Compartimos la columna de opinión de Rodrigo Camejo (Lista 40-PN) bajo el título “Se nos va el tren”.
En estos días nos encontramos frente a la mala noticia de la suba del precio de los peajes en las rutas nacionales: 10% para autos y camionetas mientras que un 5% para vehículos de carga.
Cuando vemos este tipo de aumentos podemos ver los costos que tienen los transportistas; esto sumado a combustible caro y que no avizora una baja del precio por más que el barril del petróleo baje constantemente. Estos altos costos se terminan traduciendo en precios altos en artículos de consumo y alimentos, por lo tanto lo terminamos pagando cada uno de nosotros como consumidores finales.
También observamos por otro lado que los trenes de carga están parados en las incontables estaciones a lo largo y ancho del país, abandonando una infraestructura como es la del tren simplemente por una cuestión ideológica.
En un país como el nuestro, productor de materia prima, pero con fuertes carencias energéticas, debemos minimizar los derroches de la misma.
El volver a utilizar nuevamente los trenes de carga, nos permitiría generar un ahorro energético, dado que, una locomotora carga bastante más que 5 o 6 camiones. A su vez, se ahorraría en el mantenimiento de las rutas nacionales ya que se disminuiría el transito pesado sobre las mismas -inversión en la cual el Estado se está viendo superado-. Es lógico que de esta manera disminuirían los costos y esto significaría una baja de precios para el consumidor final.
Ahora, una de las discusiones que se ha planteado es que existe una cantidad de familias detrás de las empresas de transporte, o mejor dicho detrás del “camión”, ¿qué pasaría con ellas? Estas empresas no tendrían por qué desaparecer, ya que se necesitaría “el camión” para los tramos cortos. Igualmente se crearían muchas fuentes de trabajo en el transporte del ferrocarril. Estas, en su mayoría, se crearían en el interior del país dada la cantidad de estaciones que existen lo que también detendría un poco el éxodo, campo-ciudad.
Esta es una oportunidad para cambiar la realidad actual, es una oportunidad de invertir en infraestructura, es una oportunidad de progreso, que no se termine el tiempo de las vacas gordas, y no nos quede nada. Este tiempo, cuando hay capital, es necesario invertir, no derrochar, invertir en infraestructura que es algo que queda y nos defiende de las crisis. No perdamos mas el tiempo, que se nos va el tren.
Rodrigo Camejo
Integrante de la Lista 40 del Partido Nacional