vida, es la célula base de nuestra sociedad, porque responde a la Palabra de Dios y por ello a lo más profundo de a naturaleza humana.

La preocupación por la familia no es nueva. El Beato Juan Pablo II prestó especial atención a la áspera confrontación que vive la sociedad globalizada entre una cultura de la vida y una cultura de la muerte, entre una cultura de la familia y una cultura del individuo aislado.

Muchas formas de agresión hieren a la familia de hoy. Desde los Estados que no contribuyen a sustentarla eficazmente hasta la violencia intrafamiliar, doméstica, que en su peor manifestación llega hasta el aborto. Lamentablemente algunos sectores de nuestra sociedad favorecen esta última forma, negadora del primero de todos los derechos humanos, contraponiendo engañosamente la vida a la libertad de decidir de la madre.

«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos». Nuestra libertad es un don muy grande, pero está unida a la realidad y a la verdad. Nadie es libre para actuar irresponsable o salvajemente y menos dañando a otros.

No nos desalentemos por el ruido de los que agitan banderas de ilusorias libertades. La libertad es hermosa cuando gracias a ella la persona asume su destino y responsabilidad y el destino colectivo de la sociedad en que vive.

Invitamos en estos próximos días, en clima de oración y reflexión, a celebrar la alegría de la Buena Noticia de la familia como Bien, como «patrimonio de humanidad». Que en el Hogar de Nazaret encontremos luces y energías para apoyar la misión de la familia en las actuales coyunturas de nuestro país.

Fuente: La Prensa de Salto http://laprensa.com.uy

 

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